Arturo Jim¨¦nez Madrid
Abogado penalista y cr¨ªtico vehemente del sistema penitenciario
Con 55 a?os y unas maneras que aluden a su condici¨®n de hijo de general republicano, Arturo Jim¨¦nez Madrid es un prestigioso abogado penalista de Valencia, cuya asociaci¨®n preside. Amante de la libertad hasta definirse ¨¢crata, creyente y tolerante, jam¨¢s act¨²a en los juicios como acusador. La c¨¢rcel es, para ¨¦l, una instituci¨®n fracasada. Su amor por el padre fusilado por Franco le llev¨® a conseguir una audiencia en El Pardo y recriminarle su acci¨®n. Su republicanismo no le impide estar orgulloso de este pa¨ªs y sus reyes.
Algunos de sus antepasados fueron militares, en su mayor¨ªa inmersos en aquella tradici¨®n liberal que qued¨® segada tras la guerra civil. A Arturo Jim¨¦nez se le identifica en los pasillos del Palacio de Justicia de Valencia por unos andares de coronel que pasa revista a sus hombres. Un bigote de connotaciones marciales completa el enga?oso retrato de una persona cuya gran humanidad trasluce a trav¨¦s de sus enormes ojos.Protagonista de numerosas an¨¦cdotas, famosa es en Valencia la defensa que hizo de una persona que le hab¨ªa estafado, que result¨® absuelta. En otra ocasi¨®n una joven delincuente le pidi¨® ayuda para no recaer. Le dio 5.000 pesetas con la condici¨®n de que le devolviera la mitad. El abogado pensaba que no volver¨ªa. Para su sorpresa, la chica se present¨® al d¨ªa siguiente con 10.000 pesetas, robadas, claro.
Menos conocida es su entrevista con Franco, a quien pidi¨® que su padre fuera llevado al Valle de los Ca¨ªdos. El dictador accedi¨® y pregunt¨® d¨®nde estaba su cuerpo. El abogado respondi¨®: "Pues no s¨¦ d¨®nde lo matasteis". Tuvo problemas por aquella peque?a venganza. "Pero se lo deb¨ªa a mi padre", explica.
Del dictador perdonar¨ªa mucho, pero jam¨¢s la falta de libertad, "lo m¨¢s sagrado". "Estoy de acuerdo con Gironella", asegura en que Franco no s¨®lo quiso hacer una guerrita, acabarla pronto y volver al cuartel. La hizo larga y se qued¨®. El alzamiento se convirti¨® en lo que nunca debi¨® ser". Satisfecho de la transici¨®n y "pese a los numeros¨ªsimos errores del PSOE", coincide en algo con Felipe Gonz¨¢lez: Tambi¨¦n prefiere arriesgarse a ser acuchillado en el metro de Nueva York a morir en Mosc¨² asfixiado por la falta de libertad. Le echa en cara al PSOE "su prepotencia, mala para la democracia".
Casa perfectamente con esta personalidad su opini¨®n sobre la Justicia. "Hace falta", -afirma, "que se modernice. Para los tribunales a¨²n no se han inventado los magnet¨®fonos, por ejemplo. La rutina es agobiante. Y es rara avis, todav¨ªa, un juez progresista. Entre la judicatura, tambi¨¦n entre los abogados, predomina el conservadurismo. Pese a que son intelectuales, y eso equivale casi siempre a ser de izquierda o progresista, esa tendencia se da porque est¨¢n formados para preservar la paz y el orden, dos conceptos conservadores".
Ir¨®nico y mordaz, cree que la sentencia del caso Bardellino ha sido perfecta: "Tres de los magistrados absuelven. Dos condenan. Nadie podr¨¢ acusar a la judicatura de corporativismo". Pero, con todo, hablar de la c¨¢rcel es lo que le hace ser m¨¢s vehemente. Piensa que es una instituci¨®n terrible y fracasada, "t¨ªpicamente de derecha, donde van los individuos que resultan molestos a la sociedad. ?Para qu¨¦ sirve si no que un tribunal env¨ªe a un hombre a prisi¨®n para 30 a?os? No va a regenerarse. Como no sea para que las personas de orden puedan ir tranquilas a misa de doce"... ?Alternativas? Confiesa no conocerlas.
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