Burofagia

?Es consciente el nuevo Gobierno de lo que significa declarar la guerra santa a la burocracia? ?Saben d¨®nde se meten con esta cruzada contra el drag¨®n administrativo del millar de cabezas? ?Han regresado a la v¨ªa del socialismo ut¨®pico o se trata de otra fanfarroner¨ªa? Veamos. No s¨®lo se desconoce el n¨²mero exacto de funcionarios que cobija el Estado espa?ol, sino que cualquier intento por saberlo aumentar¨¢ inmediatamente la poblaci¨®n funcionarial. Se pone en marcha un plan del Gobierno para racionalizar la burocracia, y el primer efecto, generalmente el ¨²nico, es el engorde de la pir¨¢mide burocr¨¢tica gracias a la creaci¨®n de esas nuevas comisiones y subcomisiones que el plan exige. Intenta aumentar la productividad del funcionario p¨²blico, y acabar¨¢ siendo el m¨¢s improductivo de los funcionarios. Convoca una reuni¨®n para terminar con el papeleo, y esa reuni¨®n ser¨¢ semilla de nuevas frondosidades burocr¨¢ticas. Descentraliza, y a los pocos d¨ªas ver¨¢s reproducido en otra escala el centralismo transferido. Cada vez que la Administraci¨®n promete seriamente reformar la Administraci¨®n, renacen las esperanzas de esos millones de espa?oles cuya meta en la vida es remolonear por los pasillos del Estado con un sueldo eterno en la cartera.Sabemos con bastante aproximaci¨®n por qu¨¦ se expande el universo y hay vida en la Tierra, pero todav¨ªa no sabemos por qu¨¦ la burocracia se expande de esa fabulosa manera, por qu¨¦ el funcionaria do se reproduce como las algas, a ritmo de conejo, por qu¨¦ el papeleo administrativo resulta tan incre¨ªblemente f¨¦rtil. Soy capaz de representarme un mundo sin hambrientos, tiranos y fumadores, pero absolutamente incapaz de imaginar un mundo sin bur¨®cratas, archivos, subcomisiones, lujuria administrativa. Es m¨¢s sencillo liquidar la lucha de clases que la lucha de escalafones. Tiene menos fuerza universal la ley de la gravitaci¨®n que la ley de la reuni¨®n. Poco hay que admirar en la vida de un bur¨®crata, pero hay que rendirse ante las eficaces y misteriores leyes de la burocracia. Yo no le tocar¨ªa el trig¨¦mino al monstruo, excepto que pretendan la triplicaci¨®n del funcionariado.