100 a?os de historia de la estaci¨®n de Delicias
Pocos museos pueden exhibir con orgullo una muestra sobre su propia historia. ?ste es el caso del museo-estaci¨®n de Delicias, que presenta, desde el 16 de mayo hasta mediados del pr¨®ximo mes de julio, una visi¨®n retrospectiva de sus m¨¢s de 100 a?os de vida. La exposici¨®n, resumida tambi¨¦n en las p¨¢ginas de un libro, abarca desde estudios hist¨®ricos sobre el crecimiento de Madrid y la historia del ferrocarril hasta una colorista colecci¨®n de acuarelas y dibujos inspirados en la singular estructura de la estaci¨®n.
Escondida a un lado del paseo que lleva su mismo nombre, la estaci¨®n de Delicias podr¨ªa pasar por la hermana menor de Atocha. Su construcci¨®n, sin embargo, data de 1880, cuando Atocha y Pr¨ªncipe P¨ªo no eran sino unas destartaladas instalaciones provisionales. La estaci¨®n, fuera de servicio desde 1969, se salv¨® milagrosamente de la piqueta y hoy alberga el Museo Nacional Ferroviario.A primera vista, la construcci¨®n parece una maqueta de tama?o natural. Las amplias cristaleras, las arquetas y la marquesina hace tiempo que olvidaron ya la suciedad par¨¢sita de cualquier estaci¨®n. Sobre sus andenes, la historia viva y api?ada del ferrocarril: desde la reconstrucci¨®n del primer tren que circul¨® por Espa?a, en 1848, hasta los modelos m¨¢s recientes de m¨¢quinas el¨¦ctricas. Y en el ambiente flota el ruido machacante, que no el humo, de una interminable grabaci¨®n que reproduce el sonido real de las viejas locomotoras.
La exposici¨®n Madrid-Delicias, historia de una estaci¨®n rescata los retazos de una ¨¦poca que gir¨® en torno al tren. La explotaci¨®n de las minas cacere?as y el inter¨¦s comercial del puerto de Lisboa hicieron mirar a los primeros ferroviarios hacia el Oeste. La idea de unir Madrid y Lisboa por v¨ªa f¨¦rrea ven¨ªa ya de 1845. Las obras, sin embargo, no comenzaron hasta pasados 33 a?os.
La estaci¨®n de Delicias fue inaugurada el 30 de marzo de 1880, y despu¨¦s de varias vicisitudes pasa por fin a manos de la compa?¨ªa Madrid-C¨¢ceres-Portugal. De ella partieron en un principio trenes de viajeros y mercanc¨ªas que ten¨ªan su destino en el Oeste. Uno de los m¨¢s populares era el tren borracho, llamado as¨ª por los viajeros que hac¨ªan los fines de semana el trayecto Madrid-Talavera cargados con botas y garrafas de vino.
Poco tiempo tuvo Delicias para poder llevar con orgullo el distintivo de la principal estaci¨®n de Madrid. La construcci¨®n del nuevo y monumental apeadero de Atocha en 1892 supone el lento ocaso de la estaci¨®n, que empieza a quedarse peque?a. En 1961, cuando el popular Lusitania Express se traslada a los andenes de Atocha, los d¨ªas de Delicias est¨¢n ya contados. Veinte a?os despu¨¦s comenzar¨ªan las obras para convertirla'en el Museo Nacional Ferroviario.
La 'llave del sur'
La historia de la estaci¨®n de Delicias est¨¢ ligada inseparablemente al ensanche de Madrid. Con la llegada del ferrocarril, el entorno urbano que hoy ocupa el distrito de Arganzuela mereci¨® el apelativo de llave del sur. Delicias contribuy¨® durante casi un siglo a alimentar el merecido calificativo de una zona urbana que acab¨® extendi¨¦ndose hasta abrazar el vecino distrito de Villaverde.La exposici¨®n muestra tambi¨¦n una amplia colecci¨®n de dibujos y acuarelas realizados por alumnos de la escuela t¨¦cnica superior de arquitectura de Madrid. La transparencia de la estaci¨®n de Delicias y la pureza de sus l¨ªneas han merecido los elogios de arquitectos como Jos¨¦ Joaqu¨ªn Aracil, que la considera como "un modelo de funcionalidad". El proyecto inicial fue ideado por el ingeniero franc¨¦s ?mile Cacheli¨¦vre: una larga estructura met¨¢lica de 150 metros de largo y 35 de ancho, con dos naves paralelas para llegadas y salidas.
De las aproximadamente 30.000 personas que han visitado el museo desde el pasado mes de octubre, dos terceras partes son estudiantes que acuden en grupos concurridos. Los visitantes suben a los trenes que reposan en el and¨¦n, leen con curiosidad los m¨¢s de 50 paneles explicativos o recorren las salas de exposici¨®n, donde se amontonan guardagujas, linternas, tel¨¦fonos y un sinf¨ªn de objetos diversos.
La recuperaci¨®n de trenes de vapor con fines culturales es uno de los principales objetivos del museo. Un peque?o apeadero en la misma Delicias es el punto de partida del popular tren de la fresa, que cubre todos los fines de semana el trayecto Madrid-Aranjuez, despu¨¦s de estar 55 a?os fuera de servicio. Mar¨ªa Dolores Moreno, conservadora del museo, explica que un tren-museo itinerante llevar¨¢ pr¨®ximamente la historia del ferrocarril por toda la Pen¨ªnsula. Simult¨¢neamente, y gracias a la colaboraci¨®n de la Fundaci¨®n de Ferrocarriles Espa?oles, se ir¨¢n abriendo sedes regionales del museo.
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