Tres brasile?os
VICENTE SALANER, La escuela brasile?a de baloncesto tiene una virtud que comparte tan s¨®lo con la yugoslava y con la norteamericana: ll¨¢rnenla originalidad, espontaneidad, personalidad propia. Los dem¨¢s pa¨ªses, asumen con mayor o menor ¨¦nfasis los distintos elementos del baloncesto tra¨ªdo de la meca estadounidense; los brasile?os, como los yugoslavos, tienen la desenfadada virtud de recrearlo, de reinventarlo seg¨²n sus instintos.
La originalidad se revela en una caracter¨ªstica com¨²n de estas tres escuelas baloncest¨ªsticas: su naturalidad, que se opone a las fuertes dosis de repetitividad mec¨¢nica que encierran las dem¨¢s; (hasta la espa?ola, que es una de las m¨¢s espont¨¢neas). El jugador brasile?o utiliza los sistemas de ataque para beneficio propio, no los ejecuta ciegamente. Sabe reaccionar con prontitud y flexibilidad -una flexibilidad de samba- a las situaciones que se presentan inesperadamente y explotar los movimientos de la defensa para sacarles provecho. Hace un baloncesto de instinto, no de libro.
En el equipo de Brasil que se va a enfrentar ma?ana a Espa?a por el primer puesto hay tres, jugadores que encarnan esas virtudes tan personales de la escuela carioca.
El m¨¢s viejo es Marcel de Souza. S¨®lo tiene 30 a?os, Pero ya actu¨® -y muy bien- en, el Mundial puertorrique?o de 1974. Remotas ¨¦pocas, en que Wayne Brabender y Clifford Luyk eran las figuras espa?olas... Marcel -1,99 metros de estatura, largos brazos, aspecto de irse a partir en dos cuando bota el bal¨®n- es un jugador completo, que tanto vale para un roto como para un descosido. Tira muy bien de tres Puntos, bota la pelota casi como un base y tiene facultades superiores a lo que su aspecto da a entender, pero ahora parece desplazado. Ley de vida, sin duda.
El siguiente es el m¨¢s famoso: ?scar Schmidt, el ca?onero de Caserta. Todos saben de su tiro en suspensi¨®n f¨¢cil y natural, que le permite encestar desde cualquier sitio. Lo que se olvida es que este alero de estatura ideal (2,03) y en la mejor edad para un baloncestista (28 a?os) empez¨® su carrera de aguerrido p¨ªvot, lo cual le permite defender muy eficazmente bajo el aro y rebotear como el que m¨¢s. Es, muy posiblemente, el mejor alero no estadounidense del mundo.
Y el tercero es el culpable del arrinconamiento de Marcel: Paulinho Villlas Boas (1,95, 22 a?os). Es un aut¨¦ntico fun¨¢mbulo del baloncesto, un contorsionista de la entrada a canasta. No se lo pierdan: es un artista. Un brasile?o.
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