Espa?a negociar¨¢ simult¨¢neamente su integraci¨®n en la OTAN y la reducci¨®n de tropas estadounidenses
![Andr¨¦s Ortega](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F0f703ba3-ab63-4ec6-b2d9-16dd251eb51a.png?auth=ce4b270d36a1e6c3150defefffbeef1b3c3465890f4ad8ba827b988ccc791d51&width=100&height=100&smart=true)
Fuentes diplom¨¢ticas de Washington y Madrid coinciden en que a largo plazo tendr¨¢n que simultanearse la negociaci¨®n sobre la participaci¨®n espa?ola en la OTAN y la negociaci¨®n sobre la reducci¨®n de la presencia militar norteamericana en Espa?a. Las fuentes diplom¨¢ticas estiman que cuando se llegue a hablar en la OTAN de las misiones que se establecer¨¢n para Espa?a y para el territorio espa?ol, habr¨¢ que examinar al mismo tiempo las misiones militares que para la Alianza Atl¨¢ntica desempe?an ya las fuerzas de EE UU instaladas en Espa?a.La mismas fuentes se?alan, por ejemplo, que el ala a¨¦rea t¨¢ctica estadounidense con sede en Torrej¨®n tiene misiones asignadas en, Turqu¨ªa, lo que no se corresponde con la postura del Gobierno de la aportaci¨®n a la OTAN, limitada al territorio nacional, y que, siguiendo el principio de la 110 integraci¨®n militar, Espa?a est¨¦ exenta de la jurisdicci¨®n de los mandos internacionales de la OTAN. Y el caso del ala t¨¢ctica es; un ejemplo claro. Siguiendo toda la l¨®gica planteada, Espa?a tendr¨ªa que pedir que estas millones estadounidenses para la OTAN se llevaran a cabo desde bases situadas fuera del territorio espa?ol. Y, seg¨²n fuentes norteamericanas, no es probable que otros pa¨ªses accedan a acoger lo que Espa?a no quiere.
Con vistas al planeamiento de la defensa en la Alianza, en el que quiere participar Espa?a, ¨¦sta presentar¨¢ en su d¨ªa (no lo ha hecho hasta ahora, seg¨²n los medios diplom¨¢ticos consultados) el cuestionario Informe anual nacional, que Francia no presenta. Este informe incluye datos sobre gastos militares, nivel de dotaci¨®n de las Fuerzas Armadas, preparaci¨®n de las unidades y de sus misiones y otros datos. El Ministerio de Defensa de cada pa¨ªs rellena el cuestionario, que obliga s¨®lo a informar sobre las unidades asignadas a la OTAN (aunque en el caso espa?ol no habr¨¢ tal asignaci¨®n). Sobre la base de estos datos, presentados en verano, se, establecen los objetivos y planes de fuerza de la OTAN.
El ingreso
Toda la historia comenz¨®, cuando, la v¨ªspera del 23 de febrero de 1981, el candidato a presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, anunci¨® formalmente que Espa?a iba a solicitar su ingreso en la OTAN. En un breve espacio de tiempo, Espa?a suscribi¨® el Tratado del Atl¨¢ntico Norte, y lo ratificaron el Parlamento espa?ol y los de los otros 151 pa¨ªses miembros. El 30 de mayo de 1982, los instrumentos de ratificaci¨®n del protocolo de adhesi¨®n de Espa?a eran depositados en Washington, concret¨¢ndose la pertenencia de Espa?a a la OTAN.
En julio de ese a?o comenzaron las conversaciones preliminares con la OTAN para la integraci¨®n espa?ola, interrumpidas con la llegada del PSOE al poder. Entretanto, Espa?a pas¨® a formar parte del Eurogrupo y del Grupo de Planes Nucleares, situaci¨®n con la que. se encontr¨® el Gobierno socialista, y que te¨®ricamente congel¨®.
En la primera reuni¨®n (en diciembre de 1982) del Consejo del Atl¨¢ntico Norte a la que asisti¨® el entonces titular de Asuntos Exteriores, Fernando Mor¨¢n, ¨¦ste comenz¨® la pr¨¢ctica de no suscribir los comunicados finales de las reuniones ministeriales de la OTAN (salvo las del Eurogrupo, que no es estrictamente OTAN), a la espera de la revisi¨®n de la situaci¨®n espa?ola. Pero Mor¨¢n afirm¨® que entretanto Espa?a seguir¨ªa siendo un aliado fiel y colaborador. El entonces embajador en la OTAN, Javier Rup¨¦rez, ces¨®, y su puesto fue cubierto por el n¨²mero dos de la delegaci¨®n, Jaime de Ojeda.
La Administraci¨®n socialista se invent¨® la situaci¨®n de observador para poder seguir asistiendo, a partir de la primavera de 1983, a las reuniones ministeriales del Grupo de Planes Nucleares, si bien representada por el embajador espa?ol ante la OTAN, Jaime de Ojeda. En marzo pasado, Espa?a anunci¨® su plena participaci¨®n en este grupo, al que asistir¨¢ el 21 de octubre en Escocia Narc¨ªs Serra, ministro de Defensa. Desde la reuni¨®n de marzo, Espa?a suscribe todos los comunicados oficiales de la OTAN. Claro que anteriormente suscribi¨® tambi¨¦n las declaraciones de la OTAN de Bruselas, en diciembre de 1983, y de Washington, en la primavera siguiente, sobre las relaciones Este-Oeste.
El Comit¨¦ Militar
Durante la Administraci¨®n socialista se negoci¨® tambi¨¦n la contribuci¨®n espa?ola al presupuesto civil de la Alianza Atl¨¢ntica (3,5% del presupuesto total o 350 millones de pesetas en 1986). Espa?a adem¨¢s asumi¨® en 1984, como le correspond¨ªa por orden alfab¨¦tico, la presidencia de honor del Comit¨¦ Militar, cuyos participantes visitaron Madrid.
En enero de 1985, Espa?a entr¨® a participar en la organizaci¨®n de la OTAN para el mantenimiento y aprovisionamiento de equipo militar (NAMSO), y en enero de 1986, presidi¨® el Grupo Europeo Independiente de Programas (GEIP), en el que participan los pa¨ªses europeos de la Alianza, si bien no es un ¨®rgano de esta ¨²ltima.
El cambio mayor de actitud de los socialistas respecto a la OTAN lleg¨® con el dec¨¢logo enmateria de seguridad y defensa que el presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, expuso el 23 de rn¨¢rzo de 1984. En diciembre de 1985 se iniciaban las consultas con los aliados sobre la contribuci¨®n espa?ola a la OTAN, que se f¨®rmalizar¨ªan tras el refer¨¦ndum.
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