Vencedores y vencidos
Carrillo, Rubial y Sainz de Robles, entre los derrotados; Iglesias y Jos¨¦ Ram¨®n Caso, entre los ganadores
RAFAEL FRAGUAS Fueron al menos 5.140 hombres y mujeres los que el domingo 22 de junio amanecieron con una esperanza especial. Pero los n¨²meros no tienen alma. Cuatro mil quinientos ochenta y dos candidatos fueron derrotados en las urnas. Santiago Carrillo, el ex presidente del Consejo del Poder Judicial Sainz de Robles, el presidente del PSOE, Ram¨®n Rubial, y Cristina Almeida forman parte de este conjunto, entre otros. Quinientos cincuenta y ocho afortunados lo lograron. Estrenar¨¢n esca?o Gerardo Iglesias, secretario general del PCE, Kepa Aulestia, secretario general de Euskadiko Ezkerra; Isabel Tocino, de Coalici¨®n Popular, Carlos Revilla, del CDS, e I?aki Aldekoa, de Herri Batasuna. Tambi¨¦n los ministros Maravall, Barrionuevo, Ledesma, Maj¨® y Romero.
De los 558 vencedores, un grupo lo componen aquellos diputados o senadores que lo eran y seguir¨¢n si¨¦ndolo durante la nueva legislatura, entre los que destaca el ex ministro del ¨²ltimo Gobierno de Franco, Antonio Carro, hoy en Coalici¨®n Popular, diputado en todas las legislaturas de la transici¨®n; el portavoz del Grupo Popular en el Senado, Juan de Arespacochaga; Juan Mar¨ªa Bandr¨¦s, de Euskadiko Eskerra, veterano de las Cortes democr¨¢ticas, y Miquel Roca, que pese al rev¨¦s del PRD conserva su esca?o por el triunfo en Catalu?a de CiU.En este conjunto hay un subgrupo compuesto por los que lo fueron, dejaron de serlo y lo han recuperado, como Ignacio Gallego, Ram¨®n Tamames y Nicol¨¢s Sartorius, los tres de Izquierda Unida.
Las principales novedades se encuentran en un n¨²cleo de aspirantes a esca?o que logr¨® su objetivo. Entre ellos se hallan Mar¨ªa Izquierdo, del PSOE; Ces¨¢reo Rodr¨ªguez Aguilera, independiente, ex vocal del Consejo General del Poder Judicial, diputado en las listas del PSC en Catalu?a; Enrique Curiel, del PCE; Jos¨¦ Ignacio Wert, de Coalici¨®n Popular; Itziar Aizpurua, condenada a 15 a?os en el proceso de Burgos y hoy adscrita a la Mesa Nacional de HIB; as¨ª como Jos¨¦ Ram¨®n Caso, el polit¨®logo Miguel Mart¨ªnez Cuadrado y el periodista Federico Ysart, todos ellos del CDS. Entre los que perdieron su esca?o se encuentra tambi¨¦n el ex senador Ram¨®n Rubial, presidente del PSOE.
Para los que pierden su esca?o el golpe es muy duro. Al conseguir el acta de diputado o senador, el parlamentario consigue el tratamiento de excelent¨ªsimo y el de se?or¨ªa.
La p¨¦rdida del esca?o acarrea la desaparici¨®n de la gratificaci¨®n psicol¨®gica y del honor social derivados de la distinci¨®n con la que un d¨ªa, ahora lejano y brumoso, los electores singularizaron al candidato hoy derrotado y le auparon con sus votos hasta el Congreso o el Senado. El fin del mandato legislativo lleva aparejada la p¨¦rdida de la inmunidad parlamentaria, la del coche oficial si es que el diputado derrotado pertenec¨ªa a la Mesa del Congreso o del Senado, y siempre la de las aproximadamente 320.000 pesetas que el Congreso le paga mensualmente a su partido para retribuirle.
Dejar de ser diputado o senador trae tambi¨¦n, empero, algunas ventajas. Se acabaron las reuniones del grupo parlamentario de los lunes o martes y las de las comisiones legislativas oficiales, a una de las cuales, como m¨ªnimo, el parlamentario debe permanecer adscrito.
Finalizaron igualmente las reuniones plenarias de la C¨¢mara los martes, mi¨¦rcoles y jueves de cada semana del a?o, salvo el plazo siempre flexible desde el 31 de diciembre hasta mediados de febrero y a excepci¨®n de las vacaciones veraniegas.
Si se trata de un legislador procedente de una provincia, la p¨¦rdida del esca?o implica tambi¨¦n zanjar el traj¨ªn de viajes cada viernes -con retorno a Madrid los lunes- a la provincia por donde fue elegido, lo mismo que la de las actividades parlamentarias, en argot trabajarse el esca?o o regar el huerto, necesarias para desarrollar en su ciudad de origen su cometido ante sus electores.
La vida en un hotel o un apartamento madrile?os, a unas 5.000 pesetas por d¨ªa, m¨¢s las comidas, tambi¨¦n llega a su fin cuando concluye el mandato parlamentario, que suele cosechar algunas separaciones matrimoniales derivadas de la distancia de la familia o de la dureza de un trabajo que muchos parlamentarios consideran m¨¢s ingrato de lo que puede parecer.
Recuperar la familia
Cuando un diputado o senador de provincias finaliza su mandato existe la oportunidad de recuperar el contacto con la familia y con los hijos, cuyos cumplea?os, casi siempre, lo mismo que los aniversario de boda, una ley fatal hace coincidir con un Pleno de la C¨¢mara en e que se vota una ley org¨¢nica, por ejemplo.
Si el diputado falta a un plenario de este tipo sin causa justificada podr¨¢ ser multado por su grupo con 15.000 pesetas, y es muy probable que en su curr¨ªculo constar¨¢ una peligrosa cruz negra impuesta sobre su nombre por el secretario general de su grupo parlamentario, con el cual el diputado o senador se las tendr¨¢ que ver si aspira a volver a ser incluido en un buen puesto en otras elecciones.
Dejar de ser diputado o senador permite tambi¨¦n a algunos parlamentarios reencontrarse con sus profesiones tras a?os de abandono obligado que, en algunas ocasiones, han truncado m¨¢s de una carrera de abogado o m¨¦dico.
La gloria parlamentaria queda para los 558 hombres y mujeres que alcanzaron uno de los 208 asientos de bermejo terciopelo del Senado u otro de los 350 esca?os de chester rojo del Congreso, desde los cuales la democracia les autoriza a expresar, con su voto, el voto que los electores les entregaron.
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