El excedente y la peseta
LOS RESULTADOs del comercio exterior correspondien tes al mes de junio, seg¨²n el registro de caja del Banco de Espa?a, muestran que el aumento de las importaciones no energ¨¦ticas ha sido bastante m¨¢s elevado que el de las exportaciones, lo cual ha motivado la ya tradicional reacci¨®n de algunos exportadores pidiendo la devaluaci¨®n de la peseta para restablecer una competitividadque, aparentemente, son incapaces de mantener por otros medios que el encarecimiento relativo de los bienes producidos fuera de Espa?a. Las cifras del mes de junio no son, sin embargo, significativas, pues durante una buena parte de dicho mes la huelga de los estibadores alter¨® profundamente el tr¨¢fico comercial por los puertos espa?oles. Ser¨¢ preciso esperar alg¨²n tiempo, uno o dos meses quiz¨¢, para que las cifras del comercio exterior recuperen la normalidad; entonces ser¨¢ tiempo de juzgar y extraer conclusiones. Mientras tanto, lo que plantean los datos publicados por el Banco de Espa?a es el problema inverso, es decir, el del r¨¢pido crecimiento del excedente de la balanza por cuenta corriente espa?ola. De enero a junio ¨¦ste alcanz¨® la notable cifra de 2.000 millones de d¨®lares. De seguir as¨ª las cosas, lo m¨¢s probable es que el conjunto del a?o se salde con un excedente del orden de los 7.000 millones de d¨®lares, cifra que, por otra parte, figura impl¨ªcitamente en las previsiones recientemente filtradas por la Administraci¨®n. Un excedente de esta envergadura, el segundo en porcentaje de los pa¨ªses occidentales, s¨®lo superado por Jap¨®n, plantea un serio problema de pol¨ªtica econ¨®mica; si sus consecuencias monetarias no se han hecho sentir plenamente, ello se ha debido a la ingente colocaci¨®n de pagar¨¦s del Tesoro entre el p¨²blico, que ha evitado el recurso del Tesoro al Banco de Espa?a y a la amortizaci¨®n anticipada de cr¨¦ditos contra¨ªdos en el exterior, tanto por la Administraci¨®n c¨®mo por las empresas privadas. Terminado este proceso, el dilema con que se van a encontrar las autoridades monetarias consistir¨¢ en qu¨¦ hacer para evitar las consecuencias internas del excedente exterior; si ¨¦stas dejasen jugar libremente las fuerzas del mercado, la peseta se cotizar¨ªa al alza. La actitud adoptada hasta el presente de mantener el tipo de cambio de la peseta estable frente a los pa¨ªses de la Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE) es l¨®gica y representa un compromiso aceptable entre nuestros intereses y los de la CEE: no hay que olvidar que, aunque el mercado impulse la peseta al alza en estos momentos, a medio plazo es preciso considerar los efectos del desarme arancelario al que estamos procediendo y que, obviamente, deteriorar¨¢ la balanza comercial; tambi¨¦n es preciso tener en cuenta el diferencial de inflaci¨®n, desfavorable para Espa?a. Por estas razones, la pol¨ªtica de estabilidad de la peseta frente a las monedas europeas es la que mejor combina las exigencias del corto y del largo plazo. Otra cosa es el problema b¨¢sico del excedente actual y su relaci¨®n con la tasa de crecimiento de la econom¨ªa espa?ola. Durante largos a?os el principal freno al crecimiento de la producci¨®n vino del sector exterior: en cuanto se forzaba la tasa de aumento del producto interior bruto, el sector exterior se desequilibraba y hab¨ªa que frenar el aumento de la demanda interna. Ahora estamos en la situaci¨®n contraria, y si no es posible acelerar el crecimiento de la econom¨ªa, entonces el problema que se plantear¨¢ con cierta urgencia ser¨¢ el de la liberalizaci¨®n de los movimientos de capital. En cualquier caso, se trata de un problema de elecci¨®n: desde la perspectiva del sector exterior, y gracias a una serie de circunstancias que van desde la ca¨ªda de los precios del petr¨®leo hasta el grado relativo de ajuste de la econom¨ªa espa?ola en los ¨²ltimos a?os, existe, por primera vez desde hace alg¨²n tiempo, la posibilidad de elegir. Es de esperar que ¨¦sta no se desperdicie.
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