Un s¨¢dico y un tirano
El s¨¢dico paranoico Botha, el apartheid, el no menos depravado Pinocho y sus Pacos, Jomeini, Ir¨¢n e Irak y viceversa, el KGB, la CIA, la invasi¨®n de Granada, la dictadura turca, la contra, Marcos, seis millones de jud¨ªos atrozmente masacrados por obra y gracia del se?or Hitler, que as¨ª llenaba sus horas de ocio, Israel y Palestina, Afganist¨¢n, Polonia, Checoslovaquia, Sendero Luminoso, ETA, Videla y sus 30.000 argentinos subversivos, la represi¨®n de El Salvador y Guatemala, Stalin, don Francisco y sus gloriosos 40 a?os, Baby Doc y sus tonton-macute; del hambre de Etiop¨ªa, Sud¨¢n, Chad, pasamos indiferentemente; los innumerables millones de d¨®lares despilfarrados en armamento, la Mafia, la OTAN y el Pacto de Varsovia, lady Li y los delitos de alcoba; Hiroshima y Nagasaki; Stroessner, Somoza, la Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica, los disidentes sovi¨¦ticos y los psiqui¨¢tricos ..., para qu¨¦ seguir. Menuda fama debemos tener en las galaxias.Al parecer, todos llevamos dentro, consciente o inconscientemente, un s¨¢dico y un tirano, y para ejercer como tales en la medida de las posibilidades de cada uno s¨®lo hay que encontrar una justificaci¨®n.
Triste pa¨ªs ¨¦ste en el que la gente normal, de la calle, el pueblo llano, no sabe, no puede, o no quiere divertirse si no martiriza hasta la muerte a un pobre corn¨²peta que, por su propia limitaci¨®n evolutiva, no goza del rango y privilegio de ser humano.
Fiesta nacional, ceremonial obsesivo de la tortura y la muerte donde todo est¨¢ refinadamente pautado; v¨ªa de escape de esa agresividad generada por vivir en un mundo como ¨¦ste que todos hemos contribuido a crear. El hombre no act¨²a porque s¨ª. A otros les da por ser fan¨¢ticos del f¨²tbol, por ejemplo. Es cuanto ten¨ªa que decir. Gracias.-
Benicasim, Castell¨®n.
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