La torer¨ªa de El Inclusero

EMILIO MART?NEZ Gregorio T¨¦bar, El Inclusero, que se vest¨ªa de luces por primera vez en la temporada, y frente a los Victorino, toros que no quieren la mayor¨ªa de sus compa?eros de escalaf¨®n, salv¨® la dificil papeleta con gran dignidad y torer¨ªa. Al que abri¨® plaza le dio cinco ver¨®nicas perfumadas de esencia art¨ªstica, ganando terreno hacia los medios y rematando con media extraordinaria. El toro se vino abajo en el ¨²ltimo tercio y El Inclusero, que hab¨ªa iniciado la faena con dos hondos trincherazos y un pase de la firma, se la jug¨®, exponiendo y cruz¨¢ndose con valent¨ªa y decisi¨®n.

En el cuarto, un torazo manso, largo y cuajado, se dedic¨® a algo tan aparentemente f¨¢cil como torear. De nuevo, trincherazos y ayudados para iniciar la labor, continuada con redondos y naturales de cartel taurino, realizados con gran belleza, hondura y clasicismo. Y, por supuesto, tambi¨¦n con enorme valor.

Sus placead¨ªsimos compa?eros, viendo la catadura del p¨²blico festivo y poco entendido de Alicante, se dedicaron a agradarles. Ruiz Miguel, por aquello del Mundial, regate¨®, corri¨® y sud¨®, en su primer enemigo, intentando torear siempre al hilo del pit¨®n. En su otro toro mejor¨® algo la calidad de su faena, dentro de un orden.

D¨¢maso Gonz¨¢lez realiz¨® una labor tan antiest¨¦tica como arriesgada y tremendista y hasta hizo el tel¨¦fono.