Una ruptura anunciada
NO HA causado sorpresa la decisi¨®n del rey Hassan II de romper la uni¨®n entre Marruecos y Libia establecida en 1984 en virtud del tratado de Uxda. Desde el momento de su nacimiento, esa uni¨®n -muy ambiciosa en sus objetivos, puesto que postulaba un parlamento com¨²n, un consejo de defensa y una coordinaci¨®n de la pol¨ªtica exterior- se hallaba atravesada por contradicciones tan profundas que nadie, en verdad, crey¨® que pudiese durar mucho tiempo. Por otra parte, Gaddafi parece tener una especialidad en proclamar pactos agrupando a diversos Estados para crear la gran naci¨®n ¨¢rabe unida, que luego se disuelven a corto plazo. En 1969, lo hizo con Sud¨¢n, Egipto y Siria; en 1971, de nuevo con Siria y Egipto; en 1972, Gaddafi y Sadat anuncian la uni¨®n total entre los dos pa¨ªses, rota al a?o siguiente; en 1974, con T¨²nez; en 1980, con Siria; en 198 1, con Chad, y, por fin, la uni¨®n con Marruecos de 1984, que acaba de ser disuelta. Hay en todas estas operaciones una utilizaci¨®n de un sentimiento entre amplias masas ¨¢rabes, desde los tiempos de Nasser, y un deseo de compensar con una huida hacia adelante, al menos -verbal, la incapacidad persistente que existe en el mundo ¨¢rabe de superar los conflictos que enfrentan a unos Estados con otros.Si se repasa el texto del tratado firmado en 1984, salta a la vista que muchas de sus cl¨¢usulas, en particular las que despertaron m¨¢s inquietud, ni siquiera han sido aplicadas: el consejo de defensa ni siquiera se ha constituido; el parlamento com¨²n no ha funcionado; las disparidades en pol¨ªtica exterior, patentes antes de Uxda, permanecieron despu¨¦s.
?Qu¨¦ causas concretas pudieron justificar en 1984 que un pol¨ªtico tan sagaz como Hassan II se decidiese a firmar dicho tratado? La principal era poner fin al apoyo militar y econ¨®mico sustancial que Gaddafi prestaba al Frente Polisario; y sin duda ha logrado en ese orden algunos resultados en el terreno militar. Sin embargo, cuando la Organizaci¨®n para la Unidad Africana (OUA) admiti¨® a la Rep¨²blica ?rabe Saharaui Democr¨¢tica (RASD), otorg¨¢ndole una vicepresidencia y Marruecos se retir¨® -fue la primera grieta en la uni¨®n de Uxda-, no hubo ni el m¨¢s m¨ªnimo gesto de solidaridad de Libia. Por otra parte, Marruecos estaba interesado en frenar el proceso de unidad magreb¨ª protagonizado por Argelia, que se hab¨ªa iniciado con el tratado de ¨¦sta con T¨²nez, al que luego se hab¨ªa adherido Mauritania; en ese objetivo coincid¨ªan en 1984 el coronel libio y el rey de Marruecos, y el tratado de Uxda se present¨® abierto a otras adhesiones, como una alternativa a la alianza de Argelia, T¨²nez y Mauritania, que estaba ya m¨¢s perfilada. Pero de nada ha servido el juego instrumental con. la firma de tratados. En la actualidad, la perspectiva de unidad magreb¨ª est¨¢ muy lejana.
Para Gaddafi, la uni¨®n con Marruecos le permit¨ªa romper el aislamiento en el que se encontraba; le otorgaba una especie de respetabilidad, y algunos pa¨ªses occidentales, en particular Francia, pensaron que Marruecos podr¨ªa convertirse en un canal eficaz para moderar, al menos en algunas zonas, los planes expansionistas de Gaddafi. Concretamente en Chad, los hechos indican que ¨²ltimamente, y con una presencia militar francesa muy reducida, la situaci¨®n se ha estabilizado. Gaddafi ten¨ªa un inter¨¦s particular en conservar el tratado de uni¨®n con Marruecos -aunque de ¨¦l solamente quedasen formalidades externas- en un momento en que la pol¨ªtica norteamericana ha vuelto a concentrar contra Libia no s¨®lo sus instrumentos diplom¨¢ticos, sino virtuales amenazas de agresi¨®n. La decisi¨®n de ruptura de Hassan II aparece como un ¨¦xito de la pol¨ªtica de EE UU, que presiona para imponer el m¨¢ximo aislamiento de Libia en todos los ¨®rdenes.
Pero el origen de la ruptura es anterior. El momento clave fue probablemente la decisi¨®n de Hassan II de recibir al primer ministro de Israel. Ese gesto audaz indicaba una neta orientaci¨®n de la pol¨ªtica marroqu¨ª hacia el acercamiento a Estados Unidos. Y una orientaci¨®n tambi¨¦n sobre la cuesti¨®n palestina, precisamente en la direcci¨®n en la que pod¨ªa crear m¨¢s dificultades para el papel de Marruecos en el conjunto del mundo ¨¢rabe. Ello ha provocado un reagrupamiento de las fuerzas radicales ¨¢rabes, en las que se perfila el protagonismo del presidente sirio, Assad. Siria rompi¨® sus relaciones diplom¨¢ticas con Marruecos despu¨¦s de la entrevista de Ifr¨¢n. Y no parece casual que haya sido en el comunicado conjunto de Assad y Gaddafi donde la conducta de Hassan II se califique de "traici¨®n". Con ello, la ruptura del tratado de Uxda era obligatoria en cualquier circunstancia.
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