Camar¨®n y El Cabrero mano a mano en popularidad
Creo que nunca hab¨ªa o¨ªdo cantar en la misma sesi¨®n a Camar¨®n y El Cabrero. Tuve esa oportunidad en Marchena, y fue una experiencia interesante. La gente, en el Sur, se vuelve loca con los dos; lo dif¨ªcil es saber con qui¨¦n m¨¢s.Camar¨®n les hace feliz. Sale y le reciben en pie, con aclamaciones, con gritos de alegr¨ªa, le dicen cosas cari?osas, los gitanitos se r¨ªen, se abrazan, le escuchan embelesados, y cuando se mete le piden m¨¢s cosas pero ¨¦l a veces ni sale a saludar. Hace cuatro cantes -en Marchena, soleares, buler¨ªas, tangos y fandangos-, raramente m¨¢s, pero los hace con su clase excepcional.
Con El Cabrero la cosa es distinta, me parece a m¨ª. La gente se muestra feliz tambi¨¦n, pero en sus letras -elementales, primarias, incluso bordes a veces- hay ya una carga de reivindicaci¨®n, de queja, quiz¨¢ de resentimiento, que indudablemente conecta con los pesares y las inquietudes de muchos de los oyentes que las est¨¢n pasando caninas. Por otra parte, el cantaor suele comportarse hacia el p¨²blico con una amigable profesionalidad que le hace atender una y otra vez sus peticiones aunque quiera retirarse. No le dejan, sencillamente, y ¨¦l sigue en el tablado hasta hacer, como el otro d¨ªa, 10 o 12 cantes.
XIII Fiesta de la Guitarra
Cante: El Bicho, Calixto S¨¢nchez, Jos¨¦ Menese, Juan el Caeno, Camar¨®n de la Isla, Lebrijano, El Cabrero. Baile: Jos¨¦ Joaqu¨ªn de Bellavista, con Ni?o de Fura al toque, Curro de Triana al cante y grupo. Toque: Enrique de Melchor, Tomatito, Jos¨¦ Luis Postigo Marchena (Sevilla). 5 de julio.
El Cabrero no canta como Camar¨®n, pero justo es reconocer que ¨²ltimamente parece aplicado a ampliar su repertorio, interpretando, adem¨¢s de los fandangos y cupl¨¦s habituales, g¨¦neros de gran dificultad como siguiriyas, mart¨ªnetes, soleares, malague?as, rondef¨ªas... Con resultados aceptables en ocasiones, y Marchena fue una de ellas.
Hubo otros cantaores, y algunos lo hicieron divinamente. El Bicho y Juan el Caeno, ¨¦ste marchenero, son dos de esos j¨®venes que luchan por abrirse un camino en la profesi¨®n, no siempre con suerte.
Y son dos buenos cantaores, sobre todo El Caeno, que merece salir del casi anonimato en que ahora se encuentra; hizo un excelente cante por sole¨¢ de Alcal¨¢ con sabor muy a?ejo, muy puro, un buen cante por malague?as, tarantos notables y unos tientos con la dif¨ªcil cadencia que el g¨¦nero requiere.
Calixto S¨¢nchez fue el brillante cantaor de siempre, con limpieza de voz, grandes facultades, que extrema demasiado quiz¨¢ en los tercios de poder; seguro en todo momento, me gust¨® en la malague?a del Mellizo y los tientos-tangos. Menese tuvo una gran noche, logrando terrible emoci¨®n en la petenera y las siguiriyas. Lebrijano, en fin, tambi¨¦n estuvo en su l¨ªnea de calidad y solvencia, haciendo formidables canti?as y buler¨ªas.
El baile de Jos¨¦ Joaqu¨ªn es ese de componer caras rar¨ªsimas, con expresiones pretendidamente dram¨¢ticas
Babelia
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