La Liga m¨¢s larga
EL CAMPEONATO de Liga de f¨²tbol que se ha puesto en marcha este ¨²ltimo fin de semana presenta una novedad que rompe con su vieja tradici¨®n. Desde que en la temporada 1928-1929 se iniciara, con la f¨®rmula de todos contra todos -copiada de Inglaterra, en aquel entonces espejo donde se miraban los pa¨ªses que daban sus primeros pasos en el foot-ball-, el Campeonato de Liga se ha jugado invariablemente a dos vueltas, para que cada equipo tuviera ocasi¨®n de- recibir y visitar a todos y cada uno de sus oponentes. S¨®lo ha variado el n¨²mero de participantes, desde los 10 iniciales hasta los 18 de las ¨²ltimas temporadas, pero el sistema ha sido el mismo: todos contra todos a dos vueltas para conceder al final el t¨ªtulo al que m¨¢s puntos haya acumulado.La nueva f¨®rmula, que sorprende y confunde por el momento a los aficionados al f¨²tbol -poco acostumbrados y, en general, reticentes a cualquier cambio en su deporte favorito-, consiste en realidad en una prolongaci¨®n del campeonato, que se juega ahora en dos fases. La primera no es otra cosa que el torneo de Liga disputado igual que se ven¨ªa haciendo hasta ahora: 18 equipos, todos contra todos, a dos vueltas. Pero al t¨¦rmino de esas 34 jornadas no ser¨¢ campe¨®n el que m¨¢s puntos haya acumulado hasta ese momento, sino que se da paso a una segunda fase. A partir de ah¨ª, el grupo se subdivide en tres paquetes: los seis primeros jugar¨¢n entre s¨ª por los primeros puestos; los seis d¨¦ en medio, por los del centro de la tabla, y los seis ¨²ltimos, por los de la cola. Se trata, pues de tres miniligas de seis equipos, de nuevo seg¨²n el sistema de todos contra todos a dos vuelta's. Hay que tener en cuenta que los puntos de esta segunda vuelta se suman a los obtenidos a lo largo de las 34 primeras jornadas.
Tales novedades en el hasta ahora llamado torneo de la regularidad, y al que quiz¨¢s haya que ir pensando en buscar otro nombre, deja traslucir un cierto tufo de chapuza. De los tres grupos de la fase final, el primero tiene evidentemente gran inter¨¦s para los aficionados. Se trata de un minicampeonato entre los seis mejores, y en el que no s¨®lo est¨¢ en juego el t¨ªtulo de Liga, sino tambi¨¦n los tres puestos de clasificaci¨®n para la Copa de la UEFA; la consecuci¨®n de ambos objetivos cargar¨¢ de inter¨¦s todos los partidos. En el grupo de la cola est¨¢n en juego los tres descensos, y la huida del fantasma de la Segunda Divisi¨®n forzar¨¢ a los seis equipos a jugar todos los encuentros a cara de perro. Pero la prolongaci¨®n del campecinato en la zona tibia es un aut¨¦ntico absurdo, porque nada de inter¨¦s se juegan los seis participantes en este grupo. La Federaci¨®n Espa?ola pretendi¨® de la Europea que le permitiera otorgar al campe¨®n de los med¨ªanos uno de los puestos para la Copa de la UEFA, pero ¨¦sta, con buen criterio, rechaz¨® tan peregrina propuesta, ya que es l¨®gico suponer que el campe¨®n de los medianos habr¨¢, acreditado menos m¨¦ritos que el cuarto clasificado final. Finalmente, la Federaci¨®n decidi¨® darle al campe¨®n del grupo medio la posibilidad de disputar una fantasmag¨®rica Copa de la Liga Profesional, un triangular en el que competir¨¢ con los campeones de Liga y de Copa. En definitiva, nada. La zona media carecer¨¢ de inter¨¦s.
Pero independientemente de ese vac¨ªo central, el sistema. tiene un aspecto bueno: la condensaci¨®n de partidos de alto inter¨¦s en esa segunda fase, tanto en el grupo de los mejores corno en el de los ¨²ltimos clasificados, con la consiguiente disminuci¨®n de componendas en el tramo final del campeonato, frecuentes hasta ahora cuando se enfrentaban equipos sin nada que perder y otro con sus principales objetivos -t¨ªtulo, clasificaci¨®n para la Copa de la UEFA o permanencia- en juego. Posiblemente, y a pesar de las reticencias iniciales y de la constatada chapuza de la zona media de la tabla, los aficionados disfrutar¨¢n m¨¢s el campeonato con esta nueva f¨®rmula.
Pero lo que hay que descartar es que esto sirva, como se pretende, para sacar a los clubes de sus apuros econ¨®micos. Muchos directivos han demostrado tan fehac¨ªentemente una insensata facilidad para gastar el dinero que no es suyo, que ya no cabe ninguna duda de que cuando m¨¢s dinero ingresan m¨¢s r¨¢pidamente lo gastan. La decisi¨®n de la Administraci¨®n socialista de entregar dinero p¨²blico a estas sociedades ruinosas tampoco ha servido para enjugar sus cuantiosos d¨¦ficit. Y los posibles beneficios econ¨®micos de la prolongaci¨®n del campeonato es todav¨ªa una inc¨®gnita con la que ning¨²n directivo deber¨ªa contar por adelantado. Sin embargo, la mayor¨ªa ya ha hecho sus cuentas de la lechera. El Atl¨¦tico de Madrid, con una deuda de m¨¢s de 1.400 millones -superior a su presupuesto anual-, anunci¨® en su asamblea de ayer que, "como es seguro que se va a clasificar entre los seis primeros", el presupuesto por taquillas del Campeonato de Liga para esta temporada va a ser casi el doble que el de la anterior. El Real Madrid ha renovado el contrato por muchos a?os a casi toda su plantilla, con unos emolumentos enormes que han disparado a¨²n m¨¢s hacia arriba el mercado, mientras que su rival hist¨®rico, el Barcelona, ha prescindido alegremente de sus dos extranjeros de la temporada anterior -sin obtener ingresos por sus traspasos- y ha fichado a otros dos por un importe total que se acerca a los 1.000 millones.
En definitiva, estas novedades que trae la temporada 1986-1987 tampoco parece que puedan aportar remedio eficaz a la crisis, sobre todo econ¨®mica, en la que desde hace a?os malvive el f¨²tbol profesional. Pero aunque la Liga m¨¢s larga no traiga grandes soluciones, s¨ª habr¨ªa que destacar el hecho de que al menos algo se mueve en un mundo hasta ahora tan rid¨ªculamente inmovilista.
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