Autopistas, la cara oculta de la crisis bancaria
Calcular el coste final de la crisis bancaria es uno de los ejercicios apasionantes que todav¨ªa quedan pendientes por hacer en este pa¨ªs. Se sabe que la crisis afect¨® a 51 entidades y que los recursos empleados para su saneamiento hasta finales de 1983 superaron los 1,2 billones de pesetas, seg¨²n la auditor¨ªa del Tribunal de Cuentas en el Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos. Ello no incluye las ayudas al Banco Urquijo ni las destinadas a Rumasa, cuyo grupo precis¨® por si solo unos 560.000 millones d¨¦ pesetas. En todos los casos se trata de ayudas. Es decir, recursos empleados, la mayor parte: recuperables por tratarse de pr¨¦stamos, que aunque en condiciones favorables, ya se est¨¢n devolviendo.Los expertos consideran que este c¨¢lculo es incompleto y que para ser exactos habr¨ªa que a?adir al coste de la crisis bancaria, las aportaciones de Estado a las empresas concesionarias de autopistas, la mayor¨ªa de las cuales eran propiedad de los bancos. Adem¨¢s se subraya que en el caso de las autopistas, las aportaciones del Estado son subvenciones a fondo perdido.
Hasta finales de 1985, las aportaciones del Estado a las concesionarias rebasaron los 280.000 millones de pesetas, (255.000 millones por el seguro de cambio y 25.000 millones por p¨¦rdidas de ENAUSA). Los costes futuros son dif¨ªciles de evaluar, pero seg¨²n las previsiones m¨¢s optimistas no bajar¨¢n de otros 200.000 millones. La cifra total de subvenci¨®n estatal se aproximar¨¢ pues al medio bill¨®n de pesetas, una cantidad que no se alejar¨¢ mucho del coste efectivo de la crisis bancaria oficial.
La constituci¨®n de ENAUSA en 1984 result¨® providencial para algunos bancos, que pose¨ªan participaciones en Autopistas del Atl¨¢ntico (AUDASA) y Autopistas Astur Leonesa (AUCALSA). Ambas entidades, junto a Autopistas de Navarra (AUDENASA) llegaron a una situaci¨®n l¨ªmite a finales de 1983, lo que precis¨® la intervenci¨®n p¨²blica. El Estado adquiri¨® estas sociedades (s¨®lo el 50% en el caso de AUDENASA) en marzo de 1984 y carg¨® con sus deudas que alcanzaban los 156.000 millones de pesetas, seg¨²n un informe de ENAUSA.
Hasta entonces la soluci¨®n empleada por estas compa?¨ªas fue la de activar las p¨¦rdidas, refinaciarlas con nuevos cr¨¦ditos exteriores, engordando la pelota. La no intervenci¨®n del Estado hubiera sido catastr¨®fica, con la suspensi¨®n de pagos de alguna de ellas con toda la secuela de perjuicios en los mercados internacionales y en cualquier caso la deuda acumulada habr¨ªa alcanzado los dos billones. En el caso de AUDASA los bancos (Hispano, Pastor, Noroeste y Bilbao) y las cajas gallegas hab¨ªan hecho una aportaci¨®n efectiva de 4.000 millones pero se hab¨ªan endeudado en m¨¢s de 66.000 millones. En AUCASA, la proporci¨®n era similar, 6.500 millones de desembolso efectivo y 65.000 de endeudamiento.
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