El nuevo Sud¨¢n
DESDE EL levantamiento popular que logr¨®, con el apoyo de los militares, derribar, en abril del a?o pasado, la dictadura isl¨¢mica del general Numeiri, Sud¨¢n ha conocido un complejo proceso que ha desembocado, despu¨¦s de las elecciones del, mes pasado, en la constituci¨®n, el 15 de mayo, de un nuevo Gobierno que cuenta con una amplia mayor¨ªa parlamentaria. Es un hecho completamente nuevo en la historia de Sud¨¢n, y si esta situaci¨®n se consolida tendr¨¢ repercusiones en otros pa¨ªses de esa parte de ?frica, si se tiene en cuenta su situaci¨®n, que cubre una superficie inmensa de 2,5 millones de kil¨®metros cuadrados, cinco veces la de Espa?a y una vez y media la de Egipto, si bien su poblaci¨®n no alcanza la mitad de la de ¨¦ste.El antiguo dictador Numeiri se hab¨ªa convertido en un puntal de la pol¨ªtica norteamericana en esa parte del mundo y a la vez hab¨ªa cedido ante las presiones del fundamentalismo, proclamando la sharia isl¨¢mica como ley del pa¨ªs. Con ello acentu¨® al m¨¢ximo las contradicciones de un pa¨ªs que, desde la proclamaci¨®n de su independencia en 1956, pr¨¢cticamente nunca ha logrado una integraci¨®n entre sus diversos componentes. Los musulmanes, que habitan los sectores septentrionales, han dirigido la pol¨ªtica sudanesa, pero las poblaciones negras del Sur, animistas o cristianizadas, nunca han aceptado su hegemon¨ªa musulmana, lo que ha dado lugar a una guerra civil end¨¦mica y ha facilitado la penetraci¨®n de diversas; influencias extranjeras.
En las elecciones del mes pasado, las primeras que ten¨ªan lugar desde hace 18 a?os, la mitad de los electores votaba por primera vez. El resultado ha evidenciado el resurgir en lo fundamental de las fuerzas tradicionales. El partido colocado en primer lugar, el Umina, apoyado por la secta Ansar, dominante en la parte occidental del pa¨ªs, ha obtenido 99 diputados en una C¨¢mara de 264. Su dirigente, el actual jefe de Gobierno, Sadiq el Mahdi, es descendiente del legendario Mohamed Ahmed el Mahdi, que en 1885 constituy¨® durante un breve plazo un Estado independiente, aplastado luego por un cuerpo expedicionario brit¨¢nico: El Partido Democr¨¢tico Unionista, que ha obtenido 63 diputados, representa a la secta Jatmyia, dominante en, los sectores septentrionales y orientales, con una simpat¨ªa tradicional hacia Egipto. Una sorpresa de las elecciones ha sido el ¨¦xito relativo de los fundamentalistas isl¨¢micos, cuyo Frente Isl¨¢mico Nacional ha conquistado 51 esca?os.
Sadiq el Mahdi, jefe del primer partido, ha constituido un Gobierno basado en la coalici¨®n de su partido con el Partido Democr¨¢tico Unionista y en la incorporaci¨®n de cuatro ministros de diversos partidos del Sur, si bien la guerra civil ha impedido que los comicios puedan tener lugar, en algunos sectores meridionales. En el Gobierno figura un Ministerio de la Paz y del Congreso Constitucional, encargado especialmente de las negociaciones con los rebeldes del Sur y de elaborar un congreso especial para preparar su plena integraci¨®n en el Estado sudan¨¦s. En la oposici¨®n quedan los comunistas, con tres diputados, y el Frente Isl¨¢mico, que El Mahdi se ha negado a incorporar a su Gobierno precisamente porque tiene el prop¨®sito de anular la sharia como ley nacional, condici¨®n decisiva para poder superar la guerra civil.
Hasta ahora, el coronel John Garang, jefe del Movimiento por la Liberaci¨®n del Pueblo Sudan¨¦s, mantiene desconfianza hacia las nuevas autoridades de una total Jartum. y sigue empe?ado en la lucha armada. El futuro del Gobierno depender¨¢ en buena parte de su capacidad de superar ese c¨¢ncer de la guerra civil en el Sur. El Ejecutivo tiene que hacer frente a una situaci¨®n angustiosa de la econom¨ªa, con la amenaza del hambre para millones de personas; pero mientras el horizonte siga cerrado en el problema del Sur, su capacidad de acci¨®n quedar¨¢ reducida. En el plano exterior, el temor de un basculamiento hacia Libia despu¨¦s de la ca¨ªda de Numeiri no parece confirmarse. Al nuevo ministro de Exteriores, de la secta Jatmyia, se le atribuyen simpat¨ªas proegipcias. En cualquier caso, un retorno de Sud¨¢n a una legislaci¨®n laica es un factor importante para Mubarak ante el crecimiento de la presi¨®n integrista en Egipto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.