El 'Amargo' de Lorca-Maya, una tragedia flamenca
Es la tercera vez que veo este Amargo creado por Mario Maya sobre textos de Garc¨ªa Lorca y algunos populares, y en cada una de ellas he observado ciertas modificaciones, lo que interpreto como que el propio Maya no acaba de encontrarse plenamente satisfecho de su creaci¨®n.Y efectivamente, creo, que este Amargo no puede aceptarse sin reparos, m¨¢s notorios a medida que se tiene un conocimiento mejor de la obra. El principal de todos es, para m¨ª, la propia naturaleza de la historia que se pretende contar, quiz¨¢ demasiado compleja para la elementalidad b¨¢sica de un arte como el flamenco.
Quien no conozca los versos lorquianos -y aun conoci¨¦ndolos, porque Mario Maya no se limita a ilustrar el texto en este caso- me temo que encontrar¨¢ bastantes dificultades para una adecuada comprensi¨®n. Sobre todo en lo concerniente a ese personaje Jinete-Caballo que, sin embargo, marca el eje de la obra.
Amargo
Coreograf¨ªa, direcci¨®n y bailes: Mario Maya. Baile: Jos¨¦ Greco, Carmela Greco, Hiniesta Cortez, Bel¨¦n Maya, Mar¨ªa Viv¨®, Victoria Duende, Torombo, Javier Cruz, Juan de los Reyes. Cante: Esperanza Fern¨¢ndez, Rafael de Alcal¨¢, Enrique el Extreme?o. Toque: Melchor Santiago, Paco Jarana. Teatro de la Comedia. Madrid, 20 de mayo.
Fatalidad
Al margen de este problema, cuya entidad no puede minimizarse, el Amargo es una bella obra dram¨¢tica. M¨¢s bien tr¨¢gica, pues tiene muchos de los elementos, que definen la tragedia en su dimensi¨®n m¨¢s pura: esa presencia es la fatalidad y la muerte marcando constantemente la vida del h¨¦roe, el movimiento de los grupos de cantaores, bailaores y tocaores en funci¨®n de coros, el sentimiento de la inevitabilidad del destino anunciado.Mario Maya lo cuenta con su habitual sentido de la danza flamenca, que ¨¦l interpreta con su clase formidable y una riqueza de ideas verdaderamente sorprendentes. Una vez m¨¢s Maya de muestra hallarse en un momento de madurez espl¨¦ndido, de plenitud sin resquicios.
Y ello pese a que el escenario del Teatro de la Comedia se encuentra verdaderamente en lamentables condiciones para ejecutar sobre ¨¦l la danza. Tampoco el conjunto de que se ha rodeado en esta ocasi¨®n Mario le ayuda mucho, es inferior al de ocasiones anteriores, salvo alguna personalidad aislada.
Virtudes y defectos
La segunda parte, Flamenco libre, tiene parecidas virtudes y defectos. Si dejamos aparte esa bell¨ªsima creaci¨®n de sole¨¢-buler¨ªa del propio Maya con dos excelentes bailaores, y la garra del cante y baile por buler¨ªas de Esperanza Fern¨¢ndez, lo dem¨¢s discurre por cauces que no est¨¢n a la altura de un espect¨¢culo firmado por Mario Maya. Que tiene un indudable atractivo, pero insuficiente para lo exigible a un tan excepcional artista. Es la servidumbre de los grandes nombres, tanto en el flamenco c¨®mo en cualquier otro arte. Mario Maya lleva a?os situado en la cumbre, ofreci¨¦ndonos algunos de los logros m¨¢s hermosos en la historia del baile jondo, y superarse en estos casos es cada vez m¨¢s dif¨ªcil, puede parecer incluso imposible.No creo, ni mucho menos, que Mario Maya haya llegado al techo de sus posibilidades. En un escenario adecuado y rodeado de los colaboradores id¨®neos, debe seguir en esa l¨ªnea y de impecable ascendencia a las m¨¢s excelsas cotas de un arte que ¨¦l realiza normalmente en grado de eminencia.
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