El agua de Cibeles ba?¨® la euforia por el triunfo
Miles de personas se lanzaron anoche a las calles espa?olas para festejar la victoria de la selecci¨®n nacional frente a Dinamarca. Las escenas de hermandad y solidaridad se sucedieron hasta altas horas de la madrugada. En tal paseo de la Castellana, en Madrid, se fund¨ªan en largos abrazos personas que no se conoc¨ªan momentos antes y se ofrec¨ªan bebidas mientras coreaban juntos gritos de ¨¢nimo. La fuente de Cibeles fue ocupada por decenas de aficionados, que vistieron con banderas nacionales la imagen de la diosa y se ba?aron vestidos en las aguas de este monumento. En esta zona del centro de Madrid llegaron a congregarse cerca de 20.000 personas. En Barcelona, Las Ramblas fueron escenario de la alegr¨ªa de centenares de ciudadanos.
Los aficionados madrile?os gritaban "se nota, se siente, El Buitre presidente" y "vota al Buitre, vota al Buitre", entre c¨¢nticos de "campeones, campeones". Las personas que acudieron hasta esa zona, haciendo sonar las bocinas de los coches, dejaron luego sus veh¨ªculos estacionados en cualquier sitio y provocaron un gran colapso de tr¨¢fico. Lleg¨® a formarse una cola de medio kil¨®metro de longitud. Miembros de la Polic¨ªa Municipal intentaron poner orden, pero con discreci¨®n, sin interferir en la alegr¨ªa desbordante de los euf¨®ricos ciudadanos.Incluso algunos espont¨¢neos quemaron tracas y fuegos artificiales, mientras los vecinos se asomaban a los balcones y las terrazas con banderas espa?olas. Algunos se sumaron haciendo sonar cacerolas y todo tipo de utensilios dom¨¦sticos.
Las gentes que festejaban la goleadora noche se saludaban con las manos abiertas, mostrando los cinco dedos como representaci¨®n de los cinco goles marcados por los jugadores de Mu?oz, mientras dec¨ªan: "Que no ha sido uno, que no han sido dos..." y as¨ª hasta cuatro, para terminar aseverando a grandes voces: "Que han sido cinco".
Las centralitas de los medios iriffirmativos recibieron llamadas de muchos aficionados euf¨®ricos. Uno de ellos propuso que Emilio Butrague?o, El Buitre, pase a llamarse desde ahora Emilio Butragenio.
En miles de bares y empresas de las ciudades espa?olas se hab¨ªan organizado porras con apuestas sobre el resultado. Los ganadores obtuvieron en la mayor¨ªa de los casos cantidades milenarias, por lo sorprendente del marcador y la escasez de aficiornados optimistas hasta tal grado.
El ambiente de euforia en Barcelona se produjo en el lugar donde tradicionalmente se celebran los triunfos del club azulgrana, las Ramblas.
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