La revoluci¨®n reproductiva
PETER SINGERPeter Singer es profesor en el Centro de Bio¨¦tica Humana de la Monash University de Victoria, Australia. Se ocupa de problemas biol¨®gicos relacionados con la ¨¦tica y las ciencias humanas. En este art¨ªculo explica en qu¨¦ consiste la fecundaci¨®n in vitro y sus enormes posibilidades de cara al futuro, que le permiten hablar de revoluci¨®n reproductiva. Adem¨¢s analiza los problemas ¨¦ticos que se pueden derivar de esta t¨¦cnica. Seg¨²n su parecer, la mayor¨ªa de los inconvenientes que se oponen actualmente no tiene raz¨®n de ser y ¨¦stos responden a prejuicios.
En estos a?os se est¨¢ produciendo una revoluci¨®n comparable, en muchos aspectos, a la revoluci¨®n que en la f¨ªsica condujo a la bomba at¨®mica. La revoluci¨®n reproductiva, siempre que logremos alejar el peligro del desastre at¨®mico, podr¨ªa acabar siendo incluso m¨¢s importante que la nuclear. Nos dar¨¢ el poder de modificar la propia especie humana.Se inici¨® en julio de 1978, cuando naci¨® Louise Brown, primer ser humano concebido fuera del cuerpo humano. La t¨¦cnica empleada para llegar a este resultado, la fecundaci¨®n in vitro (FIV), podr¨ªa parecer simplemente un medio para ayudar a mujeres est¨¦riles a quedarse embarazadas. Pero la FIV representa un paso decisivo en un recorrido lleno de otras posibilidades: la congelaci¨®n y donaci¨®n de embriones, maternidad delegada, selecci¨®n sexual e ingenier¨ªa gen¨¦tica.
En el pasado, nuestros c¨®digos ¨¦ticos dispusieron del tiempo suficiente para irse adaptando lentamente al cambio de las circunstancias: basta pensar en el tiempo que se necesit¨® para que la condena de la usura fuese compatible con los fen¨®menos econ¨®micos de la nueva ¨¦poca mercantil. En los pr¨®ximos 10 a?os o, todo lo m¨¢s, dentro del siglo en que estamos, deberemos decidir c¨®mo vamos a utilizar las nuevas tecnolog¨ªas que pondr¨¢n en entredicho, o al menos en discusi¨®n, conceptos fundamentales como el de maternidad y, paternidad, y que nos obligar¨¢n a interrogarnos sobre cu¨¢les son las cualidades humanas m¨¢s deseables.
EL CASO SIMPLE
El llamado caso simple de la FIV es aquel en que una pareja casada est¨¦ril utiliza un ¨®vulo de la mujer y el esperma del marido, y todos los embriones que se crean se introducen en la mujer. Este caso nos permite analizar la ¨¦tica de la FIV en s¨ª misma, sin la complicaci¨®n de otros muchos problemas que pueden surgir en otras circunstancias. Luego examinaremos este tipo de complicaciones.
La t¨¦cnica como tal es muy conocida ya y se est¨¢ convirtiendo, en muchos pa¨ªses, en un remedio completamente normal para hacer frente a la esterilidad. Un tratamiento a base de hormonas permite que los ovarios de la mujer est¨¦ril puedan producir m¨¢s de un ¨®vulo en el ciclo siguiente. Los niveles hormonales de la mujer quedan sometidos a un cuidadoso control para poder determinar el momento exacto en que los huevos alcanzan la madurez. Entonces los huevos son retirados, por lo general utilizando la laparoscopia, peque?a operaci¨®n por la que un fino tubito, que se introduce en el abdomen de la mujer, aspira el huevo. En el abdomen de la paciente se introduce tambi¨¦n un laparoscopio, una especie de periscopio iluminado de fibras ¨®pticas, de manera que el operador pueda localizar el lugar en que se halla el ¨®vulo maduro. Algunos equipos m¨¦dicos usan ahora, en vez de la laparoscopia, t¨¦cnicas de ultrasonidos, que eliminan la necesidad de una anestesia total.
Una vez recogidos, los ¨®vulos se disponen en cultivo en peque?os recipientes de cristal (conocidos como petri dishes), pero no en probetas, como podr¨ªa sugerir el nombre popular de los ni?os probeta. El esperma del hombre, que se obtiene mediante masturbaci¨®n, se une a los huevos. De este modo un 80% de los ¨®vulos maduros queda fertilizado. Se deja que los embriones se dividan una o dos veces y luego, en general a las 48 o 72 horas desde la fertilizaci¨®n, se trasladan al interior de la mujer a trav¨¦s de la vagina. Esta ¨²ltima operaci¨®n es bastante sencilla.
Cuando el embri¨®n se halla de nuevo en el ¨²tero y fuera del control de la ciencia m¨¦dica, las cosas pueden complicarse y no salir del todo bien. Incluso los equipos m¨¢s expertos no son capaces de evitar que la mayor¨ªa de los embriones a que, hemos aludido antes fracasen en su intento de implantarse en el ¨²tero. Un embarazo cada cinco intentos, se considera una buena med¨ªa de trabajo para un equipo competente en FIV. Los equipos menos expertos no se acercan ni siquiera a esta media. Sin embargo, varios cientos de ni?os han venido al mundo gracias a esta t¨¦cnica, hasta el punto de que se calcula que cada d¨ªa, en alguna parte del mundo, nace un ni?o fecundado artificialmente.
Numerosas personas est¨¢n en contra de la FIV, incluso en el caso simple. Y las objeciones m¨¢s corrientes son: 1. Que la FIV es antinatural. 2. Que la FIV hace correr riesgos a los hijos. 3. Que la FIV separa el aspecto procreativo del conyugal en el matrimonio, y as¨ª da?a a la relaci¨®n entre los c¨®nyuges. 4. Que la FIV es il¨ªcita porque implica masturbaci¨®n. 5. Que la adopci¨®n es una soluci¨®n mejor al problema de la falta de hijos. 6. Que la FIV es un lujo costoso y que los recursos podr¨ªan emplearse mejor para otras cosas. 7. Que la FIV aumenta el control sobre la reproducci¨®n por parte de los hombres y por ello pone en peligro la situaci¨®n de las mujeres en la comunidad.
Examinemos r¨¢pidamente las cuatro primeras objeciones. Respecto a la primera, si tuvi¨¦semos que rechazar los progresos de la medicina sobre la base de que son antinaturales, deber¨ªamos renunciar a toda la medicina moderna. No hay nada m¨¢s natural en nuestra especie que hacer uso de la inteligencia de la que estamos dotados para superar las situaciones adversas en las que podamos encontramos.
Por lo que respecta a la acusaci¨®n de que la FIV es un riesgo para el ni?o, ¨¦sta se ha lanzado antes de que la FIV se hubiese convertido en una t¨¦cnica ampliamente utilizada. Basta destacar que los resultados de la FIV han refutado felizmente las m¨¢s oscuras previsiones. Quiz¨¢ no podamos afirmar todav¨ªa con certeza estad¨ªstica que el riesgo de deformaci¨®n no es mayor con la FIV que con los m¨¦todos de concepci¨®n m¨¢s corrientes; pero parece que se aproxima el d¨ªa en que esta afirmaci¨®n acabe teniendo una base s¨®lida.
La tercera y cuarta objeci¨®n provienen de los representantes de algunos grupos religiosos, pero son dif¨ªcilmente defendibles fuera del ¨¢mbito de determinadas confesiones. No son muchas las parejas est¨¦riles que van a tomarse en serio la opini¨®n seg¨²n la cual sus relaciones conyugales se ver¨ªan da?adas por utilizar una t¨¦cnica que le proporciona una mejor oportunidad de tener un hijo propio. Sea como sea, es una actitud extremadamente paternalista aconsejar a una pareja que no utilice la FIV porque va a ser perjudicial para su matrimonio. Sin ninguna duda, ¨¦sta es una opci¨®n que corresponde exclusivamente a los c¨®nyuges.
La oposici¨®n a la masturbaci¨®n proviene de una fuente parecida y puede ser rebatida a¨²n m¨¢s r¨¢pidamente. Las prohibiciones relativas a la masturbaci¨®n son tab¨²es del pasado, que incluso los representantes religiosos comienzan a reconsiderar.
Las dos objeciones siguientes, la quinta y la sexta, merecen una valoraci¨®n m¨¢s cuidadosa. En un mundo ya superpoblado, en el que hay tantos ni?os que no pueden recibir una alimentaci¨®n y una educaci¨®n adecuadas, parece absurdo emplear toda la inventiva de la medicina para procrear m¨¢s ni?os. Podemos preguntarnos adem¨¢s -dado el elevado n¨²mero de muertes causado por enfermedades que pueden prevenirse- por qu¨¦ hay que dar prioridad al desarrollo de t¨¦cnicas costosas para hacer frente al problema de la esterilidad, que es relativamente menos grave.
Estas objeciones ser¨ªan v¨¢lidas s¨®lo si imagin¨¢semos un mundo ideal en el que hubiese familias amorosas para ni?os no deseados, antes de procrear a otros nuevos, y deber¨ªamos hallar remedio para todas las enfermedades que pueden prevenirse y las debidas a la malnutrici¨®n antes de seguir combatiendo el problema de la esterilidad. Pero, ?por qu¨¦ s¨®lo en el caso de la FIV nos preguntamos si ¨¦sta se adapta a los requisitos de un mundo ideal? En un mundo ideal nadie consumir¨ªa m¨¢s de la cantidad justa de recursos que le correspondiese. No podr¨ªamos utilizar autom¨®viles lujosos mientras otros se mueren por falta de f¨¢rmacos. Y no desperdiciar¨ªamos tantos recursos en la producci¨®n de productos animales que componen nuestra dieta, mientras que otros se mueren de hambre.
Si las parejas no est¨¦riles tienen libertad de traer al mundo una prole numerosa en vez de adoptar ni?os pobres extranjeros, entonces tambi¨¦n las parejas est¨¦riles deben tener libertad para engendrar a sus propios hijos. En ambos casos se deber¨ªa tomar en consideraci¨®n, como alternativa, la adopci¨®n de ni?os de los pa¨ªses pobres o incluso ni?os de nuestros pa¨ªses no deseados debido a alguna minusval¨ªa. Pero si no hacemos obligatoria esta elecci¨®n en el primer caso, tampoco podemos hacer que lo sea en el segundo.
La ¨²ltima objeci¨®n se debe a ciertas feministas. En una recopilaci¨®n de ensayos reciente, escritos por mujeres, titulada Test- Tube Women: What Future for Motherhood?, se manifiestan profundas dudas respecto a la nueva t¨¦cnica de reproducci¨®n. De las autoras, ninguna se muestra m¨¢s hostil que Robyn Rowland, soci¨®loga australiana, que escribe: "... en ¨²ltima instancia, la nueva t¨¦cnica ser¨¢ utilizada en beneficio de los hombres y en perjuicio de las mujeres. Aunque la tecnolog¨ªa en s¨ª no sea negativa siempre, el verdadero interrogante ha sido siempre: ?qui¨¦n controla? La t¨¦cnica biol¨®gica se encuentra en manos de los hombres". Y Rowland termina con una advertencia tan terrible que recuerda a los anatemas que lanzan los oponentes m¨¢s conservadores de la FIV: "Lo que quiz¨¢ se est¨¦ produciendo es la ¨²ltima batalla de la larga guerra de los hombres contra las mujeres. La postura de las mujeres es extremadamente precaria... podr¨ªamos llegar a vernos privadas de cualquier elemento que nos garantice un poder contractual. En la historia de la humanidad, las mujeres han tenido un valor s¨®lo gracias a su funci¨®n reproductiva. Cabe preguntarse que si tambi¨¦n nos van a quitar este ¨²ltimo poder, que pasar¨ªa bajo control de los hombres, ?cu¨¢l ser¨ªa entonces el papel de las mujeres en un mundo futuro? ?Las mujeres quedar¨¢n obsoletas? ?Deberemos luchar para conservar y reclamar el derecho a la maternidad? ?Acaso no nos ha enga?ado otra vez el sistema patriarcal? Por eso os digo, hermanas, que est¨¦is con la guardia alzada".
Tales afirmaciones, en mi opini¨®n, carecen de base. Las mujeres han tenido un papel importante en los principales equipos que han aplicado la FIV en el Reino Unido, en Australia y en Estados Unidos: Jean Purdy colabor¨® desde el principio con Edwards y con Steptoe en la investigaci¨®n que condujo al nacimiento de Louise Brown; Linda Mohr dirigi¨® la investigaci¨®n sobre la congelaci¨®n de los embriones en el Queen Victoria Medical Center de Melbourne; y en Estados Unidos, Georgeanna Jones y Joyce Vargyas desempe?aron un papel de primer orden, respectivamente, en las cl¨ªnicas innovadoras de Norfolk, en Virginia, y en la universidad del Sur de Cafifornia. Es raro que una feminista no tenga en cuenta las aportaciones de estas mujeres.
El PAPEL DE LA MUJER
Aun admitiendo que la t¨¦cnica siga estando mayoritariamente en manos de los hombres, es necesario recordar, pese a ello, que aqu¨¦lla se desarroll¨® como respuesta a las necesidades de las parejas est¨¦riles. Por las entrevistas que han llegado a mis manos y por las reuniones a las que he asistido, he podido sacar la conclusi¨®n de que no hay duda de que ambas partes de la pareja est¨¢n muy apenadas por la falta de hijos, pero si hay uno m¨¢s aperiado que el otro, ¨¦ste ser¨¢, sin duda, casi siempre, la mujer. Por lo general, las feministas reconocen este hecho, pero lo atribuyen a la fuerza de los v¨ªnculos impuestos por la sociedad patriarcal. Pero lo que hay que dejar claro en primer lugar no es precisamente la causa del fuerte deseo de hijos por parte de la mujer. El problema fundamental es otro. Es decir, en qu¨¦ sentido la nueva t¨¦cnica constituye un instrumento de dominaci¨®n de las mujeres por parte de los hombres. Si es cierto que esta t¨¦cnica es una respuesta concreta a los deseos de las mujeres yde los hombres, es dif¨ªcil comprender, entonces, por qu¨¦ raz¨®n las feministas la condenan.
Sean cuales fueren las motivaciones originarias de la FIV, e independientemente de los beneficios que pueda ofrecer a las parejas est¨¦riles, podr¨ªamos objetar el que el ulterior desarrollo de t¨¦cnicas como la ectog¨¦nesis -es decir, la formaci¨®n y crecimiento del embri¨®n fuera del cuerpo materno, en un vientre artificial- fuese a disminuir la posici¨®n social de la mujer. Como sostuvo Shulamith Firestone hace unos a?os en The dialectic of sex, que es una notable obra feminista, esta posibilidad elimina la barrera biol¨®gica fundamental que impide la total igualdad de los sexos. Por esto, Firestone acog¨ªa favorablemente la posibilidad de la ectog¨¦nesis y deploraba la escasa importancia que nuestra sociedad machista atribu¨ªa a las investigaciones en este campo.
El punto de vista de Firestone, sin lugar a dudas, buscaba m¨¢s bien la igualdad entre los sexos y no habr¨ªa aceptado la despectiva opini¨®n de Rowland. En efecto, si se sostiene que romper el v¨ªnculo entre la mujer y la maternidad significa eliminar la situaci¨®n de la mujer en la sociedad, ?qu¨¦ deber¨ªa decirse, entonces, de la capacidad de las mujeres para alcanzar la plena igualdad en otras esferas de la vida? Yo no soy tan pesimista. Por ello pienso que la puesta a punto de una t¨¦cnica que permita a las mujeres tener hijos sin quedar embarazadas es algo que les proporcionar¨¢ m¨¢s ventajas que inconvenientes.
Las objeciones de naturaleza ¨¦tica que pueden oponerse a la FIV en el caso simple no son muy v¨¢lidas. No deber¨ªan repre
La revoluci¨®n reproductiva
sentar un obst¨¢culo para la aplicaci¨®n de la FIV cuando ¨¦sta es la mejor manera de superar la esterilidad y o cuando la pareja est¨¦ril no est¨¢ dispuesta a resolver el problema por medio de la adopci¨®n.Por otro lado, la FIV podr¨ªa aplicarse en circunstancias totalmente diferentes a las del caso simple. Enumeremos algunas: 1. Podr¨ªa tratarse de una pareja que no est¨¢ casada legalmente; o incluso, la ¨²nica paciente podr¨ªa ser la mujer, sin necesidad de tener ninguna relaci¨®n con la pareja. 2. La pareja podr¨ªa no, ser est¨¦ril, pero podr¨ªa preferir la FIV por otras razones; por ejemplo, en el caso de que la mujer fuera portadora de un defecto, gen¨¦tico. 3. La esperma, o el ¨®vulo, o ambos, podr¨ªan pertenecer a terceros, y no a la pareja en cuesti¨®n. 4. Algunos embriones podr¨ªan no ser introducidos en la mujer, sino que podr¨ªan congelarse y conservarse para ser usados posteriormente, o ser donados a otras personas, o utilizados en la investigaci¨®n o, simplemente, desechados.
Todas estas variantes; del caso simple plantean problemas de dif¨ªcil soluci¨®n, al menos a nivel potencial. Digo a n¨ªvel potencial porque en ciertos casos las dificultades aprecien s¨®lo en los casos m¨¢s extremos. Por ejemplo, no hay razones v¨¢lidas para crear discriminaciones hacia las parejas no casadas legalmente, pero que gozan de una situaci¨®n estable de facto; por otro lado, deber¨ªa valorarse m¨¢s atentamente el caso de mujeres solas que quieran utilizar la FIV. Es cierto que las mujeres solas no est¨¦riles tienen plena libertad para procrear; de todos modos, el m¨¦dico que asiste a una mujer est¨¦ril debe tener cuidado, en cierta medida, de que el ni?o, despu¨¦s de nacer, crezca en un ambiente que le garantice que va a comenzar su vida de una manera adecuada.
En cambio, no plantea demasiados problemas la utilizaci¨®n de la FIV por parejas est¨¦riles cuando, la mujer sufre alg¨²n defecto gen¨¦tico grave; si se admite la inseminaci¨®n artificial en el caso en que el hombre sufra un defecto semejante, habr¨ªa que hacer lo mismo con la FIV en el caso de la mujer. Pero tambi¨¦n aqu¨ª surgen interrogantes. ?Hasta d¨®nde llegar? ?Qu¨¦ hacer cuando el defecto carece de importancia? O, si la mujer no tiene ning¨²n defecto, pero desea el ¨®vulo de una amiga cuya inteligencia o belleza considere superior a la suya? Existe ya un banco de esperma en California que ofrece a mujeres seleccionadas el esperma de cient¨ªficos premiados con el Nobel. A este paso, pronto se ofrecer¨¢n ¨®vulos de la misma manera. Lo que s¨ª est¨¢ claro es que, Por ahora, mientras la oferta de FIV siga siendo escasa, deber¨¢n tener prioridad las personas est¨¦riles o portadoras de defectos gen¨¦ticos.
LA ?TICA
La utilizaci¨®n de esperma, ¨®vulos y embriones plantea ulteriores interrogantes. Existe un precedente, el de la utilizaci¨®n de esperma donado en la inseminaci¨®n artificial. A este respecto se ha visto la necesidad de proporcionar a la pareja un servicio de consulta para los problemas psicol¨®gicos que pueden surgir en casos semejantes. Se plantea la pregunta, asimismo, de si el ni?o ha de ser informado sobre su origen gen¨¦tico. Muchos ni?os adoptados en su d¨ªa consideran ahora que tienen derecho a una informaci¨®n completa. Hay motivos; para afirmar que tienen el mismo derecho las personas nacidas gracias a la utilizaci¨®n de esperma de ¨®vulos donados. Deber¨ªa informarse a los padres legales sobre los datos referentes a la persona del donante -pero de manera que no permita su identificaci¨®n-, con el fin de que el ni?o sea informado posteriormente.
El punto m¨¢s controvertido es de orden ¨¦tico. Se refiere a lasituaci¨®n del embri¨®n, y se plantea en particular cuando se considera la eventualidad de crear un n¨²mero de embriones mayor del que se van a introducir de una vez en la mujer. La posibilidad de eliminar algunos embriones o de utilizarlos en la investigaci¨®n cient¨ªfica no es aceptada por quienes consideran que el embri¨®n es un ser humano y, como tal, dotado de igual derecho a la existencia. Ni siquiera la congelaci¨®n de los embriones satisface a quienes comparten tales opiniones, pues en el momento actual las posibilidades de que un embri¨®n congelado se convierta en un ni?o de carne y hueso no son demasiadas. Pero, dejando a un lado las concepciones religiosas, ?es plausible sostener que el embri¨®n tiene derecho a la existencia?
Quienes afirman tal derecho parten de un presupuesto equivocado, es decir, que la mera pertenencia a la especie homo sapiens sea suficiente para otorgar derecho a la existencia. Pero, ?por qu¨¦ la pertenencia a esta especie deber¨ªa ser decisiva desde el punto de vista moral? Si consideramos que est¨¢ mal destruir algo, sin duda habr¨¢ que tener presentes sus caracter¨ªsticas reales, y no s¨®lo la especie a la que pertenece. El embri¨®n que acaba de ser concebido ocupa un escal¨®n muy bajo en la escala biol¨®gica. Carece de cerebro y de sistema nervioso, y, presumiblemente, es totalmente incapaz de tener sensaciones de dolor o de otro tipo. ?Por qu¨¦ entonces deber¨ªan tener un derecho a la existencia mayor que el de otras criaturas como los perros, los cerdos, etc¨¦tera, que poseen una mucho mayor capacidad de percepci¨®n? ?Quiz¨¢ porque el embri¨®n tiene en potencia la posibilidad de convertirse en un ser humano completo? Pero, si es ¨¦sta potencialidad la que resulta decisiva en fin de cuentas, ?c¨®mo es que nadie levanta objeciones contra la destrucci¨®n del ¨®vulo y del esperma antes de su uni¨®n? Considerados colectivamente, un ¨®vulo y una gota de l¨ªquido seminal poseen tambi¨¦n, ambos, la potencialidad de transformarse en un ser humano. Si e l¨ªcito impedir que esta potencialidad llegue a realizarse, ?por qu¨¦ deber¨ªa ser err¨®neo tomar esa decisi¨®n uno o dos d¨ªas despu¨¦s, impidiendo as¨ª al embri¨®n que llevase a cabo su propia potencialidad? Hasta el momento en que el embri¨®n no haya desarrollado una capacidad sensitiva y haya adquirido as¨ª una relativa autonom¨ªa merecedora de tutela, es imposible sostener que debe tener derechos.
De todo esto se desprende que mientras la pareja siga dando su consentimiento no hay ninguna objeci¨®n ¨¦tica que impida descartar embriones que se han formado poco antes. Tanto mejor si pueden ser utilizados en investigaciones importantes. Lo que es importantes es que el embri¨®n no siga conserv¨¢ndose despu¨¦s de que se haya formado el cerebro y el sistema nervioso, que le permiten sentir dolor.
Por lo que respecta a la congelaci¨®n del embri¨®n con vistas a su posterior traslado al seno materno, esto no implica ning¨²n riesgo de anormalidad, y parece que no hay nada que objetar.
As¨ª pues, si, por un lado, estos casos m¨¢s complejos nos arrastran a un terreno m¨¢s controvertido desde el punto devista ¨¦tico, por el otro queda claro que no puede darse una oposici¨®n global a la aplicaci¨®n de la FIV m¨¢s all¨¢ del restringido ¨¢mbito del caso simple. Es necesario valorar atentamente cada paso ulterior antes de darlo. Algunas opciones resultar¨¢n, al final, inoportunas; pero otras resultar¨¢n beneficiosas y libres de objeciones serias.
?Cu¨¢l es nuestro futuro? La FIV ha abierto el camino a una amplia gama de ulteriores posibilidades. Dentro de no mucho tiempo deberemos decidir qu¨¦ posibilidades habr¨¢ que desarrollar y cu¨¢les rechazar. Veamos algunas: 1. Una madre sustitutiva podr¨ªa traer al mundo a un ni?o para otra pareja, a la que se confiar¨ªa el ni?o despu¨¦s del nacimiento. Los padres gen¨¦ticos podr¨ªan ser incapaces de concebir de manera normal, o simplemente podr¨ªan considerar m m¨¦todo de sustituci¨®n. La madre-sustituta podr¨ªa ser recompensada por su servicio. 2. Podr¨ªan utilizarse los embriones para proporcionar ¨®rganos a personas que necesitan un trasplante. Se ha sugerido que el tejido de los embriones podr¨ªa restituir las funciones nerviosas a los parapl¨¦jicos. Se permitir¨ªa el desarrollo de los embriones hasta el momento en que los ¨®rganos comenzasen a formarse, tras lo cual ¨¦stos se separar¨ªan y se pondr¨ªan en cultivo hasta cuando adquiriesen el tama?o adecuado para su utilizaci¨®n. 3. Podr¨ªan producirse numerosos embriones, identificando sus caracter¨ªsticas gen¨¦ticas; el embri¨®n que se considerase mejor se trasladar¨ªa al seno materno, y los dem¨¢s se descartar¨ªan. Como altemativa, ser¨¢ posible en un futuro modificar las caracter¨ªsticas gen¨¦ticas de un embri¨®n con el fin de eliminar los defectos e introducir las caracter¨ªsticas gen¨¦ticas deseables.
Comencemos por la maternidad delegada. Con la inseminaci¨®n artificial ¨¦sta es ya una realidad. Y, puesto que no exige una asistencia m¨¦dica especializada, resulta imposible detener su desarrollo. Lo mejor que se puede hacer es regularla, tratando de eliminar algunos problemas que pueden presentarse: madres-sustitutas que desean conservar para s¨ª el ni?o, o que amenazan con abortar con el fin de conseguir m¨¢s dinero de la pareja est¨¦ril; o bien parejas que se niegan a aceptar al ni?o nacido con malformaciones. La maternidad delegada seg¨²n el m¨¦todo de la FIV no implica problemas demasiado serios; antes bien, desde el punto de vista psicol¨®gico, podr¨ªa ser m¨¢s f¨¢cil para la madre-suistituta separarse de un nido que no es suyo gen¨¦ticamente hablando. Por otro lado, es muy posible que vaya a aumentar el n¨²mero de parejas interesadas por la maternidad delegada si el ni?o puede ser el hijo gen¨¦tico de ambos padres.
Sin embargo, un sistema comercializado de maternidad delgada puede traer consigo graves problemas, pues podr¨ªa, por ejemplo, dividir a la sociedad en dos grupos: los pobres que paren ni?os como siempre y los ricos que los encargan. Quiz¨¢ podr¨ªa, establecerse, finalmente, alg¨²n, sistema aceptable que consistiese, por ejemplo, en un sistema regulado de delegaci¨®n de pago, pero por el momento parece m¨¢s conveniente restringir la maternidad delegada a los casos en los que la motivaci¨®n tenga car¨¢cter altruista y el pago se limite al desembolso de los gastos reales causados por el embarazo.
EL 'POOL' GEN?TICO
De todas las posibles aplicaciones de la FIV, la selecici¨®n y la ingenier¨ªa gen¨¦tica son las que plantean interrogantes m¨¢s amplios y complejos. ?Es deseable la manipulaci¨®n del pool gen¨¦tico humano? Si la respuesta es afirmativa, ?en qu¨¦ direcci¨®n? Nosotros manipulamos ya el pool gen¨¦tico cuando damos consejos gen¨¦ticos en la consulta m¨¦dica y cuando aconsejamos la amniocentesis y el aborto a pacientes con elevado riesgo de tener hijos con defectos gen¨¦ticos. Y esto no es una novedad, al menos por lo que respecta al impacto sobre el pool gen¨¦tico: otras sociedades humanas practicaron, el infanticidio con el mismo fin.
La ingenier¨ªa gen¨¦tica, por ello, se diferencia de todo esto s¨®lo por el tipo de t¨¦cnicas que emplea. Pero se trata de una diferencia importante: las nuevas t¨¦cnicas son much¨ªsimo m¨¢s poderosas y nos permiten, al menos en principio, seleccionar los caracteres deseables y, asimismo, eliminar los caracteres no deseados. Muchos temen que estas t¨¦cnicas puedan proporcinar a los Gobiernos un poder excesivo: la tentaci¨®n de programar generaciones futuras d¨®ciles que voten siempre al partido gobernante puede convertirse en irresistible.
Pero este temor es exagerado. La mayor parte de los l¨ªderes pol¨ªticos desea resultados a corto plazo, mientras que ser¨ªan necesarios por lo menos 18 a?os para que la ingenier¨ªa gen¨¦tica pudiese producir efectos como estos de tipo electoral. Si hemos sido capaces de mantener nuestra libertad en una sociedad dominada por la televisi¨®n y por la instrucci¨®n p¨²blica, deber¨ªamos tener igualmente ¨¦xito en el caso de la ingenier¨ªa gen¨¦tica. Con el paso del tiempo acabaremos aceptando la utilizaci¨®n de la ingenier¨ªa gen¨¦tica, y no s¨®lo para la eliminaci¨®n de eventuales defectos, sino tambi¨¦n para introducir modificaciones positivas en las caracter¨ªsticas gen¨¦ticas.
Sin duda, es dif¨ªcil distinguir entre la eliminaci¨®n de un defecto y una modificaci¨®n positiva. Si aprendemos a eliminar una amplia gama de defectos que nos predisponen a enfermedades corrientes, entonces habremos creado un hombre anormalmente sano. Si consigui¨¦semos operar sobre la inteligencia, ?deber¨ªamos limitamos solamente a eliminar los casos de deficiencia mental, o bien deber¨ªamos intentar elevar tambi¨¦n el coeficiente medio? Si pudi¨¦semos eliminar las personalidades demasiado propensas a las depresiones, ?ser¨ªa un error tratar de dar vida a personas un poco m¨¢s alegres de lo que solemos ser la mayor¨ªa de nosotros? Si elimin¨¢semos las tendencias hacia la violencia criminal, ?no ser¨ªa posible desarrollar un poco de amabilidad en el ¨¢nimo humano? En definitiva, si los riesgos de semejante empresa son altos, lo son tambi¨¦n sus beneficios.
Traducci¨®n: C. A. Caranci.
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