M¨¦dicos incompatibles
EL PA?S del 17-9-1986 publica una informaci¨®n relativa a la aplicaci¨®n de la ley de incompatibilidades a los m¨¦dicos en la que se hace una interpretaci¨®n demasiado simplista de este espinoso asunto, adem¨¢s de descalificar globalmente a quienes no presentaron el impreso oficial La organizaci¨®n a la cual represento -Federaci¨®n Madrile?a de Sinditados M¨¦dicos (Fesime)- siempre se mostr¨® partidaria de que cada m¨¦tido tuviera un solo puesto de trabajo p¨²blico, pero adecuada mente retribuido. As¨ª lo hemos expresado en cuantas ocasiones hemos tenido.Sin embargo, aun deseando acabar con un pluriempleo al que nos hemos visto abocados para subsistir, Fesime adopt¨® una firme postura ante la forma en que se iban a aplicar las incompatibilidades y recomend¨® a sus afiliados que no optaran, por entender que al cumplimentar el impreso oficial se firmaba la renuncia voluntaria a unos puestos de trabajo conseguidos al amparo de la legislaci¨®n vigente en su momento. Lamentablemente, la actitud de Fesime fue deliberadamente tergiversada por la Administraci¨®n, por sus medios de difusi¨®n y, lo que es peor, por otra organizaci¨®n de sindicatos de m¨¦dicos que no supo estar a la altura de las circunstancias.
Buena prueba de que no somos boicoteadores es que para despojarnos de nuestros empleos no han tenido que buscarnos con ordenadores, simplemente ha bastado con utilizar la lista de los recursos contencioso-administrativos presentados por nuestros afiliados. Los miembros de Fesime comparecieron ante la Adminsitraci¨®n el 24 de abril de 1985, el 30 de diciembre y el 3 de enero de 1986, justificando la imposibilidad de optar y pidiendo la indemnizaci¨®n por los da?os y perjuicios ocasionados al perder sus empleos. Cumplidos los plazos, nuestros recursos fueron admitidos a tr¨¢mite por los tribunales correspondientes, que son quienes en un Estado de derecho (si es que el esp¨ªritu de Montesquieu pervive) deben dirimir este conflicto. Por ahora, los tribunales no se han pronunciado sobre el fondo de la cuesti¨®n: el derecho a la indemnizaci¨®n.
El resultado de esta clara actitud de Fesime ha sido una virulenta reacci¨®n, mediante coacciones a nuestros afiliados desde diversos despachos oficiales, en un intento de conseguir que renunciaran a defender sus derechos. Se ha jugado con el angustioso drama econ¨®mico que la aplicaci¨®n de incompatibilidades plantea a muchos m¨¦dicos, los cuales est¨¢n recibiendo de forma discriminatoria una "excedencia voluntaria" que nunca solicitaron, mientras se deja para el final a los m¨¢s d¨®ciles, a los amigos y a los parientes de los encargados de su aplicaci¨®n.
Por ¨²ltimo, los m¨¦dicos hemos perdido un 30% de poder adquisitivo durante el ¨²ltimo trienio y dejarnos ahora con un solo empleo, pero mal pagado, es empujarnos deliberadamente hacia la desesperaci¨®n y al radicalismo.-
Madrid.
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