La apertura de la octava ronda del GATT
El pr¨®ximo lunes comienza en Punta del Este (Uruguay) la octava ronda del Acuerdo General de Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT). El autor hace un an¨¢lisis de las condiciones en las que se desenvuelve esta reuni¨®n, a la que seguir¨¢, en pocos d¨ªas, la asamblea anual del Fondo Monetario Internacional (FMI), a celebrar en Washington. La reuni¨®n del GATT debe servir para despejar algunos nubarrones del proteccionismo que a nivel mundial desequilibra las corrientes comerciales.
Hace tan s¨®lo unos meses exist¨ªan serias dudas sobre la puesta en marcha de la octava ronda de negociaciones comerciales multilaterales que el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) patrocina, y que inicia singladura con la reuni¨®n ministerial de las partes contratantes de dicho acuerdo este 15 de septiembre en Punta del Este.Hab¨ªa, en primer lugar -y, si se quiere, como an¨¦cdota-, un problema de falta de local en Punta del Este para albergar a los delegados e informadores, y hab¨ªa tambi¨¦n un problema de dotaci¨®n de medios de telecomunicaci¨®n del centro de conferencias elegido. Eran ¨¦stos problemas t¨¦cnicos, que, sin embargo, ya se sabe, acostumbran a ser al final mucho m¨¢s f¨¢ciles de vencer que los problemas pol¨ªticos si existe la voluntad de hacerlo, y hay que decir que tanto la secretar¨ªa del GATT como el Gobierno uruguayo -con su din¨¢mico canciller, Enrique Iglesias, al frente- han trabajado con ah¨ªnco al respecto.
Y hab¨ªa, y esto es mucho m¨¢s importante, toda una serie de tensiones de pol¨ªtica comercial y de relaciones internacionales que hac¨ªa dif¨ªcil pensar en que se pudiera llegar a una conciliaci¨®n m¨ªnima para no condenar directamente al fracaso a esta octava ronda de negoc¨ªaciones comerciales multilaterales, que, como sus antecesoras, desde la primera de Ginebra hasta la s¨¦ptima de Tokio, supone un eslab¨®n m¨¢s en la lucha que el GATT viene manteniendo desde 1947 en pro de un comercio mundial sin discriminaciones y sin barreras proteccionistas.
No hace falta insistir demasiado para recordar que el comercio mundial no atraviesa por las ¨¦pocas de esplendor y de crecimiento r¨¢pido que le fueron caracter¨ªsticas en los a?os sesenta, y que saludaban abiertamente, los estudios de las Naciones Unidas, del propio GATT y de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE) cuando constataban que a?o tras a?o las transacciones internacionales crec¨ªan m¨¢s de prisa que la renta mundial y eran elemento esencial para el crecimiento de la econom¨ªa de muchos pa¨ªses.
De entonces para ac¨¢ las cosas han cambiado, aunque no tanto como algunos observadores pretenden.
La crisis que ha erimarcado a la econom¨ªa mundial desde principios de los a?os setenta -sobre todo tras la sacudida del petr¨®leo de 1973- no ha sido desde luego el ambiente m¨¢s propicio para que los pa¨ªses acepten de buen grado abrir sus fronteras con la misma alegr¨ªa que pueda hacerse en ¨¦pocas de expansi¨®n, en que si un sector cae por efecto de la competencia de las importaciones hay posibilidad de dar empleo a los desempleados en otros sectores alternativos de crecimiento.
Tensiones mundiales
Las tensiones neoproteccionistas han estado, consecuentemente, en las primeras p¨¢ginas de los peri¨®dicos m¨¢s veces que las deseables, y no s¨®lo han sido los pa¨ªses subdesarrollados, acuciados por sus problemas de deuda externa, los que han frenado importaciones, sino las grandes potencias comerciales, que han venido teniendo disputas bien conocidas: la exces¨ªva penetraci¨®n de productos japoneses en Europa y la Comunidad Europea, el proteccionismo agr¨ªcola de la Comunidad Europea y sus subvenciones a la exportaci¨®n, las subvenciones y proteccionismos de los grupos de presi¨®n norteamericanos -a los que, afortunadamente, se ha opuesto la mayor¨ªa de las veces la Casa Blanca-, etc¨¦tera.
Pese a todo ello, el 15 de septiembre, y tras meses de intensa preparaci¨®n, el GATT abre el tel¨®n de su octava ronda con esperanzas de conseguir nuevas liberalizaciones a las transacciones internacionales.
Y lo abre con m¨¢s pa¨ªses que nunca interesados en participar -pi¨¦nsese que hasta la URSS quer¨ªa hacerlo- y con una agenda bien cargada de temas que ser¨¢n objeto de deliberaci¨®n t¨¦cnica -tras el pistoletazo de salida de Punta del Este- en estos pr¨®ximos a?os en que se prolongar¨¢ la octava ronda: desmantelamiento de las medidas de protecci¨®n, salvaguardias, trato a los pa¨ªses en desarrollo, productos agr¨ªcolas y sus subvenciones, procedimiento de soluci¨®n de diferencias, restricciones cuantitativas y otras medidas no arancelarias, aranceles, c¨®digos pactados en la ronda de Tokio, reajuste estructural y pol¨ªtico comercial, comercio de productos falsificados, textil y confecci¨®n, cr¨¦ditos a la exportaci¨®n de bienes de equipo, tipos de cambio y sus efectos sobre el comercio y -la gran novedad de esta octava ronda- el comercio de servicios, as¨ª como el de productos de alta tecnolog¨ªa.
Es seguro, ingenuo ser¨ªa pensar lo contrario, que estos d¨ªas de reuni¨®n ministerial de Punta del Este poco m¨¢s van a significar que una declaraci¨®n final de iniciaci¨®n de la ronda y una serie de discursos, algunos de ellos, quiz¨¢, incluso poco conciliatorios; pero lo importante es que el mero hecho de la apertura de una nueva ronda del GATT supone el reconocimiento por parte de casi todos de que un comercio internacional libre y organizado es imprescindible para el correcto funcionamiento de la econom¨ªa mundial de nuestro tiempo.
es catedr¨¢tico de Organizaci¨®n Econ¨®mica Internacional en la universidad de Barcelona.
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