Maradona, comparado en Italia con los santos y los magos

Fue dif¨ªcil saber en la noche del domingo y durante toda la jornada de ayer en N¨¢poles si el Mundial 86 de f¨²tbol lo hab¨ªa ganado Argentina o Italia o, mejor a¨²n, Maradona, el ni?o de oro, hoy m¨¢s popular y quiz¨¢ m¨¢s milagrero que el mism¨ªsimo San Gennaro. Los tifosi o aficionados del santo del milagro de la sangre licuefacta piensan que Maradona es el mayor prodigio regalado por el santo a los pobres de N¨¢poles. Un novelista napolitano, Luigi Compagnoni, calific¨® al jugador de "mago gentil". Corriere dello Sport titul¨®: "Diego I, rey del f¨²tbol". Tutto Sport fue m¨¢s escueto: "Maramondo", titular que figuraba bajo un dibujo de Maradona sobre cuya cabeza hab¨ªa un mapamundi.Cuando Dieguito, llamado tambien el hombre o el h¨¦roe, llegue a N¨¢poles, podr¨¢ ver a¨²n en las paredes de toda la ciudad, pero, sobre todo, en los antiguos barrios espa?olescos, las pintadas que anuncian que el Mundial lo ha ganado Maradona, es decir N¨¢poles.

Ha sido una victoria que ha hecho explotar a la ciudad como hace cuatro a?os, cuando la Copa del Mundo fue ganada por los azules italianos. Y esta vez, quiz¨¢ m¨¢s. Una alegr¨ªa desenfrenada que ha pagado, como ocurre con frecuencia, el duro precio de m¨¢s de 300 heridos. Pero los pobres, han dicho ayer los soci¨®logos, necesitan para compensar su vac¨ªo y endulzar su miseria momentos de felicidad sin freno; sentirse, aunque sea s¨®lo por proyecci¨®n subconsciente, h¨¦roes por unos segundos. Y N¨¢poles, la pobre, la eternamente olvidada por el destino y por sus gobernantes, ha vivido, gracias a Maradona, una jornada de gloria pura.

Entrevistados por la televisi¨®n, los scugnizi napolitanos, a los que tanto se parece incluso f¨ªsicamente Dieguito, aunque ellos son pobres y ¨¦l millonario, han declarado que durante el partido ellos dejaron de ser europeos para sentirse argentinos, criticando al mismo tiempo a los italianos del norte, los cuales, dijeron, "siendo s¨®lo europeos", hab¨ªan hecho el tifo por los alemanes.

En las playas napolitanas se bail¨® el domingo hasta el alba. En algunos restaurantes, donde se estaba viendo el partido en una pantalla gigante, al gol de Burruchaga saltaron de emoci¨®n docenas de platos, hechos trizas, y se ofreci¨® cerveza gratis para todos. Se ha creado hasta una pizza especial que "lleva de todo, como cuando juega Maradona".

Una de las mejores plumas de este pa¨ªs, el novelista napolitano Compagnoni, escribi¨® ayer en el diario napolitano Il Mattino que Maradona, para los napolitanos, es como uno de los personajes encarnado de las antiguas cr¨®nicas que narraban- la uni¨®n de las hijas de los hombres con los ¨¢ngeles, en el cual se juntan en un mismo abrazo "c¨¢ndidos magos con ogros de monstruosos negocios financieros". Dieguito, dice Compagnoni, no es s¨®lo un monstruo financiero, es tambi¨¦n "el mago c¨¢ndido y gentil que en el momento de ganar el Mundial, p¨¢lido y en l¨¢grimas, hizo tambi¨¦n un misterioso signo de magia [la se?al de la cruz] y, enseguida, como por encanto, sus hermanos napolitanos le respondieron con fuegos y estruendos de trompetas".