Mzali, ex primer ministro tunecino, ha huido a Europa
El ex primer ministro tunecino Mohamed Mzali, de 50 a?os, destituido fulminantemente el pasado 8 de julio por el presidente Habib Burguiba, ha huido del pa¨ªs y se encuentra en un lugar de Europa, al parecer el sur de Italia, seg¨²n informaciones procedentes de T¨²nez, no confirmadas oficialmente. Mzali, jefe del Gobierno tunecino en los ¨²ltimos seis a?os, cay¨® en desgracia tras su destituci¨®n, hasta el punto de ser despose¨ªdo de todos sus cargos directivos en el Partido Socialista Desturiano (PSD) y ser perseguida su propia familia, a la que sectores oficialistas acusan ahora de corrupci¨®n.Diferentes fuentes tunecinas aseguran que Mzali pudo escapar de T¨²nez en una embarcaci¨®n, sorteando controles aduaneros y de fronteras, para dirigirse a la costa italiana, concretamente a Sicilia, distante tan s¨®lo 150 kil¨®metros por mar. La polic¨ªa ha reconocido que no le consta la salida de Mzali por ninguna de las fronteras a¨¦reas, terrestres y mar¨ªtimas del pa¨ªs, y su propia mujer, la ex ministra Fathia Mojtar, ha asegurado desde su domicilio de Sujra, en las inmediaciones de la capital, que su marido le llam¨® el jueves asegur¨¢ndole que estaba en Palermo.
Desde que se public¨® en los peri¨®dicos la noticia del cese de Mzali -que fue sustituido por el economista Rachid Sfar-, su nombre jam¨¢s volvi¨® a aparecer en letra impresa, a excepci¨®n de una peque?a gacetilla seis d¨ªas despu¨¦s en la que se anunciaba que el anciano Burguiba, de 84 a?os, le hab¨ªa recibido en su palacio veraniego de Monastir, en un gesto que algunos interpretaron como bondadoso y de agradecimiento a los servicios prestados, dentro de lo cruel que fue su ca¨ªda.
Corrupci¨®n
Pocas horas despu¨¦s de que Mzali abandonara el palacio de la Kasba, en T¨²nez ya se rumoreaba que su decapitaci¨®n pol¨ªtica lo era por corrupci¨®n. Este aspecto es una de las mayores obsesiones de Burguiba, que no hace mucho declar¨®: "Consagrar¨¦ el resto de mi vida a combatir la corrupci¨®n".Esta obsesi¨®n sobre la corrupci¨®n, no demostrada en muchos casos, ha dejado fuera de combate pol¨ªtico a personas otrora influyentes en las decisiones presidenciales, siempre defenestradas en un ambiente de intrigas y clanes. Entre los ca¨ªdos se encuentra su propia ex esposa Wassila Ben Amar, de la que se divorci¨® el pasado mes de agosto tras 22 a?os de matrimonio (Wassila, segunda esposa de Burguiba, tiene 70 a?os), y su propio hijo Habib, hoy separado de cualquier actividad pol¨ªtica. A ¨¦stos ha seguido la famil¨ªa Mzali: su mujer, Fathia, despose¨ªda del Ministerlio de la Mujer; su hijo Mojtar, detenido recientemente acusado de "mala gesti¨®n" como presidente de la Sociedad Tunecina de Industrias L¨¢cteas (Stil), y su yerno, el doctor Rifaat Dali.
Aunque Mzali ha podido moverse libremente por el pa¨ªs, la polic¨ªa, de la que fue jefe hasta hace muy poco tiempo al ser tambi¨¦n ministro del Interior, le prohibi¨® el 19 de agosto viajar a Lausana para asistir a una reuni¨®n del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional, del que es vicepresidente. Se le pidi¨® una autorizaci¨®n expresa de Burguiba.
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