El estudio oficial sobre la econom¨ªa sumergida ha sido realizado con el prop¨®sito previo de reducir el paro
El Gobierno acometi¨® el estudio oficial sobre la econom¨ªa sumergida, del que se ha dicho que estima el paro en un 15% de la poblaci¨®n activa, con el prop¨®sito previo de reducir el desempleo oficial y de reforzar la pol¨ªtica de flexibilidad laboral, seg¨²n informaciones recogidas entre sus autores. Los resultados, celosamente guardados antes y despu¨¦s de difundir que la tasa de paro real queda seis puntos por debajo de la publicada por el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), tienen mucha menor base t¨¦cnica que estas cifras oficiales. Tampoco demuestran las declaraciones realizadas al iniciar sus vacaciones veraniegas por el ministro Solchaga.La historia de lo que inicialmente se plante¨® como un ambicioso trabajo para conocer a fondo las causas y el desarrollo de la econom¨ªa sumergida, con el fin de instrumentar eficaces medidas para hacerla emerger, va a cumplir pr¨®ximamente los dos a?os. Tras diversas peripecias de un grupo interministerial de expertos que mermaba conforme pasaban las reun¨ªones -de una veintena qued¨® en media docena-, el desenlace inmediato se ha centrado casi exclusivamente en una encuesta realizada durante el ¨²ltimo trimestre de 1985 entre 20.000 personas por el Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS), dependiente del Gobierno.
De las primeras sesiones del grupo, buena parte de sus miembros, seg¨²n han manifestado varios de ellos, sac¨® la conclusi¨®n de que el principal objetivo del Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda, representado por el entonces secretario general de Planificaci¨®n, Miguel Mu?iz, era determinar lo m¨¢s t¨¦cnicamente posible una tasa de paro por debajo de la ofrecida por Estad¨ªstica. La Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA.) realizada trimestralmente por el INE cubre un campo de 60.000 familias (cerca de 200.000 personas, diez veces m¨¢s que el sondeo del CIS).
La anterior impresi¨®n fue reafirmada confirme los representantes de Econom¨ªa rechazaron las sugerencias, presentadas tanto por parte del lNE como por otros expertos, de articular los eventuales resultados con los que surgieran a nivel de comunidades aut¨®nomas y, sobre todo, con el desempleo estimado por la EPA.
Los Gobiernos de Valencia, Catalu?a y Madrid -donde se han detectado los mayores niveles de econom¨ªa sumergida, junto con algunas zonas de Andaluc¨ªa- intentaron sin ¨¦xito participar en los trabajos. Tampoco fueron atendidos los expertos que aconsejaron un estudio sin comparaciones con la EPA o sin car¨¢cter oficial, para evitar que llegaran a oficializarse dos tasas distintas de paro.
Preguntas indirectas
Tomada la decisi¨®n de realizar un estudio dirigido formalmente a servir de base para definir la futura pol¨ªtica de empleo, los trabajos se concretaron en la citada encuesta del CIS, dise?ada conjuntamente con Econom¨ªa, Trabajo y el INE.El objetivo era evitar la subjetividad de la EPA, ante la que cada encuestado define su situaci¨®n de actividad o inactividad, y dentro de la primera clase de ocupaci¨®n o de desempleo. En la encuesta del CIS, las definiciones saldr¨ªan por m¨¦todos indirectos.
Esta encuesta era presentada a los entrevistados bajo la forma de "un estudio sobre el uso del tiempo y las condiciones de trabajo y de vida de los espa?oles". Los cuestionarios, de seis p¨¢ginas con 46 grupos de preguntas, promet¨ªan el secreto y el anonimato de las respuestas individuales.
Por un sistema de preguntas entrelazadas de forma que el entrevistado no advirtiera la intencionalidad, el CIS podr¨ªa llegar a definir diversos grados de paro o de empleo. As¨ª, el cuestionario empezaba por la petici¨®n de recordar las actividades realizadas "cualquier d¨ªa", desde "que se levant¨® hasta que se acost¨®", entre las 13 siguientes: transporte, leer, ver la TVE, o¨ªr la radio, labores del hogar, trabajar, excursiones, ir a espect¨¢culos, hacer deporte, ir al m¨¦dico, buscar trabajo, salir con amigos y asistir a clase o estudiar. Quienes respondieran "trabajar" o "buscar traba o" ser¨ªan candidatos a la respectiva consideraci¨®n de ocupados o parados, aunque s¨®lo si superaban otras preguntas que confirmaran su situaci¨®n.
Las personas que despu¨¦s de superar estos mecanismos de repesca mantuvieran que no trabajaron en el ¨²ltimo mes y que realmente buscaron trabajo de forma activa durante la semana anterior eran consideradas parados. Estos criterios son m¨¢s restrictivo que los de la EPA tanto en las referencias personales como las temporales, seg¨²n las fuentes consultadas
No obstante, en los dos casos, para figurar como ocupado, basta con haber trabajado una hora aunque en la semana anterior para la EPA y en el mes anterior para la encuesta. Algunos pa¨ªses europeos, como Alemania Occidental, Holanda y Luxemburgo, consideran en sus registros de paro el empleo regular como el que ocupa m¨¢s de 20 horas a la semana.
Respuestas a la medida
Por la diversidad de definiciones utilizadas en el estudio oficial sobre la econom¨ªa sumergida, los resultados obtenidos han dependido del concepto previo de paro, seg¨²n han reconocido fuentes del Ministerio de Econom¨ªa. As¨ª, se ha podido llegar a tasas situadas a nivel nacional entre el 10% y el 20%. En este sentido, una de las principales sorpresas para quienes buscaban cifras alternativas a las oficiales ha sido que, cuando se empleaban las definiciones de la EPA, las estimaciones finales de desempleo eran tambi¨¦n similares.En otros aspectos, las conclusiones que han trascendido de la encuesta del CIS apenas aportan novedades respecto a anteriores investigaciones sobre la econom¨ªa sumergida que tuvieron menor base emp¨ªrica. Las principales se refieren a la existencia de personas que no cotizan a la Seguridad Social y tienen cartilla de aut¨®nomos no dados de alta, de la mayor presencia de j¨®venes y mujeres en actividades irregulares y del acusado protagonismo de diversas formas de econom¨ªa oculta en los sectores de textil, construcci¨®n, marroquiner¨ªa y calzado, servicio prestados a empresas por profesionales y algunas ramas de la electr¨®nica.
De todas estas irregularidades, en cuya constataci¨®n numerosos te¨®ricos del mercado de trabajo apoyan sus recomendaciones de flexibilidad laboral, existen numerosos datos en los ficheros del Inem y de la Seguridad Social. Pero esta documentaci¨®n se ha referido siempre a investigaciones parciales que tienen d¨ªficil extrapolaci¨®n, seg¨²n funcionarios del Ministerio de Trabajo que han seguido las actuaciones del Inem, o a datos que hasta ahora no han sido explotados, como los de afiliaciones y tiempos de cotizaci¨®n a la Seguridad Social.
En este contexto, el ministro de Econom¨ªa y Hacienda formul¨® a principios de agosto sus pol¨¦micas declaraciones: el anuncio de que el estudio de la econom¨ªa sumergida dejaba la tasa de paro real en el 15% y la propuesta de crear una comisi¨®n de expertos. Ante las cr¨ªticas de partidos pol¨ªticos y sindicatos -las de UGT y CC OO coincidentes en expresar el temor de que el Gobierno buscaba excusas para disminuir la protecci¨®n al desempleo. Felipe Gonz¨¢lez sali¨® en defensa de Solchaga con la afirmaci¨®n de que "las cifras que maneja son fruto de largos y concienzudos estudios, por lo que son fiables".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.