No un esp¨ªa, un reh¨¦n
THE NEW YORK TIMESLa acusaci¨®n formal de espionaje contra Nicholas Daniloff, corresponsal americano en Mosc¨², ha creado un serio reto a las relaciones entre sovi¨¦ticos y americanos.Todo gira, por supuesto, alrededor de la inocencia de Daniloff. Para nosotros es obvia. El presidente Reagan no hubiera dado su palabra, en lo que esperaba que fuese una carta privada a Mijail Gorbachov, de que el corresponsal no era un agente.( ... )
Hay que admitir que la culpablidad es un concepto flexible en la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Un consumado estudioso de la U RSS dif¨ªcilmente puede realizar una entrevista sin arriesgarse a la acusaci¨®n de hacer preguntas inadmisibles. Mostrar inter¨¦s en la escondida guerra de Afganist¨¢n, o mostrar actitudes p¨²blicas hacia ella, puede suponer un riesgo de cargos de pretender secretos "militares". ( ... )
La sucesi¨®n de los hechos apunta a una estrategia. Daniloff fue detenido una semana despu¨¦s de que Genadi Zajarov, un funcionario sovi¨¦tico de las Naciones Unidas, fuese detenido en Nueva York por espionaje -y, como ¨¦l, carece de inmunidad diplom¨¢tica. La KGB necesitaba alguien a quien pudiera retener tanto tiempo como como lo est¨¦ Zajarov y hacer contra ¨¦l todo lo que se haga contra su hombre. Esto es tomar rehenes, y pone todos los contactos no gubernamentales en peligro. Es m¨¢s ofensivo precisamente para aquellos americanos que est¨¢n a favor de mejorar los contactos.
Que Gorbachov permita que la lealtad a su polic¨ªa secreta ponga en peligro el curso de las relaciones, invita a una especulaci¨®n posterior acerca de si realmente quiere visitar Estados Unidos este a?o. Pero si piensa que la Administraci¨®n Reagan est¨¢ buscando un pretexto para cancelar la invitaci¨®n, est¨¢ completamente desinformado.( ... )
( ... ) ?ste es un prisionero del que Gorbachov debe querer verse libre con rapidez.
9 de septiembre
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