El Congreso recorta dr¨¢sticamente el plan de gastos de Defensa de Ronald Reagan
El Congreso aprob¨® ayer un presupuesto para el a?o fiscal 1987 de casi un trill¨®n de d¨®lares (m¨¢s de 142 billones de pesetas), que recorta sustancialmente los gastos de Defensa solicitados por el presidente Ronald Reagan. Este es el precio que deber¨¢ pagar el presidente por su insistencia en no subir los impuestos, posibilidad que no recoge la ley presupuestaria, que fija un techo para el gasto de 995.000 millones de d¨®lares y un d¨¦ficit de 142.600 millones de d¨®lares. El Congreso, al mismo tiempo, congela los fondos de la NASA y no prev¨¦ dinero para la construcci¨®n de un cuarto transbordador que sustituya al Challenger.
La ayuda exterior tambi¨¦n se ve sensiblemente reducida (un 10%) sobre la petici¨®n del Gobierno. Espa?a es el s¨¦ptimo pa¨ªs en la lista de la ayuda norteamericana.El sistema de defensa espacial, conocido popularmente como guerra de las galaxias, sufrir¨¢ posiblemente las consecuencias de estos recortes, y ya la semana pasada comit¨¦s (le las dos c¨¢maras recortaron 1.700 millones de d¨®lares de los 5.400 millones que Reagan quiere dedicar en 1987 a la Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica (SDI). A pesar del par¨®n econ¨®mico al rearme -Reagan pidi¨® un 8% de incremento para el Pent¨¢gono sobre la inflaci¨®n y recibe un aumento que casi no llega a cubrir la inflaci¨®n del pr¨®ximo ejercicio-, la Casa Blanca calific¨® el compromiso presupuestario alcanzado por la C¨¢mara de Representantes y el Senado como "aceptable en t¨¦rminos generales".
La cantidad que podr¨¢ gastar el Pent¨¢gono asciende a 292.200 millones de d¨®lares, 28.000 millones menos de los 320.000 millones que requiri¨® el presidente. Sin embargo, el portavoz presidencial, Larry Speakes, precis¨® que Reagan "no est¨¢ satisfecho con la forma c¨®mo el presupuesto aprobado altera sus prioridades. Corta demasiado el de Defensa y de Asuntos Internacionales, e incrementa el gasto dom¨¦stico m¨¢s de lo, que el presidente hab¨ªa recomendado". Los programas sociales no son recortados dr¨¢sticamente corno Reagan deseaba, y en general son congelados a sus niveles de 1986 o disminuidos ligeramente. Cuarenta y dos de los 44 programas con los que quer¨ªa acabar el presidente contin¨²an recibiendo fondos en el presupuesto de 1987.
Pero el hecho de que no establezca nuevos impuestos, que Reagan hab¨ªa prometido vetar, parece compensar al presidente los recortes en Defensa, que pueden ser asumidos por un Pent¨¢gono que ya se ha rearmado suficientemente en los ¨²ltimos a?os y que bajo Caspar Weinberger practica una pol¨ªtica de pedir m¨¢s dinero del que necesita o puede f¨ªsicamente gastar. Reagan tampoco quiere enfrentarse a este delicado compromiso presupuestario para no poner en peligro su ley de reforma fiscal, que fue aprobada esta semana por el Senado.
El consenso existente hasta ahora en el pa¨ªs sobre la continuaci¨®n del rearme ha desaparecido este a?o, y los norteamericanos creen, en contra de lo que contin¨²a afirmando Reagan, que el potencial b¨¦lico de su pa¨ªs es superior o al menos igual al de la URSS. En una ¨¦poca de fuertes reducciones de los programas sociales, la pol¨ªtica de traspasar d¨®lares de los programas civiles al Pent¨¢gono ya no es aceptable. El presupuesto aprobado por el Congreso prev¨¦ un d¨¦ficit para el pr¨®ximo a?o fiscal, que comienza el 1 de octubre, de 142.600 millones de d¨®lares, por debajo de los 144.000 millones fijados como techo m¨¢ximo por la ley de reducci¨®n autom¨¢tica de los d¨¦ficit Gramm-Rudmann, que persigue equilibrar el presupuesto en cinco a?os.
Pero algunos legisladores expresaron su temor de que las previsiones de crecimiento econ¨®mico contenidas en el presupuesto, capaces de producir mayores ingresos fiscales y, por tanto, disminuir el d¨¦ficit, son demasiado optimistas, y el presupuesto da por sentados ahorros en el gasto que no podr¨¢n ser logrados. Si se cumplen estos pron¨®sticos pesimistas y se superan los l¨ªmites del d¨¦ficit, entrar¨ªa autom¨¢ticamente en funcionamiento un sistema de recorte autom¨¢tico del d¨¦ficit que reducir¨ªa gastos militares y civiles por igual. La constitucionalidad de este mecanismo, establecido por la citada ley Gramm-Rudmann, est¨¢ pendiente de una pr¨®xima decisi¨®n del Tribunal Supremo.
El Congreso ha aprobado un fondo de emergencia de 4.800 millones de d¨®lares para 1987, que podr¨ªa utilizar el presidente para afrontar "necesidades cr¨ªticas" si Reagan decide aumentar los impuestos o convence al Congreso para que recorte gastos en otras ¨¢reas del presupuesto.
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