17 martes
Un rastro se me ha quedado de la guerra de menciones y la grande polvareda de alusiones a la madre del contrario que ha sido la pasada campa?a electoral. Felipe Gonz¨¢lez habl¨® a los jubilados en Madrid, a los viejos, en un parque. Igual pod¨ªa haber sido otro, pero fue FG. Me parece una de las pocas fortunas de una campa?a, en general y por parte de todos, desafortunada. Estuve (lo cuento ahora. cuando ya no sirve de propaganda a nadie) en el mitin de los viejos. Viejos vestidos de viejos, viejos optimistas con camisa de rayas, viejos todav¨ªa j¨®venes, viejos con gafas negras, viejos con la. calva bien peinada, pensionistas de blanco, pensionistas estampadas, viejos con retranca, viejas a rayas. Gonz¨¢lez les dijo a los jubilados:-La derecha acabar¨ªa con la Seguridad Social.
Jean Cocteau defin¨ªa al escritor como un mentiroso que siempre dice la verdad. El pol¨ªtico, a la inversa, pudiera ser ese hombre sincero que siempre miente, sobre todo por necesidades electorales. Pero a los viejos y a los ni?os, se?or presidente, no se les puede mentir. Tiene raz¨®n la izquierda en denunciar la carga de la artiller¨ªa pesada de Hacienda contra los viejos. Respetemos a nuestros viejos, se?or presidente, queramos a nuestros viejos y nuestras viejas. Mentir a un viejo es mentir al mismo tiempo a la vida y a la muerte. Mentir a un nido es engendrar una fantas¨ªa. Mentir a un viejo es prender una candela de ilusi¨®n que puede quemar en vano la estopa de la vejez. Los viejos no son nuestros padres, sino nuestros hijos. Hay que cumplir con los viejos. Prolongar esa luz que usted ha encendido en sus ojos, como una mirada desde la ceguera.
19 jueves
Como fan¨¢tico de Ibiza y de sus gentes que es uno, he aqu¨ª una sociolog¨ªa, desocupado lector, de lo que hace la gente ligth y de lo que hacen los otros (pol¨ªticos, ejecutivos y dem¨¢s multinacionales) en Ibiza, o de lo que har¨¢n este a?o:Ligth: castillos en la arena, vestir ropa blanca, conducir despacio, usar bicicletas (que son para el verano), no broncearse como una noruega menop¨¢usica, cortarse la crin, vestirse ropa amplia de colores lisos, jugar a las vitaminas, dormir la siesta (con pareja o sinnnn), comer tomates y fruta, ver s¨®lo televisi¨®n del MC, ligar mediante antena parab¨®lica, poner la mente en blanco (sin llamarle a esa pijada meditaci¨®n trascendental"), no aspirar a Miss ni Mister M¨²sculo, beber fr¨ªo lo que habitualmente se bebe hirviendo y a la inversa, no hablar de precios, ni por altos ni por bajos.
Los Otros. llevar¨¢n gafas de sol con cordoncillo, imitando tard¨ªamente al gran Saura, usar¨¢n el buga para todo, har¨¢n footing hasta el infarto, buscar¨¢n ligue h7asta en las noruegas menop¨¢usicas, tomar¨¢n mucho el sol, har¨¢n combinaciones parlamentarias para la vuelta, buscar¨¢n "playas in¨¦ditas", dar¨¢n propina a un magistrado ingl¨¦s s¨®lo porque est¨¢ desnudo y les parece el ba?ero, dejar¨¢n los peri¨®dicos que no hablan de ellos en la arena, fumar¨¢n en el agua, har¨¢n chistes sobre Fidel siempre que pidan un cubalibre, se vestir¨¢n de tapicer¨ªa o con camisetas obscenamente matrimoniales y neorrealistas, ir¨¢n a las hamburgueser¨ªas con sus hijos, probar¨¢n una raya con una diplom¨¢tica extranjera, esnifar¨¢n con gesto catarral, jugar¨¢n al f¨²tbol en la playa (multinacionales contra trilaterales), haciendo todos el juego bizarro de Butrague?o, pero con m¨¢s kilos. Acabar¨¢n por horterizar Ibiza.
20 viernes
Barcarola, ¨²ltimo n¨²mero. Poema de Garc¨ªa Nieto sobre Eugenio d'Ors y un nutrido dossider l V¨ªctor Hugo. Jos¨¦ F¨¦lix M¨¦ndez en Mejor la destrucci¨®n: "Porque tus ojos sue?an s¨¦ que vivo".
22 domingo
Lo que m¨¢s completa a Borges es la sombra p¨¢lida de Mar¨ªa Kodama. La mujer esta ausente de toda la escritura de Borges, como est¨¢ ausente la vida. Borges fue un genial maudit de biblioteca. Sus modelos -Poe, Conrad- son escritores de la vida. ?l es un inmenso literato de la literatura. Poe ten¨ªa a su mujer -sombra l¨ªvida- y ten¨ªa el alcohol. Conrad ten¨ªa la aventura. Borges es el Julio Verne de la fabulaci¨®n superior que todo lo hace en su mesa camilla. Vimos a Mar¨ªa Kodama cada vez que Borges vino, ¨²ltimamente, a Espada. Una mujer a su lado, con eso nos bastaba. Y una mujer rubia y vestida de blanco, o sea que el ciego sab¨ªa ver, mirar. Mar¨ªa Kodama es la musa sufriente de Poe, pero estilizada, planchada de bibliotecas y Ginebra. El muerto ten¨ªa que morirse y su met¨¢fora final (¨¦l s¨®lo reconoc¨ªa cuatro o cinco met¨¢foras universales) ha sido dejarnos, en el hueco negro de su ausencia, la. sombra blanca de esta discreta presencia que apenas se llama Mar¨ªa. Ya s¨®lo por eso lo queremos m¨¢s a Borges. Quiz¨¢ intu¨ªa que en su ingente obra falta la mujer. Y ha tenido el pen¨²ltimo dandismo de ciego (el ¨²ltimo fue morirse) de dejarnos tras s¨ª, no un anaquel sombr¨ªo, sino la apenas presencia de una mujer rubia, joven y vestida de blanco. No era, pues, un mis¨®gino de mamma y biblioteca. ?l hab¨ªa agradecido, en poema memorable, "el tigre y el hex¨¢metro". ?l sab¨ªa, en fin, que la mujer es el cruce perfecto de hex¨¢metro y de tigre.
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