Juan Pablo II define el marxismo como una forma de "resistencia al Esp¨ªritu Santo"

El papel central del Esp¨ªritu Santo en la vida de la Iglesia, el anuncio del gran jubileo del a?o 2000. y la definici¨®n del marxismo como forma de resistencia al Esp¨ªritu Santo" son algunas de la ideas principales que se contienen en la enc¨ªclica Dominum et vivificantem, de Juan Pablo II. La carta va fechada en Roma el 18 de mayo y est¨¢ dedicada "al Esp¨ªritu Santo en la vida de la Iglesia y del mundo", y ha sido dada a conocer con un retraso de 10 d¨ªas debido a problemas de traducci¨®n.

La nueva y quinta enc¨ªclica del papa Juan Pablo II dedicada enteramente al Esp¨ªritu Santo tiene 37.000 palabras. La ha escrito ¨¦l solo en polaco. El texto original, que lleva la firma del Papa, es el latino traducido al italiano. Es quiz¨¢ la enc¨ªclica m¨¢s original de este Papa. Y tambi¨¦n la m¨¢s wojtyliana. Una enc¨ªclica muy eslava, ya que, como es sabido, el tema del Esp¨ªritu Santo es central en la liturgia y en la teolog¨ªa de las iglesias ortodoxas orientales. Aparentemente puede aparecer como una enc¨ªclica puramente espiritualista, fuera del contexto de los problemas reales del mundo de: la calle. Pero quiz¨¢ sea la enc¨ªclica m¨¢s pol¨ªtica del Papa polaco.Est¨¢ dirigida a los creyentes, pero en realidad podr¨ªa ser m¨¢s bien definida como carta a los ateos. Porque el tema de fondo, el interlocutor principal de la enc¨ªclica, es el gran mundo de los no creyentes. Est¨¢ pensada con los ojos en el a?o 2000, y por eso habla repetidamente del "gran jubileo" que se celebrar¨¢ con ocasi¨®n del 2.000? aniversario del "nacimiento del cristianismo".

Pero ha sido escrita pensando tambi¨¦n en que dentro de dos a?os (en 1988) se celebrar¨¢ el milenario de la evangelizaci¨®n cristiana de Rusia, una fecha a la que el papa Wojtyla da gran importancia y con motivo de la cual le gustar¨ªa poder viajar a Mosc¨². Por eso la enc¨ªclica tiene una cierta dimensi¨®n ecum¨¦nica y est¨¢ dirigida tambi¨¦n al mundo ortodoxo, muy sensible por historia al tema del Esp¨ªritu Santo. Y Juan Pablo II es tambi¨¦n el Papa que m¨¢s ha cre¨ªdo siempre en el mensaje secreto de: F¨¢tima, en el que se anuncia una hecatombe mundial at¨®mica si Rusia no se convirtiera. De hecho, el atentado de Al¨ª Agca contra ¨¦l tuvo lugar el d¨ªa 13 de mayo, aniversario de la aparici¨®n de F¨¢tima. Y para agradecer a la Virgen el haberle salvado la vida corri¨® a F¨¢tima al a?o siguiente en la misma fecha.

Ahora bien, todo el tema central de la nueva enc¨ªclica consiste en la necesidad de que la humanidad, sobre todo la que a¨²n no cree ni acepta el mensaje cristiano, entre en un clima de conversi¨®n. Para ello dedica un tercio de la enc¨ªclica al concepto del pecado.

Pero ?cu¨¢l es el pecado por excelencia? El Papa analiza otra de las frases m¨¢s oscuras de los evangelios donde se dice que el ¨²nico pecado que no ser¨¢ perdonado al hombre es el de "blasfemia contra el Esp¨ªritu Santo". El Papa explica que no se trata de una blasfemia como tal, sino de no aceptar el que la verdadera culpa del mundo es la del "rechazo de Dios" que empez¨® con el asesinato de Cristo.

El haber perdido la humanidad la conciencia misma de pecado ha llevado a que el "pr¨ªncipe de este mundo", es decir Satan¨¢s, a quien el Papa nombra mucho en la enc¨ªclica llam¨¢ndole tambi¨¦n "amigo de la mentira", haya convencido al hombre de que es mejor vivir sin Dios para realizarse a fondo.

Ello lleva a la "dureza de coraz¨®n", a la "no penitencia", a la "resistencia interior" al don del esp¨ªritu, el "materialismo antirreligioso" y el "car¨¢cter ateo" de la acci¨®n personal y social.

El pecado del ate¨ªsmo se concretiza para el Papa en el "materialismo dial¨¦ctico e hist¨®rico reconocido hoy", dice, "como n¨²cleo vital del marxismo".

Dicho materialismo es el que crea la lucha entre "la carne y el esp¨ªritu" y entre "la vida y la muerte".

Pocas veces el papa Wojtyla ha hecho una distinci¨®n tan clara entre creyentes y no creyentes. Ni nunca ha condenado con tanta fuerza los frutos del ateismo. Afirma que en los horizontes de la civilizaci¨®n contempor¨¢nea se han hecho cada vez m¨¢s presentes los signos y se?ales de la muerte, que crean", dice, "el sombr¨ªo panorama de la civilizaci¨®ri materialista".

Esta sociedad "materialista", que para el Papa no puede no ser "atea", es la que siembra el mundo de "elementos de muerte". Y cita, entre otros, las guerras, el peligro nuclear, el aborto, el hambre, la eutanasia y el terrorismo.

Para el Papa la ¨²nica posibilidad de esperanza consiste en la captaci¨®n del don que el esp¨ªritu, que es "vida y amor", ofrece al hombre que sea capaz a¨²n de "dejarse convencer en cuanto al pecado" y que se deje juzgar por la gracia" que le ofrece la Iglesia.