Condiciones de trabajo: la hora de Europa
Desde hace alg¨²n tiempo estamos asistiendo a una serie de acciones, positivas, de muy distinto rango y alcance, dirigidas a difundir los programas de investigaci¨®n europeos y las acciones que fomentan el desarrollo de lo que se ha dado en llamar nuevas tecnolog¨ªas.Exposiciones espec¨ªficas, conferencias y seminarios universidad-empresa, campa?as publicitarias del Ministerio de Industria o muestras culturales, e incluso alguna investigaci¨®n de gran alcance publicada como libro son s¨®lo indicadores de la voluntad de nuestra incorporaci¨®n europea.
Llama la atenci¨®n frente a ello el silencio relativo que en esos lugares se produce sobre las investigaciones que conciernen lo que suele llamarse impacto social de las llamadas nuevas tecnolog¨ªas. Una designaci¨®n que es en s¨ª misma reveladora de la idea dominante acerca de c¨®mo deba alcanzarse en nuestro pa¨ªs la modernidad tecnol¨®gica.
Esa idea pretende, dicho r¨¢pidamente, que lo primero es informatizar la producci¨®n, el pa¨ªs lo necesita. Y que ya hablaremos luego de c¨®mo arreglar los trastornos sociales -si es que ¨¦stos llegan a producirse: malas condiciones ergon¨®micas, dificultades de adaptaci¨®n de los trabajadores, estr¨¦s, etc¨¦tera. Y eso cuando se vislumbra alguna posibilidad de incidencia, que no siempre se da por descontada...
El caso es que -junto a otros importantes programas de investigaci¨®n que incluyen ¨¢reas directamente vinculadas con este argumento, como FASTII, HUFIT, ESPRIT, etc¨¦tera, existen en la Comunidad Europea (CE) instituciones dedicadas al estudio, precisamente, de estas cuestiones tenidas aqu¨ª por secundarias o para despu¨¦s.
Quiz¨¢ una de las razones de esa postergaci¨®n del impacto social tenga sus ra¨ªces en el hecho mismo del escaso desarrollo en nuestro pa¨ªs de las investigaciones sobre condiciones de trabajo, sobre el impacto de las transformaciones productivas en el contenido y organizaci¨®n del mismo, o sobre los problemas planteados por la necesaria reconversi¨®n de las calificaciones requeridas por el sistema productivo.
Condiciones de vida
Una de esas instituciones ignorada en la actual campa?a informativa -a la que hemos dedicado el reciente n¨²mero 80, monogr¨¢fico, de Revista de Trabajo- es la Fundaci¨®n Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo, cuyo nacimiento como organismo aut¨®nomo comunitario en 1975 se inserta y es un indicador a la par del auge que como problema social llegan a tener en los a?os setenta las condiciones de trabajo, lo que se ha llamado "movimiento por la calidad de la vida de trabajo".Tiempos de cambios cualitativos en las demandas de los sindicatos, de contestaci¨®n de la organizaci¨®n tradicional, taylorista, del trabajo a la par que tiempos de crisis de los paradigmas cl¨¢sicos y dominantes en las ciencias del hombre en el trabajo, de ruptura con los determinismos tecnol¨®gicos, de retorno a los procesos de trabajo como punto central de reflexi¨®n en los nuevos desarrollos interdisciplinarios.
La Fundaci¨®n Europea, instituci¨®n cuyo Consejo de Administraci¨®n est¨¢ compuesto por representantes de los sindicatos, empresarios, Gobiernos de los Estados miembros de la Comunidad y de la Comisi¨®n Europeas, ha producido una notable cantidad de investigaciones sobre estos temas.
Nuevas formas
Los ejes centrales que articulan esos trabajos se corresponden con tres distintas etapas, de las cuales la primera (1977-1980) se caracteriza por el ¨¦nfasis en las "nuevas formas de organizaci¨®n del trabajo".La segunda (1981-1984) destaca por tener como uno de sus ejes "la cuesti¨®n del desarrollo tecnol¨®gico y sus efectos en el puesto de trabajo y los estilos de vida".
En fin, la etapa que estamos viviendo, que se corresponde con el programa para 1985-1988, cuyo foco est¨¢ en la crisis del trabajo: descentralizaci¨®n de la producci¨®n, nuevas formas de trabajo y actividad, etc¨¦tera, que llevan a una revisi¨®n de la noci¨®n tradicional de trabajo.
Los resultados de esas investigaciones muestran, entre otras cosas:
- Que no hay introducci¨®n de nueva tecnolog¨ªa que no pueda llevarse a cabo con distintas formas de organizaci¨®n y divisi¨®n del trabajo, y con impactos, por tanto, muy distintos, tanto sobre las condiciones de trabajo como sobre la eficacia empresarial.
- Que la negociaci¨®n en torno a la introducci¨®n de nueva tecnolog¨ªa y la participaci¨®n de los trabajadores puede ser un elemento indispensable para, nuevamente, mejorar -sin coste econ¨®mico adicional para las empresas- la calidad de la vida de trabajo.
- Que en muchos casos nadie gana con una determinada estrategia de desarrollo de nueva tecnolog¨ªa que, simplemente, ignora o silencia los conocimientos y desarrollos actuales de las ciencias del hombre en el trabajo.
- Que, por tanto, hay que pensar a la vez, y no cuando puede costar caro, qu¨¦ combinaci¨®n tecnolog¨ªa / organizaci¨®n, con qu¨¦ tiempo y con la participaci¨®n de qu¨¦ actores se lleva a cabo el dise?o del futuro econ¨®mico.
De otro modo, el coste transaccional que los ciudadanos pagaremos por ello no ser¨¢n s¨®lo esos tristes r¨¦cords en accidentes o enfermedades (a¨²n no reconocidas como) profesionales.
El conocimiento y la experiencia est¨¢n a nuestro alcance. Tambi¨¦n en lo tocante a las condiciones de trabajo ha sonado ya la hora de Europa.
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