La 'guerra de las galaxias' un gui¨®n de Ronald Reagan

La Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica (SDI) puede servir a EE UU y algunos otros pa¨ªses occidentales para dar un tir¨®n tecnol¨®gico que dejar¨ªa a la URSS definitivamente atr¨¢s, y ¨¦sta es una perspectiva que preocupa a Mosc¨², que acusa al presidente Ronald Reagan de buscar la superioridad estrat¨¦gica, frente a la equivalencia esencial entre ambas superpotencias. EE UU no ignora este planteamiento, aunque en noviembre de 1985 Reagan ofreci¨® a la URSS estudiar c¨®mo compartir esta tecnolog¨ªa.

La idea de 4a Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica (SDI), pronto bautizada como guerra de las galaxias, est¨¢ intimamente liga da a la persona de Ronald Reagan, quien la lanz¨® en un discurso televisado el 23 de marzo de 1983, poniendo en marcha "un proyecto que promete cambiar la historia de la humanidad", al abrir las perspectivas, dijo, de hacer "in¨²tiles y obsoletas" las armas nucleares.Desde su primera campa?a presidencial, en 1980, Reagan insiste en que la disuasi¨®n no puede basarse indefinidamente en la amenaza de destruir al adversario, dominada por los armamentos nucleares ofensivos, y plasmada en el acuerdo ABM de 1972, que limitaba los sistemas de defensa contra misiles b¨¢l¨ªsticos. El acuerdo se firm¨® a insistencia de EE UU, pues en un principio la URS S manten¨ªa la postura que hoy tiene Reagan.

Con la SDI, cuyo objetivo es sacar partido de toda una serie de tecnolog¨ªas futuristas en las que la URSS sufre un notable retraso, lo que Re¨¢igan en realidad hizo fue aglutinar bajo una misma idea una serie de investigaciones desperdigadas en diversos centros y laboratorios de EE UU, d¨¢ndoles un nuevo impulso y una nueva inyecci¨®n de fondos. La URSS, insiste Washington, tiene en marcha programas similares.

La idea de Reagan era en un principio proteger a todo el territorio y poblaci¨®n de EE UU y de sus aliados. En su discurso de marzo de 1983, Reagan as¨ª lo prometi¨®, y encarg¨® un estudio qu¨¦ dirigir¨ªa James Fletcher. ?ste concluy¨® en noviembre de ese a?o que "defensa perfecta es uia cosa y defensa sustancial es otra completamente distinta". "Se puede minimizar el n¨²mero de v¨ªctimas", a?adi¨®, "pero por el momento no parece posible desarrollar un escudo de protecci¨®n total para la poblaci¨®n civil". La SDI comenz¨® a plantearse entonces como una protecci¨®n de instalaciones militares, especialmente, de las bases de lanzamiento de los misiles intercontinentales de EE UU, amenazados por los. nuevos y certeros cohetes de la URSS. La SDI tampoco cubrir¨ªa la defensa contra los misiles de crucero.

La SDI es ahora s¨®lo un estudio -de gran envergadura- sobre la factibilidad t¨¦cnica de estos conceptos, y los 26.000 millbnes de d¨®lares (3,5 billones de pesetas) que Reagan solicit¨® en 1984, para los siguientes cinco a?os, estaban destinados s¨®lo a eso. En todo caso, seg¨²n los expertos, EE UU no podr¨¢ empezar a desplegar el proyecto, si funciona, hasta dentro de, al menos, un decenio.