M¨²sica 'seria' para las fiestas de 'Ia Melonera'
Conciertos gratuitos durante una semana en la Casa del Reloj
"Con ni?os mascando chicle, el ruido de sillas y gente constantemente entrando y saliendo es imposible escuchar m¨²sica cl¨¢sica. Es que la gente no tiene ninguna cultura musical. Y lo peor de todo es que aplauden cuando no hay que aplaudir", dice una se?ora que se define gran aficionada a la m¨²sica cl¨¢sica. A los m¨²sicos no les importa el vaiv¨¦n de un auditorio de 250 personas. Es la cita gratuita que las fiestas de la Melonera, en ¨¦l distrito de Arganzuela, proponen este a?o durante una semana a las ocho de la tarde en la Casa del Reloj. En punto.
"Lo que queremos es que la gente se vaya acostumbrando a escuchar m¨²sica buena", se?ala Dolores Pesta?a, directora adjunta del Centro Cultural de la Junta de Arganzuela y organizadora de esta semana de m¨²sica cl¨¢sica. "Claro, que hemos intentado que los recitales no coincidan con otros festejos. ?No nos vamos a hacer la competencia entre nosotros!".A las 20.05, un local de estructura modernista, pintado en blanco y rojo, se llena con unas 250 personas: mam¨¢s con sus ni ?os, matrimonios que rondan la cincuentena y una ligera mayor¨ªa de gente joven. El lunes los m¨²sicos eran Manuel, Mij¨¢n, toledano que toca el saxof¨®n, y Sebasti¨¢n Marin¨¦ al piano.El programa interpretado se basaba en obras de Bozza, Pascal, y Riccardi y Desenclos, entre otros.
"Mi marido y yo hemos venido al concierto porque nuestro hijo estudia piano, y hoy toca su profesor, Sebasti¨¢n Marin¨¦". Dos se?oras cincuentonas se apresuran en mover sus abanicos, "hace aqu¨ª un calor espantoso". Una pareja de novios que ha llegado un poco tarde opina que el recital es "maravilloso"; porque el saxof¨®n es un instrumento que "suena tan bien...".
Entradas y salidas
A las 20.20, cuando se han interpretado dos piezas musicales unas 25 personas desisten de las melod¨ªas cultas y se marchan. Durante el recital, mientras algunos aplauden entre los distintos tiempos de una misma pieza musical, otros mandan guardar silencio: "...que ahora no hay que aplaudir". Y otros, formando un goteo permanente de entradas y salidas durante las dos horas, aprovechan para escaparse: "Es que me aburro", "no me gusta", "me cansa", "?menudo rollo!". Entre los escapados constan las dos se?oras que se abanicaban con fruici¨®n.Cuando son las 8.30, Dolores Pesta?a decide plantarse en medio de la salida para impedir el molesto goteo de personas. Y se hace hasta el intermedio una peque?a cola de gente que espera de pie el momento en que ya se puede meter ruido y, por tanto, abrir la puerta e irse. "Ayer, durante el intermedio, se march¨® una pareja que ten¨ªa una pinta muy buena; as¨ª como muy progres. Se hac¨ªan los despistados, pero yo me fij¨¦, y se marcharon", cuenta la organizadora.
Sirve, como decorado del local la exposici¨®n de dibujos y pinturas que han sido seleccionados en el Concurso de pintura de las fiestas del distrito de Arganzuela. "La mayor¨ªa de las pinturas", comenta Dolores Pesta?a, "reflejan el desencanto de figuras grotescas, deshechas. Son personajes urbanos perfilados con manchones de colores sucios".
Cuando termina el recital, a las 21.45 horas, tras el recambio de espectadores, ha aumentado la proporci¨®n de j¨®venes. El matrimonio cuyo hijo estudia piano ha hecho todo lo posible para saludar al pianista. En las ¨²ltimas piezas interpretadas la gente ya sab¨ªa, m¨¢s o menos, cu¨¢ndo hab¨ªa que aplaudir.
Manuel Mij¨¢n se queja de que el piano estaba algo desafinado, y Sebasti¨¢n Marin¨¦ insiste en las tremendas resonancia! del local, "nada apto para un recital". Un grupo de personas se acerca a Dolores Pesta?a para felicitarla, y decirle: "Hay que hacer m¨¢s cosas de ¨¦stas".
Es, m¨¢s o menos, un mill¨®n lo empleado para que los vecinos de Arganzuela se acostumbre a escuchar m¨²sica cl¨¢sica y gratuita.
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