Georges Berthoin
Preside en Europa el club privado m¨¢s exclusivo del mundo: la Trilateral
Es franc¨¦s por nacimiento, mediterr¨¢neo por sentimiento y europeo por vocaci¨®n. Esa vocaci¨®n tuvo su recompensa. El Reino Unido decidi¨® ingresar en la CE mientras ¨¦l era embajador comunitario en Londres. Georges Berthoin estaba predestinado a convertirse en presidente para Europa del club privado m¨¢s importante del mundo: la Comisi¨®n Trilateral. Su vida se rige por un concepto aprendido de los japoneses: la armon¨ªa. Su pasado en la resistencia francesa le hace odiar s¨®lo una idea: el totalitarismo.
Georges Berthoin naci¨® hace hoy 61 a?os en el sur de Francia. Entre sus primeros recuerdos est¨¢ la imagen de su padre, funcionario del Gobierno franc¨¦s, recibiendo a los refugiados republicanos espa?oles. Poco despu¨¦s, en 1940, el joven Berthoin, de 15 a?os, se un¨ªa a la resistencia en una Francia ocupada por el III Reich. Con un padre que fue ministro en los gabinetes de Pierre Mend¨¦s-France y Charles de Gaulle, no sorprende oirle decir que creci¨® en el mundo de la pol¨ªtica.Berthoin estudi¨® pol¨ªticas en las universidades de Grenoble y Harvard. En EE UU, donde form¨® parte del grupo que elabor¨® el Plan Marshall, aprendi¨® que la mejor forma de tratar con los norteamericanos es "sobre una base de igualdad".
Al presidente europeo de la Trilateral le intimida hablar de s¨ª mismo, pero, bajando la voz, explica las razones de su nombramiento: "Yo era bastante conocido en los c¨ªrculos europeos. Hab¨ªa sido embajador comunitario en Londres, donde deb¨ªa convencer a los brit¨¢nicos para que entraran en la CE. Tras 23 a?os como eurofuncionario, era m¨¢s europeo que franc¨¦s. En la primera reuni¨®n de la Trilateral, en 1973, los pocos europeos que estaban all¨ª valoraron mi actitud
Tiene amigos en la derecha, el centro y la izquierda, pero no sesiente atra¨ªdo por la conquista del poder pol¨ªtico". Para ello se debe ser m¨¢s militante de lo que este hombre tranquilo parece capaz. Con un gesto de: disgusto impropio de su placidez, afirma que s¨®lo odio el totalitarismo".
La Comisi¨®n agrupa a conservadores, centristas, socialistas y socialdem¨®cratas de todo el mundo. Los eurocomunistas se han quedado fuera. "Un colega europeo me sugiri¨® la posibilidad de que entrara un comunista, y el tema fue discutido en el comit¨¦. Pero los objetivos del comunismo a¨²n desagradan a muchos de nuestros miembros. Tampoco aceptamos a nadie de la extrema derecha". Urga en su memoria y a?ade: "De todos modos, los partidos comunist¨¢s nunca han mostrado inter¨¦s por la Comisi¨®n".
Asegura que para entrar a formar parte de un club que cuenta como socios a David Rockefeller y Edmond Rotschild no se ha de ser ni rico ni poderoso. "Ellos no est¨¢n en la Trilateral por ser ricos, sino porque son muy importantes en el mundo empresarial". Por eso, porque sus miembros tienen gran influencia en los c¨ªrculos internacionales la Trilateral consigue que sus ideas lleguen a los Gobiernos. "En 1973, la Trilateral sugiri¨® que los jefes de Gobierno se reunieran regul¨¢rmente". Poco despu¨¦s, Giscard d'Estaign propuso celebrar la primera cumbre econ¨®mica. "Luego, la Trilateral pens¨® que ser¨ªa bueno que se trataran otros temas en las cumbres". Ahora se discuten temas pol¨ªticos.
Poder e influencia aparte, la clave de la personalidad de Georges Berthoin es su respeto por la armon¨ªa. "Lo aprend¨ª de mis colegas japoneses. Se trata de entender la l¨®gica de los dem¨¢s y hacer que comprendan la tuya".
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