La oposici¨®n, incapaz de aprovechar las debilidades del r¨¦gimen de Pinochet
La principal fuerza pol¨ªtica de Chile, la Democracia Cristiana, sufre serias tensiones internas sobre las condiciones en que se debe establecer la transici¨®n. Los socialistas, divididos en ocho tendencias, son incapaces de convertirse en el partido hegem¨®nico de la izquierda. Los comunistas mantienen la duplicidad de la presi¨®n pol¨ªtica y el apoyo a la lucha armada, que le convierte en un elemento perturbador para la unidad de la oposici¨®n. La derecha, por ¨²ltimo, se debate entre el apoyo a Pinochet y la opci¨®n por una democracia restringida."Hay falta de l¨ªderes en la oposici¨®n, y el pa¨ªs lo est¨¢ percibiendo", opina el abogado y empresario Ricardo Claro, ligado en un principio al r¨¦gimen militar. "La oposici¨®n no ha presentado nada sensato", dice. "Ha vuelto a los esquemas de los sesenta. No hay nada novedoso, ninguna soluci¨®n imaginativa. No hay posiciones que reflejen una experiencia y un aprendizaje de los errores del pasado".
El Acuerdo Nacional
Los partidos no han presentado hasta ahora proyectos de Gobierno futuro. Desde 1983 se han ido sumando a las convocatorias de movilizaci¨®n de las organizaciones sociales, sin capacidad para transformarlas en avances pol¨ªticos. Al contrario, despu¨¦s de las importantes manifestaciones de ese a?o, la Democracia Cristiana y otros partidos de centro e izquierda moderada acudieron a un di¨¢logo con el Gobierno en el que ¨¦ste gan¨® tiempo y aqu¨¦llos perdieron credibilidad.
El mayor avance que, a juicio de los observadores, ha dado hasta ahora la oposici¨®n hacia su consolidaci¨®n como alternativa de gobierno fue el Acuerdo Nacional, firmado hace un a?o por 10 partidos del centro, derecha e izquierda moderada: Uni¨®n Nacional, Partido Nacional, Partido Republicano, Partido Liberal, Partido Socialdem¨®crata, Partido Radical, Partido Dem¨®crata Cristiano, Partido Socialista (sector presidido entonces por Carlos Briones), Partido Socialista (sector de Mandujano) y Uni¨®n Socialista Popular. Al acuerdo se adhiri¨® Izquierda Cristiana y fue aceptado, aunque con reservas, por el Movimiento Democr¨¢tico Popular (formado por el Partido Comunista, Partido Socialista de Clodomiro Almeyda, Movimiento de Izquierda Revolucionaria y MAPU-Obrero y Campesino).
El acuerdo, que fue bien recibido por Estados Unidos y respaldado por la Iglesia cat¨®lica, y al que incluso se refirieron con t¨¦rminos elogiosos algunos altos oficiales de las Fuerzas Armadas, choc¨®, sin embargo, con Pinochet, que prohibi¨® a sus ministros recibir siquiera a los firmantes del pacto.
Desde ese momento la oposici¨®n se volc¨® en la v¨ªa de las movilizaciones, para lo que, por inspiraci¨®n democristiana, se cre¨® este a?o la Asamblea de la Civilidad, una asociaci¨®n de organizaciones sociales, profesionales y c¨ªvicas que co n el apoyo de la Alianza Democr¨¢tica (Democracia Cristiana, Partido Socialista, Partido Radical, MAPU y otros peque?os grupos socialistas) y del MDP ha convocado para el mes pr¨®ximo lo que pretende ser el movimiento de masas m¨¢s importante de los ¨²ltimos tres a?os.
El presidente de la Asamblea de la Civilidad, el m¨¦dico Juan Luis Gonz¨¢lez, cree que "la ¨²nica manera de presionar a las Fuerzas Armadas para que acepten un di¨¢logo que se traduzca en un Gobiemo de transici¨®n es la movilizaci¨®n". Con ese objetivo, la asamblea ha lanzado una campa?a de desobediencia civil consistente en manifestaciones, huelgas y otras protestas, como el boicoteo de productos que subvencionan los informativos de la televisi¨®n -manipulados hasta el rid¨ªculo-, que "seguir¨¢ adelante hasta conseguir la democracia", seg¨²n Gonz¨¢lez.
Uno de los integrantes de la Asamblea de la Civilidad es el Comando Nacional de Trabajadores, cuyo presidente, Rodolfo Seguel, el carism¨¢tico l¨ªder sindical del cobre a quien recientes encuestas daban como el hombre m¨¢s popular del pa¨ªs, opina que la movilizaci¨®n es necesaria porque "la dictadura no tiene capacidad de solucionar los problemas ni econ¨®mica, ni social, ni moral, ni pol¨ªticamente" Uno de los objetivos esenciales del actual per¨ªodo de protestas, es seg¨²n Seguel, "ganar los sectores medios del pa¨ªs".
Seguel afirma que la Asamblea de la Civilidad no trabaja con la vista puesta en 1989, fecha marcada por el r¨¦gimen para la celebraci¨®n de un plebiscito presidencial, sino que su cometido es "acabar con la dictadura ahora". Para ello plantea "un acuerdo amplio, pluralista, democr¨¢tico, que repre sente a la mayor¨ªa del pa¨ªs y por medio del cual se busque un entendimiento con las Fuerzas Armadas". "?ste no es un momento de di¨¢logo", dice, "no est¨¢n las condiciones dadas para un di¨¢logo, que ser¨ªa un nuevo enga?o. Hoy en dia hay que presionar, pero teniendo en la mano la propuesta pol¨ªtica".
Juan Luis Gonz¨¢lez estima que la Asamblea de la Civilidad "no pretende reemplazar a los partidos pol¨ªticos", pero les reclama "que busquen una f¨®rmula para retornar a la democracia". Para ello la oposici¨®n tendr¨¢ que resolver primero los dos principales obst¨¢culos que bloquean todo proyecto de transici¨®n: la forma en que debe establecerse la negociaci¨®n con las fuerzas armadas y qu¨¦ hacer con el Partido Comunista, al que los indicadores de los ¨²ltimos a?os (elecciones universitarias, sindicales y profesionales) dan como la organizaci¨®n que m¨¢s ha crecido bajo la dictadura.
Fabricante de comunistas
El presidente de la Democracia Cristiana, Gabriel Vald¨¦s, coment¨® recientemente que Pinochet se ha revelado en realidad como el mejor fabricante de comunistas del mundo. Ricardo N¨²?ez, reci¨¦n elegido secretario general del.Partido Socialista de la Afianza Democr¨¢tica, en sustituci¨®n de Carlos Briones, cree que "la oposici¨®n no ha sido capaz de explicar clara
La oposici¨®n, incapaz de aprovechar las debilidades del r¨¦gimen de Pinochet
mente a las Fuerzas Armadas lo que quiere".Ingobernabilidad
Germ¨¢n Correa, presidente del Movimiento Democr¨¢tico y Popular y dirigente del partido socialista m¨¢s radical, considera que "la dictadura se puede derribar con m¨¢s movilizaci¨®n, hasta conseguir la ingobernabilidad del pa¨ªs". "La negociaci¨®n con las Fuerzas Armadas", a?ade, "no se puede hacer con estos altos oficiales, ni con Pinochet".
El empresario Ricardo Claro, al que se considera representante del sector financiero m¨¢s influyente de Chile, cree que para que la oposici¨®n pueda negociar con las fuerzas armadas tiene que cumplir con tres requisitos: "Dejar los pactos con el MDP, dar garant¨ªas de que no va a haber represalias y abandonar laidea de provocar la ingobernabilidad del pa¨ªs, que s¨®lo consigue crear anticuerpos entre los militares".
Uno de los integrantes de la direcci¨®n de la Democracia Cristiana, Juan Hamilton, que representa la corriente de derecha en el partido, coincide en que el PDC debe abstenerse de cualquier acuerdo, incluso coyuntural (como el que se dio el a?o pasado en las elecciones de la Universidad de Chile) con el MDP y el Partido Comunista.
El Partido Comunista, de tendencia prosovi¨¦tica, se pronunci¨® en 1980 con una pol¨ªtica de insurrecci¨®n contra la dictadura y legitim¨® la violencia y la lucha armada contra el r¨¦gimen. Actualmente "comprende y acepta" la actuaci¨®n del Frente Patri¨®tico Manuel Rodr¨ªguez, un grupo, alzado en armas al que se considera ideol¨®gica y org¨¢nicamente vinculado al partido. Esta pol¨ªtica no ha desacreditado a los comunistas. La actuaci¨®n del Manuel Rodr¨ªguez se observa con silenciosa simpat¨ªa.
Por ello Claudio Huepe, que representa la corriente de centro izquierda y mayoritaria en la. Democracia Cristiana, estima que aunque "no es probable una unidad de la oposici¨®n, si por eso se entiende un ¨²nico bloque pol¨ªtico", s¨ª cree que "la propuesta pol¨ªtica de transici¨®n habr¨¢ que conversarla con el MPD y el Partido Comunista".
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