Ejecuciones en la Casa de Campo
En el extraordinario de EL PA?S correspondiente al d¨ªa 6 de junio, y como ilustraci¨®n del art¨ªculo sobre la guerra civil firmado por don Alberto Reig Tapia, se publica una fotograf¨ªa en la que se ven dos personas-mujer,al parecer, una de ellas- y se adivina una tercera. Son, seg¨²n el pie, "los cad¨¢veres y el padre de ella ejecutados por los nacionalistas en la Casa de Campo de Madrid en 1936".La Casa de Campo tira, en efecto, uno de los lugares preferidos para las ejecuciones en aquella etapa terrible, de cuyo horror s¨®lo los que hayamos sido testigos de ella podremos hacernos debido cargo, pero no ciertamente perpetrados por los llamados nacionalistas, que eran los que se asesinaba, sino por los, muy numerosos pelotones de ejecuci¨®n y pillaje que con distintas denominaciones -tribunales popularers, chekas de Fomento, de Bellas Artes, Brigada del Amanecer, brigada de Garc¨ªa Atadell, etc¨¦tera-, actuando con absoluta impunidad y sin graves cortapisas del Gobierno, mataban simplemente por ostentar apellidos notorios, por ser socios de la Gran Pe?a, suscriptores de los peri¨®dicos de derecha o feligreses de la parroquia. Atribuir, pues, el asesinato de las personas de la fotografia a los nacionalistas -cuando tan visibles eran sus verdaderos autores- me parece un enga?o, una sangrienta burla para los miles de madrile?os que, acosados, buscaban su refugio en las embajadas y que harto ten¨ªan con el intento de salvar sus vidas para pensar en la inmolaci¨®n de las ajenas.-
Madrid.
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