Este gato no se vende barato
Aun en medio de este p¨¢ramo posmoderno madrile?o, de cuando en cuando es posible asistir a recitales tan estimulantes como los de Gato P¨¦rez, porque estimulante para el cuerpo y la mente es la m¨²sica de este tan personal cantautor, uno de los mejores creadores de canciones de este pa¨ªs. Es Gato P¨¦rez veterano e inquieto m¨²sico que ha ido elaborando un lenguaje original y rico, fruto de un conocimiento profundo de cuanto en m¨²sica popular se hace por el mundo.Un lenguaje que saquea con sana desverg¨¹enza m¨²sicas y estilos, que igual deja o¨ªr una cadencia de Dylan que de Mach¨ªn; de Chick Corea o Peret, de los Rolling o Rub¨¦n Blades, para derramarse en canciones que no se parecen a ninguna otra, que expresan un mundo propio de ideas y sensaciones, de obsesiones tambi¨¦n, con un estilo inconfundible.
Gato P¨¦rez
Con Javier Ib¨¢?ez (piano y teclados), Toni Clamosa (bajo), Andy Simon (bater¨ªa y voces) y Pepe Sanou (teclados). El¨ªgeme. Madrid, 27 de mayo.
Abri¨® el recital con Juanito alima?a, canci¨®n de Curret Alonso, la ¨²nica perteneciente a otro autor que interpret¨®, y repiti¨® algunas de sus canciones m¨¢s estremecedoras, como Veneno blanco o Granito de sal, y algunas de las m¨¢s alegres y definitorias, Gitanitos y morenos o Todos los gatos son pardos, junto a los temas de su nuevo disco, con el que Gato P¨¦rez vuelve a sus mejores trabajos despu¨¦s de un par de ¨¢lbumes m¨¢s irregulares.
Canta Gato P¨¦rez acompa?ado por un cuarteto de m¨²sicos m¨¢s que competentes, y juntos consiguen encontrar un tono que, sin entrar en c¨®mo podr¨ªa, sonar con otra formaci¨®n, equilibra a la perfecci¨®n los toques calientes de la salsa caribe?a y de los ritmos hispanos, base primera de su estilo, y el timbre sonoro que se supone debe tener la m¨²sica urbana de hoy. Todo ello conjuntado con la distanciada seriedad que Gato P¨¦rez, como artista serio que es, tiene sobre el escenario.
La m¨²sica de Gato es una m¨²sica que se baila, faltar¨ªa m¨¢s, pero son tambi¨¦n canciones que deben escucharse, porque entonces es cuando alcanzan su m¨¢xima dimensi¨®n. ?sta fue la ¨²nica pega del recital; estando correcto el sonido, la voz no se escuch¨® con la claridad necesaria, creando problemas para la comprensi¨®n de alguno de los magn¨ªficos textos de este Gato que, ciertamente, no se vende barato.
Babelia
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