La fiesta se asom¨® a los barrios
Verbenas, m¨²sica y deporte en la periferia
Verbenas populares con olor a churros, actuaciones musicales para todos los gustos, pruebas deportivas, pasacalles y fiestas infantiles fueron algunas de las ofertas del d¨ªa de San Isidro, que este a?o se ha asomado t¨ªmidamente a algunos barrios de la periferia. A la tradicional, verbena de la pradera de San Isidro se ha sumado la feria instalada en el parque del mismo nombre, las atracciones del parque Calero (en Ciudad Lineal) o la m¨²sica del peque?o auditorio del barrio de Canillejas.
Un improvisado ruedo humano se form¨® de pronto en medio de la multitud congregada en el parque Calero. S¨®lo los que estaban en primera fila, junto al endeble burladero, ten¨ªan el privilegio de contemplar lo que all¨ª se coc¨ªa. El resto se iba instalando en los tendidos como buenamente pod¨ªa, y s¨®lo los m¨¢s altos ocupaban un lugar preferencial en las invisibles gradas. Desde el palco, el presidente amenazaba, una y otra vez con avisar a la Benem¨¦rita" ante el alboroto del p¨²blico. La presidenta, mientras, ofrec¨ªa su suculento bocadillo de jam¨®n, a un espectador que no dejaba de mirarlo con cierta gula.La parodia se llamaba Ca¨ªdos del cielo, y sus art¨ªfices, enfundados en trajes de luces o empujando los lomos de un toro de mirada burlona, eran los componentes del grupo granadino Los Involantes. Gonzalo, uno de los integrantes del colectivo teatral, defin¨ªa as¨ª su espect¨¢culo: "Se trata de un esperpento c¨®mico taurino musical de ra¨ªces profundas". Y se quedaba tan ancho.
Parodia del toreo
El p¨²blico de todas la edades se volcaba en. plena actuaci¨®n. Tan pronto abroncaba al maletilla como agitaba pa?uelos y gritaba: "El rabo, el rabo, el rabo", para convencer al tozudo presidente, que no se quitaba el puro de la boca. Al final, el diestro se llev¨® el preciado trofeo, pero m¨¢s de uno recordaba el tragic¨®mico momento de su cogida. "Me lo han matao", gritaba compungido el presidente. Segundos despu¨¦s, y ante la mirada at¨®nita de los asistentes, el torero volv¨ªa sobre sus pasos. "Que ha reviv¨ªo, miradle, que ha reviv¨ªo, se o¨ªa al presidente en medio de un centenar de sonoras carcajadas.El espect¨¢culo de Los Involantes ha sido pr¨¢cticamente la ¨²nica manifestaci¨®n teatral de estas fiestas, despu¨¦s de la suspensi¨®n del desfile inaugural de gigantes y cabezudos de Madrid. El grupo granadino coincide con otros colectivos como Artima?a o Teatro del Gusarapo a la hora de reivindicar la recuperaci¨®n del teatro de calle en San Isidro. Los tres grupos han colaborado asiduamente en las fiestas organizadas por el Ayuntamiento de Madrid en los ¨²ltimos a?os y valoran positivamente los resultados.
"Hay gente que reivindica otra cosa que no sean espect¨¢culos multitudinarios", comenta Nacho, de Los Involantes. "Los encuentros de teatro en la calle" a?ade, sirven adem¨¢s para enganchar a ese p¨²blico que quiz¨¢ nunca ha pisado iel patio de butacas de un teatro".
Los once integrantes del grupo granadino, creado hace cinco a?os, tienen su cuartel general en la localidad costera de Motril. Cuando llega el buen tiempo, meten "los trastos" en la furgoneta y devoran incansablemente kil¨®metros durante varios meses. "Malvivimos de esto", a?ade Nacho, "aunque ¨²ltimamente estamos teniendo suerte y no dejamos de trabajar pr¨¢cticamente durante todo el a?o".
Ritmo contagioso
A escasos metros del ruedo espont¨¢neo, la compa?¨ªa l¨ªrica Villa de Madrid calentaba los motores. Eran ya cerca de las ocho de la tarde cuand¨® los m¨¢s de 1.000 espectadores que abarrotaban el auditorio de Ciudad Lineal segu¨ªan con las palmas o tarareaban las notas de una zarzuela. Al otro extremo del parque, despu¨¦s de atravesar a duras penas la feria de atracciones, se pod¨ªa bailar al ritmo contagioso de la orquesta llamada Europa.Un ambiente m¨¢s fr¨ªo era el que se respiraba en el peque?o auditorio de Canillejas, en el distrito de San Blas, instalado justo donde Madrid muere y se convierte de pronto en un inmenso descampado. All¨ª, la orquesta Pira?a intentaba contagiar el ritmo salsero a un p¨²blico que miraba temerosamente el cielo cuando cayeron unas cuantas gotas de una nube perdida.
M¨¢s de 15 kil¨®metros separan el peque?o auditorio de Canillejas de la pradera de San Isidro. El atasco en la M-30, al llegar a las inmediaciones del estadio Vicente Calder¨®n, s¨®lo era comparable al que se forma por las noches despu¨¦s de las actuaciones en el auditorio de la Casa de Campo. El puente de Toledo era un r¨ªo de gente en la tarde de San Isidro. En la tradicional verbena no cab¨ªa un alfiler.
Muchos decidieron entonces atravesar el r¨ªo y subir al escarpado parque bautizado tambi¨¦n con el nombre del santo. Enfrente de la ermita rebosaba todav¨ªa el mosaico de puestos que aprovech¨® el tir¨®n de la romer¨ªa. La cer¨¢mica se convirti¨® as¨ª en vecina circunstancial de t¨®mbolas, churros y rosquillas tontas, listas y dem¨¢s variedades del santo.
Un poco m¨¢s arriba estaba la verbena, abarrotada hasta bien entrada la noche. La pista de baile al aire libre, engalanada con bombillas colgantes que daban a aquello el ambiente de una feria de pueblo, era la meta de decenas de parejas que se acercaban al reclamo de la m¨²sica.
A las 22.30 comenz¨® el ¨¦xodo, la vuelta a casa de los miles demadrile?os que salieron a la calle con la excusa del santo. La imagen m¨¢s singular era, si acaso, la de aquel padre, pelo canoso y espaldas encorvadas por los a?os, que volv¨ªa triunfal despu¨¦s de la intensa jornada con un inmenso David el Gnomo bajo el brazo como premio a su tenaz lucha con la t¨®mbola.
Deportes olvidados como la petanca, la pelota o el fronteras se han acercado tambi¨¦n a los barrios. Los ni?os y los deportistas federados se han altemado en torneos como las 24 horas de f¨²tbol sala celebrado en el Cerro de Almod¨®var, el trofeo de squash en el polideportivo de La Mina o el trofeo de esgrima, en el colegio Airturo Soria.
La tercera edad tambi¨¦n ha tenido su sitio en celebraciones como el encuentro de deportes rurales de La Latina. Los m¨¢s muyores han aprovechado estos d¨ªas para disputar animadas partidas de petanca o de bolos.
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