La ¨²ltima obra de Luis de Pablo
Con la primera audici¨®n de Cuatro fragmentos de Kiu, para flautas y piano, clausur¨® la Fundaci¨®n March su curso musical. A lo largo de nueve meses -como destac¨® Jos¨¦ Luis Yuste, director general de la Fundaci¨®n- se han desarrollado ciclos divulgativos y educativos, se ha prestado atenci¨®n a la creaci¨®n contempor¨¢nea y ha avanzado notablemente la organizaci¨®n del centro de documentaci¨®n musical.Actividad destacada en el campo de la m¨²sica actual es la tribuna de j¨®venes compositores, en cuya quinta edici¨®n seleccion¨®, estren¨® y edit¨® p¨¢ginas de Jos¨¦ Luis de la Fuente, C¨¦sar Cano, Agust¨ªn Charles, Mart¨ªnez Izquierdo, Roberto Mosquera y Esteban Sanz. Nacidos todos entre 1956 y 1962, pertenecen a la generaci¨®n de 1961, que ya pisa con fuerza la escena musical espa?ola, como lo demuestran algunos nombres: Jos¨¦ Ram¨®n Encinar, Roig-Francol?, Salvador Brotons, Benet Casablancas, Manuel Seco de Arpe y Enrique Mac¨ªas.
Cuatro fragmentos de Kiu, de Luis de Pablo
Flautista: G¨¦rard Garein. Pianista: Jacques Reynaut. Fundaci¨®n March. Madrid, 18 de junio.
La fundaci¨®n encarg¨® adem¨¢s a Luis de Pablo una obra de c¨¢mara y el compositor realiz¨® un proyecto nacido casi simult¨¢neamente a su ¨®pera Kiu: la transformaci¨®n o. creaci¨®n ex novo de una partitura nueva a partir de materiales de la ¨®pera. El intento est¨¢ tan conseguido que importa poco si la tem¨¢tica viene de Kiu, del Indost¨¢n o de los alrededores de Gerona.
Lo cierto es que Luis de Pablo ha logrado una muy bella p¨¢gina para cuatro modalidades de flauta y piano, que funciona un poco a modo de sonata en cuatro movimientos: la excelentemente trazada fantas¨ªa, modelo de construcci¨®n minuciosa; el aria, que constituye uno de los momentos m¨¢s l¨ªricos de toda la obra de Luis; la burletta, en la que el flaut¨ªn hace mil diabluras, y el interesante final, que juega con la variabilidad temporal armonizada con la t¨ªmbrica.
Vino a mi memoria inevitablemente el Luis de Pablo juvenil de Rec¨ªproco, estrenado por Severino Gazzelloni en 1963. Tambi¨¦n jugaban all¨ª lo temporal y lo t¨ªmbrico, unido a lo gestual. Pero, ?qu¨¦ gran evoluci¨®n la del m¨²sico bilba¨ªno! Evoluci¨®n que no contradicci¨®n, pues las v¨ªas evo utivas de De Pablo se divisan ahora casi rectil¨ªneas: lo que adivinaba la intuici¨®n hace 25 a?os, lo domina ahora la madurez y el magisterio.
Aflora, en cambio, la humanidad de Luis de Pablo, un tanto controlada entonces, y tengo para m¨ª que buena parte de su obra quedar¨¢ como lo m¨¢s afectivo de la m¨²sica de nuestro tiempo. Afectividad original dentro de un pensamiento y una sensibilidad actuales a cuya definici¨®n contribuyen, precisa de int¨¦rpretes no s¨®lo meritorios sino ver¨ªdicos.
Lo fueron, en alto grado, los franceses G¨¦rard Garcin, flautista de grandes posibilidades, y Jacques Reynaut, pianista, quienes por dos veces nos hicieron o¨ªr los cuatro fragmentos de Kiu, explicados antes y comentados despu¨¦s por su autor, Luis de Pablo, con el acierto que le caracteriza.
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