La turbia historia de Laura Hachem y su coche bomba
Causar el mayor da?o posible, ¨²nico objetivo de los ingenios de la muerte en L¨ªbano
Los dirigentes pol¨ªticos del L¨ªbano musulm¨¢n acusan a los milicianos cristianos de haber liberado por la fuerza de las armas a la presunta responsable de la explosi¨®n, este mismo mes, de un coche bomba en Beirut oeste. Si la sociedad libanesa no estuviera hastiada de historias sucias como la de Laura Hachem, se?alada como prostituta, terrorista y agente israel¨ª, ¨¦sta provocar¨ªa un esc¨¢ndalo may¨²sculo. Cuando a la hora del almuerzo no ha explotado a¨²n uno de estos ingenios de la muerte, los beirut¨ªes respiran algo m¨¢s tranquilos. Cuando es d¨ªa festivo, tambi¨¦n. Los coches bomba, la pesadilla de este verano, revientan siempre por la ma?ana temprano, en jornada laborable y en medio de calles concurridas. Su ¨²nico objetivo conocido, causar el mayor da?o.
El pasado 8 de agosto la carnicer¨ªa se produjo en una calle del barrio musulm¨¢n de Tarik Jeide. Docenas de muertos y heridos. Y los incendios, los escombros, la chatarra, las sirenas y los tiros al aire. Pero esta vez sucedi¨® algo diferente. Hubo un testigo: el comerciante frente a cuyo local hab¨ªa hecho explosi¨®n el coche, quien sobrevivi¨® de milagro.El hombre habl¨®. Declar¨® a la polic¨ªa que una mujer le hab¨ªa pedido permiso para aparcar un Fiat 132. Con total naturalidad, hasta el punto de entregarle las llaves para que moviera el veh¨ªculo si le estorbaba. La mujer ten¨ªa unos 30 a?os y hablaba ¨¢rabe. Era alta, gruesa, de piel oscura y cabellos tintados en rubio.
Al fin la polic¨ªa ten¨ªa una pista y la oportunidad de sacarse una espina. El testigo pas¨® horas ante ¨¢lbumes de fotos de mujeres fichadas. No encontr¨® a la mujer del Fiat 132 entre las pol¨ªticas, pero al Regar el turno de los archivos de la Brigada de Costumbres, se detuvo ante un retrato. Era el de Laura Hachem, de confesi¨®n cristiana, casada con un funcionario p¨²blico, instructora de educaci¨®n f¨ªsica y prostituta, seg¨²n se?alan los diarios independientes de la capital libanesa.
La polic¨ªa del sector oeste, el musulm¨¢n, supuso que la sospechosa se habr¨ªa refugiado en el este cristiano. Y para evitar que la pieza se les escapara, los funcionarios del oeste pidieron a sus colegas del otro lado la detenci¨®n de Laura Hachem como traficante de drogas. As¨ª se hizo y la mujer fue trasladada a la l¨ªnea verde, la frontera o frente de batalla que divide ambos sectores de la capital libanesa.
El careo entre el comerciante de Tarik Jeide y Laura Hachem se celebr¨® en un terreno neutral, el Tribunal Militar, situado en pleno paso de Museo-Berbi. El testigo la reconoci¨®; la mujer, seg¨²n los informes de Prensa, "se derrumb¨® y confes¨®".
Su relato, al menos la versi¨®n publicada, avala con demasiada perfecci¨®n la tesis del sector Oeste sobre el origen de los coche bomba que le toc¨® padecer, pero hasta el momento no ha sido desmentido por los acusados. Empieza el d¨ªa anterior a la explosi¨®n de Tarik Jeide, cuando Laura Hachem atreves¨® desde el Este al Oeste por el 4nico paso abierto en la actualidad entre ambos sectores, el de Kafaat.
Un Fiat 132 ocre
Conduc¨ªa un Fiat 132 de color ocre, cargado de explosivos y sin detonador. Para franquear con m¨¢s rapidez los controles, Laura Hachem subi¨® a su veh¨ªculo a dos soldados rasos que hac¨ªan autoestop. Pas¨® sin problemas las barriadas cristianas y musulmanas.
Ya en Beirut oeste, Laura Ha chem telefone¨¦ al hombre que dirig¨ªa la operaci¨®n, un tal Tony, que el peri¨®dico As Safir vincula a los servicios de inteligencia israel¨ªes. A la ma?ana siguiente aparc¨® el coche en Tarik Jeide, con los explosivos ya conectados a un detonador. La noche la hab¨ªa pasado, afirma L'Orient le Jour, en casa de .uno de sus clientes militares, que no estaba al tanto de sus actividades".
El mayor error que puede cometerse en Beirut es detenerse mucho tiempo junto a un veh¨ªculo vac¨ªo y aparcado en una calle c¨¦ntrica. En los ¨²ltimos 15 meses, 22 coches bomba han hecho temblar la capital libanesa. Unas 400 personas han muerto y otras 1.000 han resultado gravemente heridas en esos atentados, en los que el bando cristiano ha llevado la peor parte.
Terrorismo en estado puro
Nadie ha reivindicado con credibilidad estas acciones. No se sabe si son obra de uno solo o de varios grupos. Tampoco sus intenciones, salvo las de la carnicer¨ªa por la carnicer¨ªa. Es terrorismo en estado puro, sin coartadas, y eso es lo peor, la ausencia de una explicaci¨®n, de un motivo, de una certeza.
Por eso los polic¨ªas del sector Este que hab¨ªan detenido a la supuesta prostituta y agente del terror convinieron con sus colegas del Oeste en que el asunto era serio. Sin embargo, se negaron a entregarles a la sospechosa, que fue trasladada a otro supuesto punto neutral, el cuartel general de la polic¨ªa en el lado cristiano.
De all¨ª, dice el ministro del Interior, el musulm¨¢n Abdala al Rasi, fue liberada el pasado 17 de agosto por milicianos cristianos de las fuerzas libanesas, que cercaron el edificio y dispararon al aire, para amedrentar a los guardias.
No se espera un final luminoso a la historia de Laura Hachem. Los que la buscaban han perdido su pista y han puesto el grito en el cielo. En el otro lado se ha optado por cerrar la boca. Al fondo, en la sombra, alguien debe estar sonriendo.
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