El presupuesto franc¨¦s para 1987 contempla una importante reducci¨®n de los impuestos
El ministro de Econom¨ªa y Hacienda franc¨¦s, Edouard Balladur, ha presentado los Presupuestos Generales del Estado para 1987, que suponen una aut¨¦ntica ruptura con la pol¨ªtica econ¨®mica llevada a cabo por los socialistas durante los ¨²ltimos cuatro a?os: reducci¨®n de impuestos y del d¨¦ficit, menos intervenci¨®n del Estado, menos ayudas a la industria, m¨¢s incentivos a la empresa y al capital y aumento de los cap¨ªtulos m¨¢s tradicionales, como Defensa e Interior. El proyecto ser¨¢ debatido durante dos meses en el Parlamento, pero ya ha suscitado las primeras reacciones adversas: los sindicatos han convocado una huelga general de la funci¨®n p¨²blica para octubre.
La medida m¨¢s espectacular de este Presupuesto, el primero que prepara el nuevo gobierno conservador, es, sobre el papel, la reducci¨®n de impuestos, tanto para los hogares como para las empresas, que dejar¨¢n de pagar, respectivamente, 15.000 y 11.000 millones de francos. El impuesto sobre la renta disminuye, en t¨¦rminos generales, en 3 puntos, lo que supone que dos millones de hogares (los m¨¢s desfavorecidos) quedar¨¢n autom¨¢ticamente exentos y que otros 1,8 millones se beneficiar¨¢n de una reducci¨®n del 30%, aproximadamente. El sector m¨¢s alto de la escala (los de mayores ingresos) se ver¨¢ tambi¨¦n favorecido porque desaparece el llamado "impuesto especial sobre grandes fortunas" y porque se reduce la presi¨®n fiscal del 65 al 58%.La oposici¨®n ha denunciado esta reforma impositiva que, seg¨²n ellos, no respeta la solidaridad nacional y ataca fundamentalmente a las clases medias. El gobierno asegura que el sector intermedio saldr¨¢ tambi¨¦n beneficiado, gracias a una serie de medidas concretas que favorecer¨¢n a las categor¨ªas tradicionalmente apoyadas por la derecha: familias de m¨¢s de 3 hijos, agricultores o propietarios de vivienda. La cr¨ªtica m¨¢s frecuente es, sin embargo, que toda la "operaci¨®n" tendr¨¢ un saldo neutro para la mayor¨ªa de los franceses, porque la reducci¨®n de impuestos coincide con un aumento de las cargas sociales. Los 15.000 millones de francos que dejar¨¢ de recibir Hacienda, afirman los socialistas, pasar¨¢n directamente de la n¨®mina de los trabajadores a las cajas de la Seguridad Social.
Recorte del d¨¦ficit
Otro de los puntos pol¨¦micos es la reducci¨®n del d¨¦ficit presupuestario, que pasar¨¢ de 144.000 millones de francos (el3% del Producto Interior Bruto, PIB) a 128.600 millones (2,5%). Esto se conseguir¨¢, seg¨²n los planes del Gobierno, con una reducci¨®n tajante de las ayudas a la industria (un 10,5% menos que en 1986) y la supresi¨®n de 19.100 empleos en la Funci¨®n P¨²blica. La oposici¨®n asegura, sin embargo, que la disminuci¨®n del d¨¦ficit no es ajena a la supresi¨®n de algunos gastos o partidas que figuraban en presupuestos anteriores y que ahora se financiar¨¢n por otras v¨ªas, probablemente con los ingresos extraordinarios de 15.000 millones de francos que proporcionar¨¢ la privatizaci¨®n de algunas empresas p¨²blicas.La eliminaci¨®n de puestos de trabajo en la Administraci¨®n (que afectar¨¢ fundamentalmente a ministerios civiles), explican los socialistas, supone en t¨¦rminos reales "el chocolate del loro", pero es un buen ¨ªndice de la actitud del nuevo Gobierno frente al paro, que afecta ya, por primera vez desde la II Guerra Mundial, al 10,5% de la poblaci¨®n activa.
El aumento de las partidas destinadas a Defensa e Interior no han provocado, por el contrario, ninguna pol¨¦mica, tal vez porque la presentaci¨®n de los presupuestos ha coincidido con una oleada de terrorismo que mantiene en vilo a los franceses desde hace m¨¢s de 10 d¨ªas.
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