Conversaci¨®n
De antiguo hab¨ªa una t¨ªpica instituci¨®n de caballeros, amparada en el casino o el caf¨¦, que recib¨ªa el nombre de tertulia. Las mujeres estaban excluidas de ella en parte porque s¨ª, pero tambi¨¦n porque a las mujeres no se les ha reconocido el glorioso don de la conversaci¨®n. Todav¨ªa, al cabo de una formaci¨®n semejante, las mujeres tienden al habla narrativa. Y no a cualquier estilo de narraci¨®n, sino a la que corresponde al g¨¦nero convencional en la que los personajes dialogan a lo largo de muchas p¨¢ginas. Obs¨¦rvese al efecto el modo que emplean para dar cuenta de un suceso las mujeres. Pocas veces usan el estilo indirecto y s¨ª, en cambio, el directo., Dicen: "Y yo le dije: '?Qu¨¦ te parece si pintamos el cabecero de la cama de azul prusia?'. Y entonces ¨¦l dijo: 'Preferir¨ªa que de la comida del hamster empezaran a ocuparse de una vez los ni?os". Pocas veces las mujeres acostumbran a conceptualizar y casi nunca intercambian ideas netas, sino opiniones sentimentalizadas. Sus reuniones suelen ser, por tanto, del orden del relato, ad que corresponde hoy un auge incomparable.Los hombres, entre tanto, se han sumido en el peor silencio. La misma intenci¨®n de revitalizar algunas tertulias denota este vac¨ªo. Para que los hombres accedan a una conversac¨ª¨®n que consideren estimable necesitan partir de un cierto marco conceptual que les d¨¦ pie a pronunciar sentencias. Pero eso requiere alguna concepci¨®n del mundo y de la vida, incluso alguna firme idea acerca de c¨®mo deber¨ªa plantearse la recogida del vidrio en las zonas rurales. Faltos de lo que se entiende por un planteamiento de base, los hombres que se re¨²nen tienden inmediatamente a gastarse bromas cada vez m¨¢s est¨²pidas y hasta horas desconcertantes.
En verdad, cuando se habla de crisis de comunicaci¨®n interpersonal en comunidades urbanas de m¨¢s de un mill¨®n de habitantes hay que fijarse en el taciturno silencio masculino. El tejido de la comunicaci¨®n femenina sigue, por el contrario, intacto apenas el ayuntamiento pone bancos en un parque.
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