UCD, una existencia 'fantasma'

Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico, el partido que permaneci¨® en el poder desde junio de 1977 hasta noviembre de 1982, ser¨¢ el gran ausente en las elecciones del 22 de junio. Desde que, en febrero se 1983, Landelino Lavilla, presidente del partido, decretase su disoluci¨®n de hecho, el ¨²nico recuerdo de UCD fue el fantasmal grupo parlamentario centrista, once de cuyos doce miembros pronto eligieron otros destinos pol¨ªticos, aunque sin llegar nunca a disolver el rentable grupo: Alianza Popular, Partido Liberal, Partido Dem¨®crata Popular, Coalici¨®n Galega, Partido Reformista y hasta un grup¨²sculo nacionalista canario. Tan s¨®lo el ex presidente del Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo, resisti¨® la tentaci¨®n de afiliarse a una u otra opci¨®n para mantener el esca?o tras las pr¨®ximas elecciones, aunque, haya manifestado p¨²blicamente sus simpat¨ªas por el PRD.

Fuera del Parlamento, los ¨²ltimos remisos a afiliarse a alguno de los partidos hoy existentes ocupan cargos p¨²blicos (Landelino Lavilla), se han volcado en la vida privada (Jos¨¦ Pedro P¨¦rez Llorca), esperan la constituci¨®n de una alternativa v¨¢lida frente al socialismo (Juan Antonio Ortega D¨ªaz-Ambrona) o han pasado a ocupar cargos de representaci¨®n en el extranjero (Fernando ?lvarez de Miranda, Eugenio Nasarre). No ha quedado nadie para apagar la luz, y los ¨²ltimos que resistieron, haciendo frente a las deudas, como I?igo Cavero, hace ya meses que abandonaron el barco, para ocupar puestos menos inh¨®spitos -una vicepresidencia con el PDP en el caso de Cavero-

Sin embargo, oficial y legalmente, UCD no ha muerto, por mas que ya no tenga sedes ni militantes y por m¨¢s que los bancos hayan perdonado u olvidado las deudas incobrables que, seg¨²n algunas versiones, superan los cuatro mil millones de pesetas; jam¨¢s se celebr¨® el preceptivo congreso de disoluci¨®n y, por tanto, a efectos del registro de asociaciones existente en el Ministerio del Interior, UCD sigue siendo un partido dado de alta y vivo.