Un acuerdo dif¨ªcil de cumplir
La decisi¨®n de la Organizaci¨®n de Pa¨ªse$ Exportadores de Petr¨®leo (OPEP) de recortar sus ventas en algo m¨¢s de 3,5 millones de barriles diarios, sobre una producci¨®n media de julio de algo m¨¢s de 2,0 millones, ha sido recibida con inusitable sorpresa en los mercados internacionales. Los precios, que hace una semana estaban por debajo de los 10 d¨®lares, rozaron ayer los 15 d¨®loxes por barril, quiz¨¢ como consecuencia de lo inesperado del acuerdo.Pero un an¨¢lisis inmediato de la conferencia hace suponer que la decisi¨®n de la OPEP es m¨¢s espectacular y dram¨¢tica que eficaz. Aparete de lo impracticable que puee resultar su cumplimiento, existen serias dudas de que vaya a tener un efecto duradero sobre los mercados y precios. En cualquier caso, el c¨¢rtel petrolero se juega esta vez la poca credibilidad que le quedaba despu¨¦s de ofrecer durante m¨¢s de dos a?os el. singular espect¨¢culo de adoptar decisiones de probables consecuencias dram¨¢ticas para la econom¨ªa munduial, pero que luego afortunadamente no cumpl¨ªa.
El punto m¨¢s incomprensible del acuerdo de la 78? conferencia de la OPEP es la fecha de su entrada en vigor, que no es inmediata. El aplazamiento hasta el 1 de septiembre del cumplimiento del pacto, que adem¨¢s s¨®lo tiene una validez de dos meses, hace suponer que algunos pa¨ªses, especialmente los productores ricos del golfo P¨¦rsico, han condicionado el acuerdo a su estricto seguimiento, con lo que de hecho han abierto la puerta a que, al menos moment¨¢neamente, los grifos de la producci¨®n no se cierren del todo.
La fecha de la entrada en vigor fue adem¨¢s el elemento conflictivo de ¨²ltima hora que estuvo a punto de dar al traste con todo el acuerdo. Asimismo los pa¨ªses del golfo P¨¦rsico exigieron que las exportaciones de cada pa¨ªs miembro sean c¨®ntroladas de ahora en adelante por un denominado comit¨¦ de expertos que recorra los pa¨ªses productores en una misi¨®n cuasi policial.
Pero la clave que hace desconfiar de la viabilidad del pacto es precisamente el tama?o significativo del recorte decidido: unos 3,5 millones de barriles. Esto supone volver, con la excepci¨®n de Irak, al que se permite una producci¨®n adicional de 700.000 barriles, a la situaci¨®n de octubre de 1984, cuando el c¨¢rtel acord¨® no vender m¨¢s de 16 millones de barriles. Pero este techo es demasiado pr¨®ximo a la demanda prevista para el crudo de la OPEP en los pr¨®ximos meses, lo que aparte de dejar el mercado como est¨¢ dejar¨¢ abierta la puerta a que otros productores independientes se aprochechen del sacrificio del c¨¢rtel.
Que los 13 pa¨ªses de la OPEP sean capaces de retirar 3,5 millones de barriles del mercado es algo que exige mucha fe antes de creerlo. Si el acuerdo de 1984 fall¨®, fue, y esto es historia, porque los 13 productores, salvo Arabia Saud¨ª, aumentaban su producci¨®n a niedida que el mercado lo demandada. Con la pol¨ªtica saud¨ª firmemente decidida ahora a no producir menos de su cuota de 1984 (es decir, 4,5 millones de barriles), cabe esperar que el acuerdo de ayer representa un sacrificio demasiado duro para muchos pa¨ªses, especialmente, aquellos que est¨¢n angustiados por sus problemas de deuda externa. La generosidad de Ir¨¢n es, por otro lado, un factor demasiado dificil de comprender para un pa¨ªs que se encuentra en guerra precisamente con el ¨²nico mienibro de la OPEP, Irak, al que se le permite como excepci¨®n no cumplir el acuerdo.
Con todo, ser¨¢ el mercado el ¨²ltimo juez que determine en las pr¨®ximas semanas si el acuerdo de la OPEP es practicable o no. Mientras tanto habr¨¢ que dar el beneficio de la duda a una organizaci¨®n que ya en dos ocasiones ha colocado a la econom¨ªa mulndial al borde del colapso.
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