El menor coste de los carburantes se dedicado durante el pr¨®ximo a?o a reducir el d¨¦ficit p¨²blico

Una de las decisiones ya adoptadas por el Gobierno, al debatir el proyecto de Presupuestos del Estado para 1987, consiste en fiscalizar la mayor parte de los beneficios que puedan derivarse de la eventual ca¨ªda del petr¨®leo y del d¨®lar, con el fin de reducir el d¨¦ficit p¨²blico y aumentar la financiaci¨®n al sector privado. Se mantendr¨¢ as¨ª la pol¨ªtica iniciada este a?o, cuando s¨®lo un tercio o un cuarto de dichas ventajas beneficiar¨¢n a los consumidores. Pero ser¨¢ moderado el fuerte incremento que tendr¨¢n en 1986 los impuestos indirectos o sobre el consumo, por dicho motivo y por la implantaci¨®n del IVA.

En el proyecto de Presupuestos del Estado para 1987, que ha sido debatido en var¨ªas ocasiones por el Consejo de Ministros, la ¨²ltima vez el pasado viernes, todav¨ªa no han sido concretadas las principales partidas, seg¨²n fuentes gubernamentales. Desde antes del verano existe un esquema de -trabajo muy aproximado a lo que resultar¨¢ finalmente, elaborado por el Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda en funci¨®n de los escenarios macroecon¨®micos. Dentro del mismo quiere encajar las pretensiones de los diversos ministerios, para lo cual tendr¨¢ que modificar unas partidas al alza y otras a la baja.Las prioridades definidas hasta el momento no parecen muy expl¨ªcitas en este sentido. Por lo que ha trascendido hasta ahora, el Ejecutivo ha descartado el objetivo de los tres cuatros, debido a que no considera razonable la pretensi¨®n de lograr un crecimiento econ¨®mico del 4%, expresada en algunas esferas del mismo. Incluso hay cierto pesimismo sobre: el 3,5% al que aspira actualmente. S¨ª ha reafirmado el prop¨®sito de reducir la inflaci¨®n hasta un 4% a finales de 1987, lo que implicar¨¢ el alinear los salarios y las pensiones con dicha magnitud. Tambi¨¦n ha considerado irrenunciable que el d¨¦ficit de caja quede en un 4% del Producto Interior Bruto (PIB) al terminar 1987, medio punto menos que en 1986.

Junto con estas prioridades, han sido confirmadas otras dos: incrementar la oferta de bienes y servicios a trav¨¦s de un aumento notable de la inversi¨®n p¨²blica, sacrificada por los tres ¨²ltimos presupuestos, y desacelerar el ritmo expansivo de la presi¨®n fiscal. En la inversi¨®n real, que podr¨ªa ser negociada en septiembre con sindicatos y empresarios dentro de las conversaciones para la concertaci¨®n social, el incremento rondar¨¢ el 10%.

Respecto a la presi¨®n fiscal, y antes de decidirse sobre la eventual simplificaci¨®n de la tabla del impuesto sobre la renta -que implicar¨ªa una baja de la mayor¨ªa de los tipos-, el Consejo de Ministros ha expresado la necesidad de fiscalizar la mayor parte de los beneficios obtenidos por la baja de los precios del petr¨®leo y la ca¨ªda del d¨®lar. Fuentes del Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda han recordado que esta pol¨ªtica ha sido aconsejada por la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE), con la finanalidad de reducir el d¨¦ficit p¨²blico y de permitir as¨ª una mayor financiaci¨®n al sector privado.

En la hip¨®tesis de que la recaudaci¨®n por impuestos directos crezca en tomo al 13%, la mitad que en 1986, y los directos y cotizaciones sociales aumenten el 8%, los cuadros monetarios manejados por el Ministerio de Econom¨ªa apenas dejaban para el cr¨¦dito al sector privado un aumento del 6%, considerado insuficiente para que la inversi¨®n privada crezca por encima del 7%. Estos cuadros parten de que el dinero disponible por el con junto de la econom¨ªa, medido por los activos l¨ªquidos en manos del p¨²blico, se sit¨²en al final de a?o en un crecimiento del 8%, casi cuatro puntos inferior al esperado para el presente a?o.