El crecimiento econ¨®mico de Estados Unidos ser¨¢ inferior al previsto

El natural optimismo de la Administraci¨®n de Ronald Reagan sobre la marcha de la econom¨ªa norteamericana se est¨¢ desvaneciendo, y la Casa Blanca presiona a la Reserva Federal (el banco central) para que reduzca el tipo de descuento y evite as¨ª el peligro de una recesi¨®n. El objetivo de crecer un 4% durante 1986 no se lograr¨¢ y tendr¨¢ que ser revisado, dijo ayer el director de la Oficina del Presupuesto, James Miller, confirmando la incertidumbre sobre una econom¨ªa que est¨¢ dando s¨ªntomas de anemia y que no rece lo previsto, a pesar del descenso del valor del d¨®lar y de la ca¨ªda del precio del petr¨®leo.
Estados Unidos ha registrado un d¨¦bil crecimiento del 2% a lo largo del segundo trimestre del presente a?o, no aumenta la producci¨®n industrial y disminuyen los beneficios empresariales. El hist¨®rico desplome producido esta semana (80 puntos entre el lunes y el martes) en Wall Street refleja tambi¨¦n esta sensaci¨®n de ansiedad sobre la econom¨ªa.El Open Market Committe (¨®rgano ejecutivo) de la Reserva Federal est¨¢ reunido en Washington desde el martes para decidir el futuro de la pol¨ªtica monetaria en el segundo semestre del a?o. Una pol¨ªtica de dinero m¨¢s f¨¢cil y m¨¢s barato, urgida por la Administraci¨®n y por muchos observadores econ¨®micos, parecer¨ªa la soluci¨®n m¨¢s eficaz para relanzar el crecimiento. Pero el presidente del banco central, Paul Volcker, y algunos de sus miembros no est¨¢n convencidos de que un recorte del actual 6,5% al 6% del tipo de descuento (lo que la Reserva Federal cobra a los bancos por el dinero que les presta) surtir¨ªa el efecto deseado. Y, en cambio, temen que podr¨ªa rebrotar una inflaci¨®n que actualmente es pr¨¢cticamente inexistente o est¨¢ dormida. La otra posibilidad ser¨ªa esperar a una recuperaci¨®n econ¨®mica, en el primer semestre del pr¨®ximo a?o, sin flexibilizar la pol¨ªtica monetaria.
La Reserva Federal y el secretario del Tesoro, James Baker, est¨¢n presionando a la Rep¨²blica Federal de Alemania y a Jap¨®n para que disminuyan a su vez los tipos b¨¢sicos de inter¨¦s, relanzando as¨ª sus econom¨ªas en una operaci¨®n conjunta. Se tratar¨ªa de evitar una acci¨®n unilateral que provocar¨ªa tensiones sobre el d¨®lar. El tipo de descuento norteamericano se reducir¨ªa en coordinaci¨®n con las dos grandes econom¨ªas de Europa y Jap¨®n. Pero ambos pa¨ªses se niegan a repetir lo que hicieron el pasado abril. A pesar de ello, aumenta la presi¨®n para que Estados Unidos adopte una acci¨®n unilateral sin esperar a que los Gobiernos de Bonn y Tokio se decidan a coordinar sus pol¨ªticas monetarias con Washington. "La econom¨ªa no est¨¢ tan robusta como nos gustar¨ªa, pero no hay signos de una recesi¨®n en el horizonte", afirm¨® ayer el jefe del gabinete del presidente, Donald Regan, un ex banquero de Wall Street.
La incertidumbre del d¨®lar
La decisi¨®n del Tribunal Supremo, el pasado lunes, de declarar inconstitucional el sistema de reduci¨®n autom¨¢tica del d¨¦ficit presupuestario, que deber¨¢ ahora ser recortado por el Congreso sin eludir su responsabilidad pol¨ªtica, provoca tambi¨¦n incertidumbre sobre el futuro del d¨®lar. Si Estados Unidos no es capaz de recortar un d¨¦ficit que supera los 200.000 millones de d¨®lares ser¨¢ imposible rebajar los tipos de inter¨¦s que atraen ahora a los capitales extranjeros aqu¨ª, lo que es fundamental para enjugar los n¨²meros rojos de la econom¨ªa norteamericana.La disminuci¨®n del tipo de inter¨¦s b¨¢sico tendr¨ªa un efecto sobre el d¨®lar que seguir¨ªa cayendo en los mercados internacionales, cuando ya ha alcanzado, sobre todo respecto al yen y al marco alem¨¢n, valores muy bajos que no han servido, sin embargo, para paliar el enorme d¨¦ficit comercial de Estados Unidos (148.000 millones de d¨®lares en 1985).
Aunque los productos norteamericanos son m¨¢s baratos en el exterior (32,5% desde febrero de 1985), este pa¨ªs no ha conseguido aumentar sus exportaciones en los cinco primeros meses de este a?o, y el d¨¦ficit se ha incrementado a un ritmo anual que se sit¨²a ahora en 170.000 millones de d¨®lares. Aunque frente a las divisas de los 10 pa¨ªses m¨¢s industrializados la moneda de Estados Unidos ha ca¨ªdo un 30%, s¨®lo lo ha hecho un 6% frente a los 25 principales socios comerciales de este pa¨ªs.
El d¨®lar, por ejemplo, ha aumentado su valor con pa¨ªses tan competitivos en sus exportaciones aqu¨ª como en Corea del Sur y Taiwan. Las exportaciones agr¨ªcolas norteamericanas se han hundido y, en mayo, por primera vez desde hace 20 a?os, EE UU import¨® m¨¢s productos agr¨ªcolas que los que vendi¨® al exterior.
El descenso del d¨®lar frente a las divisas de Europa y Jap¨®n no ha podido ser aprovechado por Estados Unidos, ya que estas econom¨ªas crecen muy poco y no se relanza su demanda para las importaciones. Por otra parte, en el Tercer Mundo, agobiado por la deuda externa, se est¨¢ restringiendo al m¨ªnimo vital las importaciones, lo que ofrece un panorama global de encogimiento del comercio mundial.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.