Los 'ultras' desencadenan una 'cruzada' en Israel contra los anuncios de biquinis
Una guerra religiosa, llamada kulturkampf, enfrenta la ortodoxia religiosa al mundo laico en Israel. Desencadenada en Jerusal¨¦n por los ultraortodoxos, la cruzada ha acabado extendi¨¦ndose al resto del pa¨ªs. Las iras de los ultras se dirigen contra los centenares de marquesinas de las estaciones de autobuses de las grandes ciudades israel¨ªes en las que han sido colocados anuncios de apetecibles jovencitas que hacen publicidad de trajes de ba?o y biquinis.
Los ultrarreligiosos dicen que estos anuncios son obscenos, lascivos, que suscitan malas tentaciones e inclinan a los hombres al pecado. Por eso han declarado la guerra a las marquesinas donde ha sido colocada tal publicidad y han decidido, en un principio, purificarlas mediante el fuego. Setenta de ellas han sido incendiadas por comandos que act¨²an durante la noche. Muy pocos de los combatientes de esta incendiaria cruzada contra la pornograf¨ªa fueron detenidos.Ahora, los dirigentes ultras han elaborado una nueva t¨¢ctica de la que esperan grandes resultados. Ya no se dedican a incendiar, sino que se limitan a cubrir con pintura negra tan perversa publicidad. Adem¨¢s, ya no se amparan en la oscuridad de la noche, sino que los comandos trabajan a plena luz del d¨ªa, con la cabeza muy alta y, orgullosamente, se dejan detener.
El campo de actuaci¨®n de los ultras ya no se limita a los barrios religiosos de Jerusal¨¦n. La pintura purificadora se ha extendido no s¨®lo a los distritos laicos de la ciudad, sino que ha alcanzado a barrios de Tel Aviv. "Es necesario proteger no s¨®lo la ciudad santa, sino la tierra santa en su integridad", declara el portavoz de los Neturei-Karta, fan¨¢tica secta religiosa que no reconoce al "Estado sionista". Poco importa si la mayor¨ªa laica en Israel piensa de otra nanera. Poco importa tambi¨¦n que ese deterioro de la propiedad ajena sea un delito. Esos fan¨¢ticos no reconocen la ley israel¨ª. "El Estado de Israel es un castigo infligido al pueblo jud¨ªo. Rezamos por su destrucci¨®n; eso s¨ª, sin derramamiento de sangre", ha declarado uno de estos ultraortodoxos al peri¨®dico Jerusalem Post.
Por eso, grupos de fan¨¢ticos recorren las grandes ciudades armados con una pistola de pintura negra y emborronan implacablemente a esas j¨®venes diablesas en traje de ba?o demasiado escotado. Vade retro, Satana. La polic¨ªa est¨¢ muy molesta con esta cruzada. Es lo menos que se puede decir. En lugar de estar alerta ante el crimen o el terrorismo, debe dedicar su atenci¨®n a ese vandalismo religioso.
Varias decenas de ultras han sido ya encarcelados, en espera de juicio. Y las c¨¢rceles y centros de detenci¨®n se encuentran ya superpoblados. ?D¨®nde van a meter en un plazo quiz¨¢ no demasiado largo a centenares de fan¨¢ticos? Los rabinos y los dirigentes ortodoxos son conscientes de este problema a?adido con que tropiezan las autoridades y lo utilizan en su estrategia. Pretenden crear as¨ª una situaci¨®n insostenible e inextricable al poder sionista. Los integrantes de los comandos religiosos detenidos proclaman: "Nada de libertad bajo fianza. Queremos ir a la c¨¢rcel". Su objetivo: hacer desaparecer al bello sexo de las marquesinas.
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