Morir por un matadero
"Un se?or de Le¨®n no es castellano", afirma el alcalde de la capital, que contin¨²a en huelga de hambre
El Ayuntamiento d¨¦ Le¨®n de octubre de 1986 es como una cierta lectura de la letra peque?a del mayo parisiense de 1968, cuando "hablaban las paredes" y se gritaba a coro "La imaginaci¨®n al poder" a modo de himno nacional de la revoluci¨®n que, a la vuelta de la esquina, iba a merendarse el presidente De Gaulle recalzando sus botos prepotentes del general de 1945; en el Ayuntamiento Ieon¨¦s, m¨¢s simplemente, se vive dispuesto a morir por un matadero.
En Par¨ªs se trabajaron las barricadas, como le corresponde a un pueblo literario, para despu¨¦s escribir 202 libros sobre "Ia cosa"; en el Ayuntamiento de la pulcra leonina la prosa reza: "?breme el matadero y vuelvo a comer"; aquello era un happening; y esto tambi¨¦n, pero a base de vitamina C. Juan Morano Masa, edil supremo de la ciudad, y su treintena de empleados del matadero, m¨¢s un carnicero y dos familias de triperos, encerrados en la sala de sesiones del Ayuntamiento, con su huelga de hambre a guisa de bandera, son los protagonistas, los buenos del filme por entregas para Espa?a entera, frente a los malos, los socialistas de la Junta de Castilla y Le¨®n.Le¨®n, oto?o de 1986, es un matadero clausurado. Hay hombres, cosas, hechos, an¨¦cdotas que hacen la trama de esta historia de un alcalde que recurre a las "¨²ltimas consecuencias" de la abstinencia para reabrir las puertas de su matadero municipal, pechado con llave por las autoridades socialistas auton¨®micas. Pero la capital mundial de la "cecina de Dios nos libre" (carne curada de chivo, cocida amorosamente) habla por sus paredes al forastero: "Si me quieren maltratar a m¨ª, que me maltraten, pero no se puede maltratar a la ciudad de Le¨®n. Viva Le¨®n"; firmado, Juan Morano Masa; a?¨¢dase su retrato, y el "bando al alcalde", cartel¨®n anti Morano sentado encima de su imagen, pregonero del edil frenop¨¢tico. La entrada del Ayuntamiento es un peri¨®dico mural: "Que Le¨®n no se doblega"; los salones privados de la casa consistorial son ahora el hogar/hervidero del pueblo; los empleados ya han recogido, dicen, muy cerca de las 40.000 firmas (Le¨®n, 150.000 habitantes), gritando "viva" a la huelga de hambre de Morano. Las paredes interiores les han perdido el respeto a Sancho I, y a los Urraca, Alfonso V, Sancho IV, y m¨¢s, todos ellos vivos en su retratos majestuosos, agua bendita del leonesismo beligerante. A su vera, un pasqu¨ªn pegado en la pared: "?Oiga usted!, d¨¦me tina de rabo de marca Demetrio Madrid [presidente socialista de Castilla Le¨®n] y otra de espinazo de Junta". A rengl¨®n seguido: "Hechos y verdades de Morano son Justicias Reales". Y justo detr¨¢s, en la sala de sesiones, la acampada de los empleados del matadero vive su vida de abstinencia; montones de colchones, mantas, s¨¢banas, almohadas, v¨ªdeo y televisi¨®n regalo del comercio de la ciudad a los huelguistas del hambre por la resurrecci¨®n del matadero, flores de los fans, discusiones, juego de cartas para regatear el tiempo y la letan¨ªa que se desgrana como las cuentas del rosario en manos buenas: "Que abran el matadero"; y un empleado del mismo, huelguista del hambre, Salvador Rodr¨ªguez: "Si no lo abren estaremos aqu¨ª hasta que nos saquen en ambulancias, si llegan a tiempo, porque pa algunos no llegar¨¢n a tiempo". El huelguista Oscar Prieto: "Aqu¨ª hay pol¨ªtica, pero es por lo de Castilla y Le¨®n; pa m¨ª que si la catedral tuviera ruedas ya nos la hab¨ªan llevao, y si San Marcos tuviera tambi¨¦n ruedas ya no lo ve¨ªamos". Un reci¨¦n incorporado al grupo alarma simp¨¢ticamente: "Venga, la gente fuera y vamos a cenar", vitamina C, agua y az¨²car.
Ceremonia de confusi¨®n
Le¨®n es una boca. Y esa boca es una palabra: matadero. Los dos diarios leoneses viven su agosto. Los carniceros, en asamblea, son el ensayo de una ceremonia de la confusion: "Ma?ana todos cerraos, y el que no tenga que comer que busque"; "esto no es m¨¢s que pol¨ªtica". En la calle, en los bares, no hay m¨¢s que pegar el o¨ªdo: "El alcalde, por m¨ª que se muera, y cuanto antes mejor"; los lugare?os nocturnos del Andarinos (movida leonesa) est¨¢n al loro, como cada cual; y se escu cha: "Todo lo que ocurre es debido a la incompetencia de Mora no"; no hablan as¨ª dos criatura del KGB, otro lugar de moda "Estoy de acuerdo con Morano pero menos; el m¨¦todo que emplea no me mola". Los chistes acuden a la cita: "?C¨®mo es posible que Morano est¨¦ en huelga de hambre si se encuentra frente por frente de Casa Pozo, restaurante tentador?". Un peat¨®n a azar: "Morano es una hortera, pero en casos y momentos con cretos es m¨¢s eficaz que los so cialistas; los problemas impor tantes de Le¨®n no los ha tocado, pero es un pispo, sabe seducir a su manera, es un populista pr¨¢ctico. Naturalmente, hay un tras fondo pol¨ªtico; est¨¢n cercanas las elecciones municipales".Morano, en su despacho/sagrario disimula la abstinencia de 10 dias ya: "Mi moral es alt¨ªsima". ?Qu¨¦ ocurre con esta histo ria del matadero? "Es la gota de agua que ha desbordado el vaso del desprecio de la Junta auton¨®mica por Le¨®n; este gesto,en 1.986, no ser¨ªa necesario, pero me siento a gusto por la ahesi¨®n popular". ?No huele su actitud a precampa?a electoral? "Siempre me critican, pero me trae sin cuidado". ?Qu¨¦ quiere decir no co mer en la sociedad de consumo? "No lo he meditado en profundidad, pero es una forma de manifestarse; y la Junta es algo artificial que no responde a nada pol¨ªtico, social, econ¨®mico, hist¨®rico; es un conglomerado de jefecillos y de dietas". ?Tiene virtualidad el leonesismo? "?Por qu¨¦ hab¨ªan de tenerla Logro?o y Cantabria y no Le¨®n? Un se?or de Le¨®n no es castellano".
Pregunta. ?A qu¨¦ aspira usted?
Respuesta. A nada; soy pol¨ªtico y me gusta, pero nunca ser¨¦ nada m¨¢s importante que lo que he sido, alcalde de Le¨®n.
P. ?Por qu¨¦ le consideran populista?
R. Porque no se nota que sea alcalde.
Un privilegiado accede hasta el despacho a interesarse por Morano; se abrazan, se cogen las manos y el alcalde se explaya: "?Qu¨¦ tal, macho?"; y el visitante: "T¨² tira, venga".
Llega el m¨¦dico: "Ha tomado la huelga como un deporte; no lo dejar¨¦ morir". Morano: "AP, mi partido, sabr¨¢ lo que piensa; los hombres est¨¢n por encima de los partidos". ?C¨®mo puede acabar el problema/matadero cerrado por carencias t¨¦cnico- sanitarias, a instancias de la Junta de Castilla-Le¨®n?. "Yo estoy abierto al di¨¢logo d¨ªa y noche, pero antes que reabran el matadero; lo que le duele a esa gente oscura de la Junta es nuestro futuro matadero de 500 millones de pesetas que responde, como ninguno en Europa, a todo tipo de normas y exigenc¨ªas".
Bofetadas
Jaime Gonz¨¢lez, vicepresidente de la Junta de Castilla y Le¨®n y consejero de Agricultura, fue quien catapult¨® a Le¨®n al motorista portador de la orden del cierre del matadero va poco mas de una semana. Y ya no olvida el momento en el que lleg¨®, despu¨¦s, a su ciudad natal para explicar el suceso; una comitiva le esperaba y un grupo de seis personas le apale¨® m¨¢s o menos; a pesar de sus 90 kilos, un bofet¨®n en el p¨®mulo derecho male¨® su equilibrio: "Esas seis personas ten¨ªan cara de odio a muerte; esto no es posible sin previo recalentamiento". Gonz¨¢lez repite lo que todos saben: "Desde 1984 estaban emplazados todos los mataderos: o se renovaban de acuerdo con las normas oficiales o se reemplazaban por otros nuevos; s¨®lo Le¨®n y Alcafliz (Zamora) no han cumplido los plazos, y lo hemos cerrado. No hay discriminaci¨®n con Le¨®n, e incluso este cierre nos puede perjudicar electoralmente. Pero estamos abiertos al di¨¢logo, que contempla cuatro alternativas: arreglar el matadero viejo; o construir el nuevo y durante dos a?os abastecerse en establecimientos privados; o asociarse con mataderos privados, reserv¨¢ndose el derecho de fijar tarifas; o bien comprar un matadero ya finalizado".Gonz¨¢lez respira y contin¨²a: Que Morano me llame enano, cobarde, se?orito desconocido, o que me lleve a los tribunales; tiene partidarios, y su fuerza, pero nosotros tambi¨¦n; ¨¦ste es el meollo de la democracia, y no la agresi¨®n".
"?branme el matadero y como" igual a "coma y dialogamos sobre el matadero": ?cu¨¢l puede ser el final de esta ecuaci¨®n tirando a surrealista? La presi¨®n popular parece crecer por horas en favor de Morano; alguien que lo cree a fondo susurra: "El d¨ªa que tenga que ingresar en el hospital por agotamiento organizar¨¢ una manifestaci¨®n, y ese d¨ªa habr¨¢ que vivir para ver".
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