El 'apartheid'
Es necesaria unaacci¨®n concertada de los pa¨ªses lim¨ªtrofes y de las potencias extranjeras para asfixiar econ¨®mica y comercialmente al sistema del apartheid, donde no es que se est¨¦ tramando una conspiraci¨®n de matiz ideol¨®gico para derrocar un r¨¦gimen. Lo que realmente subyace en el fondo del asunto es que la mayoria-negra permanece despose¨ªda de sus derechos pol¨ªticos, mientras que el 4,5% de los blancos controla el 80% de las tierras productivas, reparti¨¦ndose el sobrante entre 24 millones de negros. Se comprende f¨¢cilmente la desigualdad y la injusticia que entra?a tan desproporcional reparto de tierras; se comprender¨¢ tambi¨¦n que las medidas emprendidas por el Gobi¨¦rno de Botha para ameliorar los duros y penosos efectos del apartheid son escasas y carentes de toda efectividad; por ejemplo, la derogaci¨®n de la ley de Matrimonios Mixtos -Mixed Marriages Actsolamente es de aplicaci¨®n a una peque?a minor¨ªa, y aun as¨ª se le conmina a la pareja de esponsales, uno blanco y otro de color, a residir en un barrio de personas de color. Estas y otras pocas reformas no son m¨¢s que un exponente fiel de perpetuaci¨®n del racismo y segregacionismo. Y para mantener este sistema racial tan vergonzoso y repudiante, de supremac¨ªa de una minor¨ªa de blancos sobre la mayor¨ªa negra, no tienen otro remedio las autoridades de Pretoria que echar mano de la represi¨®n y persecuci¨®n pol¨ªticas m¨¢s indiscriminadas. As¨ª, por s¨®lo citar un ejemplo, Michael Hornsby, corresponsal del peri¨®dico The Times, nos escribe la siguiente cr¨®nica: "Johannesburg: Los abogados defensores del insigne sacerdote cat¨®lico padre Smangaliso Mkhatshwa, secretario general de la Conferencia Episcopal de Sur¨¢frica, que se halla detenido en aplicaci¨®n del estado de emergencia, van a solicitar un ruego al Tribunal Supremo de Pretoria para que se impida seguirle torturando e infligi¨¦ndole malos tratos. El padre Mkhatshwa fue llevado una noche del mi¨¦rcoles a un destino desconocido, donde fue continuamente forzado a permanecer de pie durante 20 horas, mientras se proced¨ªa a su interrogatorio con malos tratos. Al amparo de una tal llamada orden circular n¨²mero 200, que regula la materia -de torturas y malos tratos, se entiende-, distribuida por los ¨®rganos superiores de polic¨ªa a sus inferiores jer¨¢rquicos, se deja traslucir el siguiente comentario: un ¨®rgano oficial ha promulgado una orden espec¨ªfica cuyos efectos consisten no solamente en que las persoans detenidas no sean formalmente acusadas, sin ser o¨ªdas, desconociendo la raz¨®n por la cual se les priva de libertad, sino que adem¨¢s se les priva de los cuidados y atenciones imprescindibles para preservar su vida y su salud.-
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