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El incendio del auditorio Manuel de Falla reaviva las sospechas sobre la actividad de la extrema derecha en la ciudad de Lorca
El gobernador civil de Granada, Pedro Temboury, y el alcalde de la capital, Antonio Jara, coinciden. en que de ning¨²n modo puede decirse que la ciudad sea un nido de ultras. Es, ciertamente, una opini¨®n ampliamente compartida por los granadinos, pero el caso es que, despu¨¦s de un rosario de atentados ultras, que termin¨® a finales de 1985, se han vuelto a repetir acciones terroristas, esta vez espec¨ªficamente contra el patrimonio municipal. Finalmente, el pasado 11 de agosto ardi¨® el auditorio Manuel de Falla. El Ayuntamiento sostiene que tiene indicios de que el siniestro fue provocado, mientras la polic¨ªa y el Gobierno Civil no descartan nada.
El incendio del Falla es, desde luego, el m¨¢s grave da?o sufrido en Granada desde que, entre 1982 y 1985, ardieron las sedes de ocho partidos pol¨ªticos y sindicatos -todos los importantes-, cuatro quioscos de prensa y el cine Regio, cuando se proyectaba en ¨¦l la pel¨ªcula El caso Almer¨ªa. El 28 de mayo de 1984, un grupo de ultraderechistas agredi¨® a los espectadores de la obra Demonis, de Els Comediants. Crec¨ªan las acusaciones sobre la ineficacia policial. El 15 de agosto de 1985 fueron procesados y puestos en libertad bajo fianza cinco presuntos implicados en los atentados a las sedes: Jos¨¦ Mar¨ªa Caballero, a la saz¨®n jefe de Falange Espa?ola; Jos¨¦ Antonio Guerrero y Joaqu¨ªn Ib¨¢?ez Llorens, del mismo partido, y los j¨®venes Francisco Fern¨¢ndez Gonz¨¢lez y Eduardo Parial Tirado.Hasta llegar a esto hab¨ªa ca¨ªdo un gobernador civil, Jos¨¦ Guirao, sustituido en julio de 1984 por Enrique Linde -que a su vez pas¨® a la Consejer¨ªa de Gobernaci¨®n de la Junta de Andaluc¨ªa, en marzo de 1985, y fue sustituido por Pedro Temboury-, y un jefe superior de Polic¨ªa, Juan Jos¨¦ Lesmes, antiguo miembro de la Brigada Social, a quien relev¨® en octubre de 1985 Jos¨¦ Emilio Mart¨ªnez, hasta entonces comisario de Pontevedra, y considerado progresista. Tambi¨¦n hubo una reestructuraci¨®n de la jefatura y m¨¢s concretamente de la Brigada de Informaci¨®n. Fue por entonces cuando una nunca identificada Triple A anunci¨® que cesaba en sus acciones.
Sin embargo, este verano han vuelto a Granada las sospechas sobre la afici¨®n pir¨®mana de la ultraderecha: con el precedente de varios atentados menores contra el patrimonio municipal, el 11 de agosto ard¨ªa de forma a¨²n no explicada el auditorio Manuel de Falla, y poco despu¨¦s el alcalde lanzaba la tesis de que el incendio hab¨ªa sido provocado, posiblemente, por los ultras. El gobernador civil advierte que no hay ninguna prueba de ello, ni siquiera una reivindicaci¨®n, pero insiste en que la investigaci¨®n, en la que trabaja todo el grupo de Da?os de la Polic¨ªa Judicial, no descarta nada, desde la tesis del incendio fortuito a la del fuego ultra, pasando por la posibilidad de un pir¨®mano por libre. El alcalde tiene un informe de su propia delegaci¨®n de protecci¨®n ciudadana que dice que el fuego no pudo prender fortuitamente, y atribuye la falta de reivindicaci¨®n a la creencia de que los supuestos autores se han arredrado porque las consecuencias de su acci¨®n -p¨¦rdidas de m¨¢s de 150 millones- superaron ampliamente sus prop¨®sitos.
Una extra?a llamada
En esta situaci¨®n, el 26 de agosto pasado se recibe en el 092 una extra?a llamada, en la que una voz de hombre acusa an¨®nimamente del incendio a la extrema derecha. La Polic¨ªa Municipal retiene la llamada y localiza el tel¨¦fono, que resulta ser el de la Federaci¨®n de Caza de Granada. Al d¨ªa siguiente, la Polic¨ªa Judicial, alertada por el municipio, investiga y descubre que cuando se hizo la llamada s¨®lo hab¨ªa en la sede una secretaria y Manuel S¨¢nchez Mej¨ªas, vicepresidente y tambi¨¦n concejal del PSOE desde la reciente muerte de Juan Tapia.Reunidos urgentemente el presidente, Juan Antonio Jim¨¦nez; el secretario t¨¦cnico, Antonio Sola, la secretaria y S¨¢nchez Mej¨ªas, ¨¦ste se confiesa autor de la llamada y se decide que s¨®lo se d¨¦ cuenta al Ayuntamiento para buscar una salida airosa.
El Ayuntamiento descarta una primera intenci¨®n de celebrar de inmediato una conferencia de prensa, pero la noticia se filtra r¨¢pidamente. S¨¢nchez Mej¨ªas es expulsado del Grupo Socialista y deja sus cargos en caza, pero, en la conferencia de prensa que convoca la Federaci¨®n de Caza al verse envuelta en el esc¨¢ndalo, no consigue explicar coherentemente por qu¨¦ hizo la llamada. S¨¢nchez Mej¨ªas, un hombre con aspecto apocado, s¨®lo esgrime, casi entre sollozos, que hace unos a?os los ultras quemaron dos armer¨ªas y un autom¨®vil de su propiedad. Y que se vio impulsado a llamar al leer un art¨ªculo que ped¨ªa la dimisi¨®n de sus compa?eros socialistas del Ayuntamiento por el asunto Falla. Su presidente, Jim¨¦nez, le llama irresponsable pero buen compa?ero, y, en conversaci¨®n con este peri¨®dico, afirma que en la Federaci¨®n, de pol¨ªtica, "nada de nada, s¨®lo caza".
Precisamente, la Federaci¨®n estaba empe?ada en una labor de cambio de imagen, tras la destituci¨®n del antiguo presidente, Jos¨¦ Fern¨¢ndez Gir¨®n, por irregularidades en su gesti¨®n, que han dado lugar a una auditor¨ªa, ya puesta en manos de los abogados para que procedan judicialmente. "Lo hemos hecho todo para levantar la Federaci¨®n", afirma Jim¨¦nez.
?Qu¨¦ pasa?
La Uni¨®n Sindical de Polic¨ªa sufri¨® un proceso judicial por publicar en su revista un art¨ªculo titulado ?Qu¨¦ pasa en Granada? Es cierto que no se trata del para¨ªso de los ultras, pero tambi¨¦n que todo el mundo conoce a sus principales miembros, como Al Capone, como el Bananas, un personaje vestido de botas, correajes y medallas falsas, que es lo primero que ven los turistas cuando entran en el centro por la Gran V¨ªa.Adem¨¢s, en Granada, un pueblo como Guadix es capaz de hacer la guerra al Gobierno porque sus vecinos no quieren ir al hospital a Baza, en Zagra se hacen encierros para pedir la separaci¨®n de Loja, una monta?a de tierra se mueve y amenaza a Olivares, un delincuente acusado de dos asesinatos mata, al fugarse de la c¨¢rcel, a dos guardias civiles... En Granada, hablar de la muerte de Federico, Federico Garc¨ªa Lorca, a¨²n es un poco tab¨². Mientras miles de testimonios ap¨®crifos se venden en la plaza p¨²blica, hay gente que sabe y se llevar¨¢ a la tumba su secreto. "Esta es una ciudad con demonios familiares en activo", afirma el alcalde.
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