"La democratizaci¨®n de Corea del Sur es inevitable", afirma Kim Dae Jung
Dae Jung fue condenado a muerte por el r¨¦gimen de Chun Doo Hwan tras el golpe militar de 1980, y su pena fue posteriormente conmutada por 17 a?os de c¨¢rcel. Gracias a las presiones de la Administraci¨®n norteamericana fue sacado de Corea y vivi¨® en el exilio en EE UU hasta febrero de 1985. Regres¨® a Se¨²l d¨ªas antes de la elecci¨®n de la Asamblea Nacional, que concluy¨® con un triunfo parcial del partido de la oposici¨®n, el "Nuevo partido de la democracia coreana". En ¨¦l militan "desde la sombra" los denominados aqu¨ª los dos Kim: Kim Dae Jung, en el ala m¨¢s radical, y Kim Young San, de 57 a?os de edad, que defiende posiciones m¨¢s conciliadoras con el poder.Recluido en su casa de Se¨²l, privado de sus libertades pol¨ªticas y en situaci¨®n de sentencia suspendida para los 17 a?os de c¨¢rcel, Kim Dae Jung est¨¢ vigilado por la polic¨ªa. A lo largo de una cena t¨ªpica surcoreana se produjo la conversaci¨®n con EL PA?S.
"El apoyo popular para la democracia ha crecido fuertemente durante los ¨²ltimos meses en este pa¨ªs", dice. "En particular", a?ade, "desde finales del pasado a?o, en que el Gobierno se resist¨ªa a toda idea de revisar la Constituci¨®n". "Ahora, gracias a la presi¨®n popular, ha tenido que acceder a formar el comit¨¦ especial para la reforma".
Pregunta. ?Supone un primer paso hacia el cambio?
Respuesta. No del todo, porque el Gobierno intenta asegurarse su permanencia en el poder despu¨¦s de 1988. En realidad nada ha cambiado en este sentido. Por eso pedimos y pediremos al pueblo que no apoye este Gobierno hasta que no haya elecciones directas y libres.
P. ?Cree que el Gobierno acceder¨¢ a tal petici¨®n?
R. No, estoy seguro de que lograremos nuestro objetivo s¨®lo a trav¨¦s de las discusiones en el Comit¨¦ Constitucional. Soy pesimista. Pero necesitamos esta negociaci¨®n porque quiz¨¢ demuestre, una vez m¨¢s, la negativa de este r¨¦gimen a la reforma pol¨ªtica.
P. ?Cu¨¢l ser¨¢ la actitud de la oposici¨®n si no obtiene los resultados esperados en este comit¨¦?
R. En principio damos un voto de confianza y no pretendemos perturbar los trabajos del Comit¨¦ (cuyas conclusiones deben conocerse en septiembre), ni tampoco entorpecer la celebraci¨®n en Se¨²l de los Juegos Asi¨¢ticos, que se celebrar¨¢n el mismo mes. Despu¨¦s de estas fechas, si no hay acuerdo satisfactorio, estoy convencido que habr¨¢ nuevas manifestaciones multitudinarias.
Presos pol¨ªticos
P. ?Espera la oposici¨®n lograr un acuerdo en el tema de la liberaci¨®n de los presos pol¨ªticos?R. Tampoco soy demasiado optimista en ese punto, porque aqu¨ª decenas de personas son acusadas sistem¨¢ticamente de procomunistas, aunque sus ideolog¨ªas o actividades no sean tales. En este pa¨ªs, ser un opositor al r¨¦gimen es sin¨®nimo de filocomunista, especialmente en los medios estudiantiles y sindicalistas. Creo -sonr¨ªe Kim Dade Jung- que los espa?oles tuvieron una larga experiencia en este sentido durante la dictadura de Franco.
P. Con la diferencia de que los surcoreanos tienen una pen¨ªnsula dividida con Corea del Norte y que, seg¨²n el Gobierno del presidente Chun, hay muchos agentes infiltrados en el Sur, ?no es as¨ª?
R. No hay ninguna evidencia de que los centenares de detenidos tengan conexiones con Corea del Norte, un r¨¦gimen que los surcoreanos repudiamos por su sistema Es cierto que en Corea del Sur tambi¨¦n hay personas con ideas comunistas, pero no necesariamente entre los grupos radicales opuestos a la dictadura de Chung Ha sido la desesperaci¨®n del pueblo surcoreano lo que ha conducido a la protesta, no el comunismo del Norte. Ha sido la corrupci¨®n la dictadura, el abuso del poder, la carencia de libertad y la injusticia social.
P. Sin embargo, parece que hay mayor flexibilidad pol¨ªtica y aperturismo en los ¨²ltimos meses, tanto en la Prensa como en los debates en la Asamblea.
R. Toda la Prensa, radio y televisi¨®n est¨¢ bajo control del Gobierno. Vivimos bajo un r¨¦gimen pol¨ªtico de despotismo que genera una reacci¨®n de violencia, que no concluir¨¢ si no hay reformas pol¨ªticas: por m¨¢s que el Gobierno contin¨²e deteniendo a estudiantes y obreros.
P. En medios diplom¨¢ticos occidentales de Se¨²l se habla de una creciente hostilidad popular contra la Administraci¨®n estadounidense. ?Qu¨¦ opina al respecto?
R. La valoraci¨®n es totalmente cierta. El sentimiento antinorteamericano crece en este pa¨ªs no s¨®lo entre los estudiantes radicales, sino igualmente entre la gente. Porque Estados Unidos soporta al r¨¦gimen de Chun Doo Hwan, que sin el apoyo de Washington no habr¨ªa triunfado en su golpe militar de 1980. Mucha gente cree tambi¨¦n que sin el consentimiento Washington (cuya presencia militar en Corea del Sur es de 40.000 hombres encuadrados en un mando conjunto) no habr¨ªa sido posible la movilizaci¨®n de las tropas coreanas contra los manifestantes de Kwuwanju, en 1980. Entonces murieron unas 2.000 personas en una represi¨®n dirigida por el general Chun, hoy convertido en presidente de este pa¨ªs.
P. ?No cree que la postura de la Administraci¨®n Reagan ha cambiado despu¨¦s de la reciente visita a Se¨²l del secretario de Estado, George Shultz?
R. No, no creo que haya realmente un cambio de posici¨®n. Es cierto que los surcoreanos quedaron sorprendidos por lo ocurrido en Filipinas, especialmente por el apoyo norteamericano en el cambio hacia la democracia. Es cierto tambi¨¦n que Shultz tuvo aqu¨ª un gesto hacia la oposici¨®n, pero reafirmando al mismo tiempo su m¨¢s firme apoyo al r¨¦gimen de Chun Doo Hwan. Creemos que se equivoc¨®.
P. ?Cree que la postura de EE UU se debe al riesgo que representa un eventual conflicto con Corea del Norte?
R. No totalmente, porque la mejor forma para defendernos es a partir de una sociedad libre y democr¨¢tica, no de una dictadura militar. Hay que recordar que incluso antes de la guerra con Corea del Norte ten¨ªamos una sociedad con libertad de prensa y hab¨ªa elecciones directas a la presidencia. ?Por qu¨¦ ahora hemos perdido todo esto? Ten¨ªamos entonces una renta per c¨¢pita de 60 d¨®lares, y ahora es de m¨¢s de 2.000. ?Por qu¨¦ no debemos recuperar ahora, con crecimiento econ¨®mico, nuestra sociedad democr¨¢tica?.
Los militares
P. Los militares tendr¨¢n mucho que decir, imagino, en la evoluci¨®n pol¨ªtica surcoreana. ?Qu¨¦ opina?R. Los ciudadanos de este pa¨ªs tienen hoy un alto nivel de educaci¨®n. Ya no necesitamos a los militares para llevar la gesti¨®n de los asuntos pol¨ªticos o econ¨®micos, con el pretexto de que Corea del Norte supone un peligro constante y de que no podr¨ªamos defender nuestra soberan¨ªa desde un gobierno civil y democr¨¢tico. Adem¨¢s, los militares saben bien que, aunque criticamos a Estados Unidos y Jap¨®n, sabemos que son nuestros aliados y que los necesitamos para defendernos contra el r¨¦gimen de Corea del Norte.
P. ?Qu¨¦ tipo de programa pol¨ªtico tiene la oposici¨®n?
R. Estamos por el firme apoyo del sistema de libre mercado, base de nuestro desarrollo econ¨®mico, pero queremos apoyarlo en la libertad de los derechos c¨ªvicos y pol¨ªticos, el respeto de los derechos humanos, hoy violados en Corea del Sur, y en la justicia social. Sin necesidad de centenares de detenidos pol¨ªticos o de la circulaci¨®n de listas negras entre las empresas que reprimen a los trabajadores defensores de la democracia.
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