La negociaci¨®n con ETA
Las sucesivas elecciones han venido a demostrar el car¨¢cter minoritario de ETA en el momento actual y la sinraz¨®n de la lucha armada, desde el momento en que cada cuatro a?os se puede elegir a los representantes del pueblo.Por ello el Gobierno central no debe regatear esfuerzos en el camino de la negociaci¨®n. Bien entendido que ello no implica debilidad ni condescendencia ante el fen¨®meno terrorista. El Gobierno central debe deso¨ªr los cantos de sirena de aquellos que le impulsan a seguir, como ¨²nica v¨ªa, la de la represi¨®n. Debe por ello continuar con la reinserci¨®n social y debe impulsar, profundizar en el desarrollo del Estatuto de Guernica.
Cinco son los puntos que, a mi modesto entender, debe tener en cuenta el Gobierno. El primero: insistencia en el camino de la reinserci¨®n social, luchando contra el paro juvenil y la droga, pero ¨¦sta desde el punto de vista de la rehabilitaci¨®n del drogadicto y luchando contra el tr¨¢fico internacional. Segundo: profundizar en el campo de las transferencias al Gobierno aut¨®nomo. Si se ha admitido en la Constituci¨®n el Estado de las autonom¨ªas, se ha de ser consecuente con ello y ser generosos. Es por la v¨ªa de la colaboraci¨®n y no del enfrentamiento de Gobierno central y aut¨®nomo donde debe acabarse con el fen¨®meno terrorista y aislarse a los partidarios de la lucha armada. Tercero: dar prioridad a la Ertzantza, a la polic¨ªa vasca. Sin que ello implique abandono del papel que al Gobierno central corresponde en la lucha armada contra el fen¨®meno terrorista. Pero lo que no se puede hacer es continuar mandando guardias civiles y polic¨ªas nacionales que van al Pa¨ªs Vasco como medio de poder ir luego a sus pueblos de origen. La lucha contra el terrorismo exige cuerpos especializados, profesionales y un buen servicio secreto. Cuarto: supresi¨®n de la legislaci¨®n antiterrorista. El Estado dispone de medios suficientes a trav¨¦s de las leyes procesales y sustantivas ordinarias para no necesitar de una legislaci¨®n especial que lo ¨²nico que hace es favorecer el empleo de la tortura y hacer m¨¢rtires, h¨¦roes, donde no hay m¨¢s que cobard¨ªa, temeridad. Quinto: supresi¨®n de la Audiencia Nacional y juzgados centrales. La judicatura espa?ola ha de asumir su papel en la lucha contra el terrorismo, del mismo modo que lo asumi¨® la italiana. Por ello debe imponerse el fuero del juez natural. El terrorismo, como cualquier otro delincuente, debe ser juzgado por el juez o tribunal del lugar donde el delito ha sido cometido.
?stos son en mi opini¨®n los puntos fundamentales, bien entendido que lo que tiene que hacer el Estado, fundamentalmente el Gobierno central, es persistir en el camino de la negociaci¨®n y echar mano de la imaginaci¨®n. No tener miedo y convocar un refer¨¦ndum en Euskadi sobre autodeterminaci¨®n. A los terroristas no se debe dar ninguna carta de ventaja. El Gobierno central y el vasco no deben tener ning¨²n miedo a la convocatoria de dicho refer¨¦ndum, ya que cualquiera que fuera el resultado servir¨ªa para cargarse de raz¨®n contra la organizaci¨®n terrorista. Y teniendo en cuenta lo minoritario de las posiciones independentistas en el momento actual, pero que pueden aumentar en el caso de persistir en errores como la no inscripci¨®n de Herri Batasuna (por el Ministerio del Interior y que tuvo que serlo por sentencia del Tribunal Supremo) o de restricci¨®n en el juego de transferencias al Gobierno aut¨®nomo de Euskadi.-
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