Amigos y estudiosos de Hemingway ven su pasi¨®n por el toreo como plasmaci¨®n de su temor al sexo y la muerte
Seminario en la UIMP en el 25? aniversario del suicidio del escritor
Ernest Hemingway, de cuya muerte se cumplieron hace unas semanas 25 a?os, desarroll¨® su guerra personal en la literatura utilizando el soporte de la arena de los ruedos. Su obsesi¨®n por la virilidad y su temor a la homosexualidad le hicieron ver en los toreros sus h¨¦roes. Esta obsesi¨®n marc¨® sus ficciones literarias, seg¨²n se dijo ayer en la clausura del seminario Espa?a como escenario literario: de los viejos rom¨¢nticos a Ernest Hemingway, celebrado en la Universidad Men¨¦ndez Pelayo de Santander y dirigido por Alberto Gonz¨¢lez Troyano, de la universidad de C¨¢diz.
El conocimiento de la Espa?a de Hemingway, su amor por los toros -"el cielo ser¨ªa para m¨ª una plaza de toros con dos entradas vitalicias y un r¨ªo de truchas al lado", dijo en una ocasi¨®n- y sus temores, compartidos por otros escritores de su generaci¨®n, como Henry Miller y Jack Kerouac, han sido los puntos sobre los que se ha debatido en estas jornadas.Junto a expertos literarios, estaban convocados los dos h¨¦roes protagonistas de su libro, recientemente aparecido en Espa?a, Un verano sangriento, que estuvieron m¨¢s pr¨®ximos al autor de Fiesta, Muerte en la tarde o Adi¨®s a las armas. Eran Luis Miguel Domingu¨ªn y su cu?ado Antonio Ord¨®?ez. Pero s¨®lo estuvo Antonio Ord¨®?ez -Domingu¨ªn se excus¨® argumentando que estaba enfermo y no asisti¨®-, quien destac¨® los conocimientos taurinos y la calidad humana de su antiguo socio, como Ord¨®?ez llamaba a Hemingway.
Fascinaci¨®n por lo tr¨¢gico
Guy H. Wood, profesor de literatura de la universidad de Obreg¨®n, se encarg¨® de hablar de la Espa?a que conoci¨® el escritor, a partir de un somero perfil personal. Nacido en Oak Park, Illinois, en 1899, Hemingway era hijo de una acomodada familia. El padre era un m¨¦dico mediocre y la madre una rica heredera y artista frustrada, que cuando Hemingway contaba apenas 20 a?os, decidi¨® expulsarle de casa por holgaz¨¢n. Wood cuenta que Hemingway se aburr¨ªa en un medio en el que no hab¨ªa ni pobres ni bares. "Ya entonces", se?ala Wood, "presentaba las caracter¨ªsticas del prototipo humano norteamericano de la ¨¦poca: necesidad, de trabajar, autosuficiencia, pasi¨®n por la caza y la pesca, obsesi¨®n por la valent¨ªa personal y la violencia".Su primer matrimonio (se lleg¨® a casar tres veces) fue en 1921 y su trabajo como periodista del Toronto Star dieron a Hemingway la posibilidad de salir de su medio y viajar a Europa, donde encontrar¨ªa un mundo muy diferente. En uno de sus desplazamientos en busca de reportajes, a principios de la d¨¦cada de los veinte, llega a Par¨ªs y conoce a Picasso, Mir¨®, Ezra Pound y Gertrude Stein. All¨ª le hablan de Joselito y de las corridas de toros. En 1923 viaj¨® a Madrid y posteriormente a los sanfermines de Pamplona.
En las cr¨®nicas que entonces env¨ªa a Toronto Star habla ya con aut¨¦ntica fascinaci¨®n de la fiesta de los toros, si bien la define como una tragedia.
Es entonces cuando dice de uno de los toreros que "es muy hombre" y descubre Espa?a como un gran yacimiento novel¨ªstico sin explotar. Tambi¨¦n en estos a?os es cuando empieza a decir y a escribir cosas tales como que "nadie vive por completo su vida, salvo los toreros". Su trabajo Muerte en la tarde est¨¢ considerado como la biblia de la tauromaquia escrita en ingl¨¦s.
Despu¨¦s de la guerra civil espa?ola, hecho que le impresion¨® viv¨ªsimamente, se instala en Cuba. Sin embargo, Espa?a sigui¨® siendo su escenario predilecto y, pese al franquismo, que odiaba, regres¨® en 1953, a?o en el que se encontr¨® por primera vez con su idolatrado Antonio Ord¨®?ez. Esa admiraci¨®n se desarrolla hasta l¨ªmites desconocidos en el verano de 1959 cuando la revista Life le env¨ªa a Espa?a para seguir period¨ªsticamente el mano a mano taurino entre Antonio Ord¨®?ez y su cu?ado Luis Miguel Domingu¨ªn, origen de Un verano sangriento.
Toros y sexo
Para Julian Pitt-Rives, antrop¨®logo de la universidad de la Sorbona de Par¨ªs, la elecci¨®n de Espa?a como escenario literario no estaba tan determinada por el amor de Hemingway hacia nuestro pa¨ªs y a su afici¨®n por los toros, sino por que, siendo hombre de pocas ideas pol¨ªticas, pudo desarrollar su batalla personal contra la muerte en intentar vencer su miedo sexual en el mundo de los toros.Pitt-Rives destac¨® alguna constantes de Hemingway, como su burla de los homosexuales como prueba evidente de su miedo a la homosexualidad y a la falta de virilidad. "Su desaforado machismo", explic¨®, "era producto del p¨¢nico a la castraci¨®n, a ser dominado por las mujeres y a no cumplir como un hombre".
Pitt-Rives aport¨® el dato de que Hemingway profesaba un profundo odio a su padre y que cuando ¨¦ste se suicid¨®, acci¨®n que ¨¦l imitar¨ªa , escribi¨® que su progenitor hab¨ªa actuado as¨ª "porque era un cobarde que no se supo divertir y que se hab¨ªa casado con una zorra".
Miedo a las mujeres
El antrop¨®logo afirm¨® que ante estos miedos Hemingway vivi¨® las corridas como un exorcismo del miedo a las mujeres. "Le conmueve el arte y el alarde de hombr¨ªa de los toreros. Hay unas connotaciones er¨®ticas muy claras en un mundo exclusivamente reservado a los hombres".La fascinaci¨®n por los toreros como consecuencia de una latente homosexualidad tambi¨¦n fue sugerida por Bernd Dietz, profesor de literatura inglesa de la universidad de La Laguna, quien afirm¨® que la pasi¨®n de Hemingway por los toros no se quedaba en el coso y que tal como cuenta el propio Hemingway, ¨¦ste acompa?aba a sus h¨¦roes no s¨®lo a la plaza, sino que compart¨ªa con ellos la mesa e incluso la enfermer¨ªa.
En el seminario han participado, adem¨¢s de Gonz¨¢lez Troyano Jos¨¦ Mar¨ªa Alberich, profesor de literatura espa?ola en Exeter; Jean Paul Goujon, profesor de literatura francesa en Sevilla; Rafael Argullol, profesor de est¨¦tica en Barcelona; Bernd Dietz, profesor de literatura inglesa en La Laguna; Guy H. Wood, profesor de literatura de la universidad de Oreg¨®n; Julian Pitt-Rives, profesor de antropolog¨ªa en la Sorbona, y Antonio Ord¨®?ez, matador de toros.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.