"Pobre de m¨ª"
El balance de cualquier fiesta de San Ferm¨ªn debe realizarse con la vista puesta en los heridos de los ocho encierros de toros que la definen. Y, si es as¨ª, el balance de este a?o puede considerarse positivo, con s¨®lo seis heridos por asta de toro, que evolucionan favorablemente en el hospital de Navarra, y m¨¢s de 100 personas atendidas por los diferentes servicios sanitarios a causa de erosiones y contusiones diversas durante estas carreras matinales.Ayer, en el ¨²ltimo encierro de los sanfermines 86, protagonizado por ahico soberbios Miura, s¨®lo hubo que lamentar un herido de consideraci¨®n, el pamplon¨¦s Roberto Dallo, de 18 a?os, con traumatismo craneal banal y contusi¨®n tor¨¢cica producida al caerle materialmente encima un Miura en el mismo callej¨®n de la plaza de toros.
Alguien ha se?alado que los sanfermines son tal vez las fiestas populares m¨¢s famosas del mundo al haber sabido asimilar y acomodarse al vertiginoso desarrollo tecnol¨®gico-industrial parapetadas en tradiciones hist¨®ricas que han sabido conservar su esencia. Ello, unido al hecho de que suponen un impresionante espect¨¢culo callejero continuo durante nueve d¨ªas y nueve noches, en el que todo el mundo es part¨ªcipe sin otra cortapisa que el respeto a las m¨ªnimas normas de comportamiento o de legalidad, extienden su fama en cada edici¨®n.
Comienza el ¨¦xodo
Hacer, pues, un balance de los accidentes sanfermineros de este a?o es harto complicado. Se podr¨ªa hablar de m¨¢s de un total de 120 personas detenidas por diversos robos en una sola semana, de m¨¢s de 3.000 atendidas en centros sanitarios, de m¨¢s de 250.000 visitantes en un solo fin de semana y de m¨¢s de 6.000 kilos diarios de desperdicios recogidos en el recinto de un peque?o casco viejo e iru?¨¦s. Pero todo esto ser¨ªa tan s¨®lo un conjunto de detalles anecd¨®ticos.
El ¨¦xodo vacacional en Pamplona comienza en estos momentos. Se dice que el d¨ªa 15 de julio, el d¨ªa despu¨¦s, es el m¨¢s triste del a?o para todos los pamploneses. Ninguna ciudad pasa tan r¨¢pidamente de la alegr¨ªa desbordante, el ruido ensordecedor y el infernal ritmo festivo al silencio, la quietud y el cansancio de las horas perdidas de sue?o.
Despu¨¦s del "pobre de m¨ª", que marca ritualmente el final de las fiestas, la ciudad ha comenzado a recuperar su imagen habitual. Los jardines, que ahora aparecen devastados, ya no ser¨¢n hasta dentro de 12 meses dormitorios comunitarios al aire libre. La plaza de toros m¨¢s alegre del mundo enmudecer¨¢ repentinamente para todo el a?o. Las aceras y bordillos no ser¨¢n ya m¨¢s privilegiadas sillas de primera fila en las que reposar. Pamplona despertar¨¢ perezosamente de un sue?o maravilloso para recordar que existen los problemas. Ya nada ser¨¢ igual.
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